Naturaleza, patrimonio, playas, gastronomía, este territorio seduce al viajero más exigente. De los 580 km de costa hasta los Pirineos, un viaje emocional para todos los públicos.
Texto: Autoclub RACE
Cataluña inspira, seduce, emociona, tanto por sus paisajes bien conservados como por el legado patrimonial y sobre todo, por su gastronomía. Pueblos medievales que mantienen todo el sabor invitan a recorrer sus calles plagadas de historia, mientras los amantes de los espacios naturales tienen donde escoger con más del 30% del territorio protegido. Una amplia red de caminos señalizados permite cruzar frondosos bosques y adentrarte por todos los rincones. Los más aventureros pueden realizar rafting en las aguas bravas del Pirineo y los que gustan de nuevas sensaciones contemplar el paisaje desde el aire a bordo de un globo aerostático. ¡Son experiencias únicas que podrás vivir en Cataluña!.
Y es que cualquier viaje por estas tierras tiene mucho de emocional y en coche podrás llegar hasta el último rincón. Las extensas playas donde ondea la bandera azul invitan al baño familiar y las pequeñas calas entre rocas a la intimidad y más, si luego en la taberna al son de una habanera, nos acompaña un cremat de ron con el murmullo del mar como telón de fondo.
El calor del verano hay que conjugarlo con unas ostras o langostinos del Delta del Ebro, un suquet de pescado de la Costa Brava o la cocina de “mar i muntanya” del Empordà.
Todo esto combinado con algún vino o cava de las doce D.O. que hay repartidas por todo el territorio. Tintos con carácter, blancos secos o afrutados, espumosos, a buen seguro hay un vino para cada receta.
¡Y que decir de la capital! Barcelona lo tiene todo: patrimonio, museos, festivales, playas, mercados convertidos en referentes gastronómicos donde degustar la cocina tradicional y muchas estrellas, no sólo las del firmamento que se pueden observar cenando en el Observatorio Fabra, sino también las de los 21 restaurantes galardonados en la guía Michelin.
Así es Cataluña, con su historia milenaria y espíritu moderno invita al viajero a recorrer todos sus rincones a sabiendas que, en cada lugar, encontrará una experiencia única.
Cataluña tiene todo lo imaginable
Patrimonio monumental reconocido por la UNESCO, paisajes muy bien conservados, el legado de unos genios reconocidos internacionalmente, un litoral preservado que combina a la perfección, extensas playas y pequeñas calas, además de una gastronomía peculiar que ha alcanzado reconocimiento mundial.
El Empordà y la Costa Brava son territorios que no dejan de sorprendernos. El genio de Dalí impulsado por el viento de tramontana se ha instalado en el Teatro-Museo de Figueres, en el castillo de Púbol que regalo a su amada Gala y en su casa de Portlligat, junto a Cadaqués, población marinera refugio de bohemios y artistas. Imprescindible en estos parajes elevarnos en coche sobre la llanura ampurdanesa y visitar el monasterio de Sant Pere de Rodes. Rodeado de leyendas es uno de los mejores ejemplos del románico y las vistas de la costa no dejan indiferente a nadie. Hay que bañarse en las calas de la costa de Begur y disfrutar de la trasparencia de sus aguas, recorrer los caminos de ronda para percibir como el mar juega al escondite con las rocas, perderse por los pueblos medievales del Empordà y pasear por los porches de Calella de Palafrugell, población conocida entre otras razones por la popularidad que han alcanzado las habaneras.
Si Tarragona con su legado romano Patrimonio de la Humanidad y Girona con el call judío y las casas de colores reflejadas en el Oñar son destinos que emocionan, Barcelona, la Ciudad Condal, reúne una amalgama de propuestas para todos los públicos. Si es la primera vez que visitas la ciudad el modernismo te dejará boquiabierto y más, si lo acompañas con una copa de cava nocturna en el tejado del edificio de la Pedrera, una de las genialidades de Gaudí. Si eres repetidor hay que gozar con un concierto en el Palau de la Música, sentarse a tapear en los bares que comparten protagonismo con los puestos de los remozados mercados municipales o perderse por el Born en busca de las genialidades de Picasso o los pescados fritos y las bombas picantes del barrio marinero de la Barceloneta. La Barcelona más clásica y la más cool se dan la mano a muy poca distancia.
Las formas de Montserrat son únicas en el mundo y el legado artístico de este conjunto monacal de gran interés. Hasta allí podemos subir con el coche por una carretera que va ganado altura sobre el valle del Llobregat. Pero también es muy interesante hacerlo colgados de la cabina del teleférico o a través del tren cremallera que trepa por la montaña. ¡En ambos casos el viaje es alucinante!
Finalmente si nos gusta el arte románico y las montañas, en el Valle de Boí en pleno Pirineo de Lleida, el conjunto de templos declarados Patrimonio de la Humanidad presentan un aspecto majestuoso, sobre todo con el mapping que se proyecta en el interior de Sant Climent de Taüll que reproduce los frescos del ábside. Desde este valle podemos acceder fácilmente al Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, uno de los mejores parajes para disfrutar de la naturaleza.
Enogastronomía, el turismo de las sensaciones
El vino y la gastronomía son complementos perfectos de cualquier viaje. En Cataluña, tan diversa como es su geografía resulta ser la cocina y los vinos que nacen de unas tierras que les confieren carácter. De norte a sur, de la costa a los Pirineos, la variedad de productos y recetas son capaces de llenar páginas de las mejores guías. En nuestras rutas en coche, aparte de descubrir un paisaje sumamente diverso, tendremos la oportunidad de ir degustando la cocina que nace en cada comarca.
Pero la enogastronomía no sólo es el arte del buen comer o beber. Las bodegas en Cataluña ofrecen música con conciertos inolvidables y la posibilidad de elaborar tú propio vino guiado por manos expertas. Es el turismo de las sensaciones, el que entra por los ojos y termina en el paladar.
Ya lo dijo el escritor Josep Pla: la cocina es el paisaje puesto en la cazuela. Empezando por el sur, en las Terres de l’Ebre encontramos una gastronomía peculiar que tiene mucho que ver con la configuración del Delta del Ebro, un amplio espacio creado por el río Ebro a base de aportaciones de miles de años. Los campos de arroz le dan un aspecto peculiar que cambia con la época del año. En los fogones, infinidad de recetas utilizan como base este cereal que es el complemento perfecto de alcachofas, galeras, langostinos, anguilas, etc. Una gastronomía peculiar para un lugar entrañable de horizontes infinitos y espacios protegidos hábitat de numerosas aves acuáticas.
En el norte de Cataluña, en el Empordà, además de la gamba que se ha hecho famosa en Palamós, la cocina de “mar i muntanya” es de lo más original ya que mezcla productos de los dos medios. Aquí Ferrán Adrià elevó el listón culinario a lo más alto, pero en los pueblos medievales del Empordanet encontraremos restaurantes que nos ayudarán a entender el porqué esta es una de las mejores cocinas de Cataluña. Hay que arriesgar y con el coche perderse por el entramado de carreteras que a buen seguro, siempre nos llevarán a descubrir algún rincón inédito.
La Costa Daurada presume de tener los mejores platos de pescado y los calçots, la forma más original de cultivar y comer estas cebollas tiernas. Las comarcas pirenaicas ofrecen buenos embutidos y variedad de setas que aromatizadas con trufa inundaran nuestras papilas gustativas. Y si somos de los que nos gustan los caracoles, debemos acudir a Lleida; asados “a la llauna” o a la gormanda con salsa, están para chuparse los dedos. Y es que cualquier viaje en coche por Cataluña tiene mucho de emocional y tradicional. ¡Pla tenía razón!
Cataluña al natural, senderismo y turismo activo
En Cataluña hay un parque nacional, trece de parques naturales y muchas zonas calificadas como reservas naturales. Precisamente los Pirineos concentran buena parte de esta naturaleza virgen con valles surcados por ríos de aguas transparentes y pueblos que conservan todo el encanto rural, a los que siempre podremos acceder por una empinada carretera.
El Valle de Arán y el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, representan la esencia de todo lo que un viajero amante de la naturaleza, del patrimonio monumental y la gastronomía de montaña le gustaría encontrar. Espacio naturales apenas transformados por la mano del hombre, donde senderos señalizados nos llevarán hasta alguno de los 400 lagos que se esconden en estas montañas.
Es el turismo sin límites, del aire puro que se comparte con el sarrio y el urogallo. También, para los más atrevidos, de los descensos por ríos de aguas bravas o por toboganes de roca en barrancos ocultos. Y cuando uno regresa agotado por la tarde, las aguas termales del balneario esperan para relajarte. Luego, un bocado del mejor caviar que se produce en el Valle de Arán, eso sí, tomado con una cucharita de nácar y acompañado de una copa de cava.
Color del Mediterráneo, playas y turismo familiar
Cataluña ofrece 580 km de costas que combinan desde altos acantilados cuyos pinos se acercan a besar el mar, hasta escondidas calas donde estar en contacto con la naturaleza. El aroma del Mediterráneo y sus aguas azules acarician amplias playas de arena dorada dotadas de todos los servicios, en las que ondea la bandera azul.
Es el turismo del verano, del disfrute en familia o con amigos. Del descanso en una hamaca escuchando el ruido de las olas, o si lo prefieres, alquilar un kayac y descubrir los recovecos de la costa, subir en un patín a vela y sentir la fuerza del viento o enfundarte el neopreno para admirar los fondos de coral.
Vivir los mejores momentos en un chiringuito de playa saboreando unos mejillones a la marinera regados con un vino fresco del Penedès o sentarse frente al blanco mantel y comer los mejores calamares pescados en potera que nunca hayas podido imaginar. Por la tarde se impone un paseo en busca del mejor lugar para contemplar la puesta de sol; los caminos de ronda que recorren la costa son una escusa perfecta.
Una buena red de carreteras y autopistas nos ayudará a desplazarnos hasta el destino elegido. No te olvides de las poblaciones marineras que con sus impolutas fachadas blancas rematadas de ribetes de azul marino se miran en el Mare Nostrum. Te proporcionamos algunos ejemplos: l’Ametlla de Mar, Sitges, Tossa de Mar, Calella de Palafrugell y Cadaqués. También encontrarás localidades pensadas para un turismo familiar y otras donde la diversión está más que garantizada. Y no te olvides si viajas con niños o adolescentes que cerca de Tarragona, junto a Salou, PortAventura es inexcusable. ¡La imaginación la pones tú y la costa catalana te ofrece hacerla realidad!
GUÍA DE VIAJE
CÓMO LLEGAR:
En coche: Dos son las principales rutas para llegar a Cataluña. Si venimos del norte o del centro de España la AP-2 penetra por la provincia de Lleida y si lo hacemos desde el sur, la AP-7 lo hace por la de Tarragona. Como ejemplo, desde Sevilla a Barcelona hay unos 1.000 km, desde Madrid 620 km y desde Valencia 350 km.
Peajes:
En Cataluña la mayoría de las principales autopistas son de peaje. Decir también que hay una buena red de autovías y carreteras que nos acercarán a cualquier rincón del territorio.
En avión: El aeropuerto de Barcelona-El Prat mantiene conexiones con las principales capitales españolas.
En tren: La línea del AVE tiene parada en las estaciones de Lleida-Pirineus, Camp de Tarragona, Barcelona y Girona. En ambos casos hay compañías de alquiler de vehículos.
MEJOR ÉPOCA:
Cualquier época del año es buena para viajar a Cataluña. Hay que tener en cuenta que en verano, debido a la afluencia turística, puede haber bastante tráfico en las carreteras de algunas zonas, en horas punta.
DÓNDE COMER:
La cocina catalana se ha situado entre las más laureadas del planeta. La cocina creativa e innovadora asienta sus bases en una cocina tradicional con una honda tradición. Así, a los 58 restaurantes con alguna distinción en la guía Michelin, se unen una pléyade de establecimientos de reconocido prestigio donde disfrutar de las recetas tradicionales. Hay más de 25 Colectivos de Cocina repartidos por Cataluña, con restaurantes que ofrecen una cocina propia de cada territorio, con uso de producto de proximidad. Hoteles Gastronómicos es un distintivo que otorga la administración catalana a los establecimientos de pequeño formato con una oferta gastronómica con una gran representación de recetas elaboradas con productos de la tierra y de proximidad.
RUTA:
Según las preferencias de cada cual, My Way Rutas en coche propone cinco rutas para recorrer Cataluña con entera libertad. Cataluña, un mundo por descubrir, donde a través de 13 días podrás conocer lo más importante de este territorio; Cataluña, paraíso gastronómico te llevará en 9 días por los paisajes y los lugares para deleitarse con la mejor cocina; Un paisaje de color y sabor nos acercará en 7 días por las tierras del vino, cava, aceite y cocina característica de los paisajes del sur de Cataluña; con Los Pirineos en estado puro conoceremos en 8 días la Cataluña más natural; y finalmente. Al color del Mediterráneo nos permitirá recorrer el litoral catalán en 9 días, disfrutando, no sólo de las playas sino también de los lugares más emblemáticos.
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