Proponemos un viaje en coche recorriendo los lugares más emblemáticos de esta ambiciosa obra de ingeniería de la España ilustrada, que se desarrolló durante casi un siglo.
TEXTO: PEDRO GRIFOL
FOTOS: LAURA CRAWFORD
El Canal de Castilla constituye uno de los viajes por nuestra geografía más sorprendentes. El proyecto nunca se concluyó, pero algunos tramos de aquella gesta han sido recuperados para el turismo y ahora son venerables símbolos de progreso dignos de conocer y visitar… porque, algunas veces, para comprender nuestra idiosincrasia deberíamos mirar hacia atrás.
Durante casi un siglo, entre 1753 y 1849, se desarrolló la construcción de uno de los proyectos más relevantes de ingeniería civil de la España Ilustrada.
El objetivo del canal era dotar una vía fluvial de comunicación y transporte entre Segovia y Santander para que solucionase el problema de aislamiento al que estaba sometida la meseta castellanoleonesa que, debido a su complicada orografía, hacia muy difícil el transporte de los excedentes agrarios de la región. Así, esta vía de transporte facilitaría la salida de los productos agrícolas, principalmente cereales, hasta el puerto de mar de Santander desde donde se exportaría a las colonias de ultramar y a otras naciones; a la vez que llegarían a Castilla, en sentido contrario, otros productos necesarios para el desarrollo del país.
Más de dos siglos después, lo ya construido y también parte de lo construido y posteriormente abandonado durante lustros, constituye buena parte del patrimonio monumental de la Comunidad de Castilla y León.
Hoy en día, su uso para el regadío se complementa con las visitas de excursionistas deseosos de recorrer la ruta por su oferta cultural y paisajística.
Hablar del Canal de Castilla es como dar un repaso a la España que quería dejar atrás el provincianismo y equipararse a aquellos países extranjeros que daban sus primeros pasos en la revolución industrial. Para la España de aquella época no fue fácil acometer una obra de tal envergadura porque su trazado, diseñado para 200 kilómetros, constituiría una de esas grandes obras públicas que nos acercaría al país líder en materia de canales que en aquel momento era la vecina Francia.
Según se mire el mapa y según tengamos nuestro espíritu viajero, el recorrido del viaje puede comenzar por cualquiera de los tres lugares que, en forma de ‘Y’ invertida empieza (o termina) el canal, a saber: Ramal Norte, con un recorrido de 75 km; Ramal de Campos, con un recorrido de 78 km; y Ramal Sur, con 54 km de recorrido. Paralelos al cauce del canal, también discurren las llamadas ‘vías de sirga’, que son los caminos transitables a la orilla de la ribera que permitían el paso de los animales de tiro que arrastraban las barcazas.
¿Por dónde empezamos?
En este viaje hemos comenzado por el Ramal Norte, que comienza en Alar del Rey, en la provincia de Palencia. Un municipio de menos de mil habitantes que no existía antes del inicio de las obras del canal. La villa como tal fue fundada en 1657 por voluntad del rey Felipe IV (gobernante de España en aquel momento) aprovechando que el caudal del río Pisuerga pasaba por ahí. Ahora es un pueblo de la ruta del Camino de Santiago y se ha implantado un monolito que recuerda a los visitantes que allí fue donde empezó el canal. Desde allí, y siguiendo el curso fluvial, podemos ir haciendo paradas a nuestro albedrío… porque nos esperan muchas sorpresas: puentes, acueductos, dársenas…
En este tramo una parada obligada es Frómista, no solo para disfrutar de la iglesia románica de San Martín (s. XI), sino porque también podrás imaginar cómo las barcazas subían hacia Alar del Rey, pasando por las cuatro esclusas que dan origen a unas peculiares cascadas de gran belleza… las más grandes de todo el canal. También merece la pena detenerse en uno de los humedales más grandes que existen a orillas del canal: la Laguna de Toja, donde se ha instalado un observatorio de aves desde el que podemos contemplar azulones, garzas, aguiluchos y fochas.
Entre todas las estructuras que componen el canal, las esclusas destacan como elementos icónicos y esenciales de este grandioso proyecto. Las esclusas desempeñan un papel fundamental al permitir la superación de un desnivel de casi 150 metros a lo largo de todo el recorrido. En total, se crearon 49 esclusas. De estas, 42 se distribuyen entre los ramales Norte y Sur, mientras que el ramal de Campos alberga las siete restantes.
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Para pernoctar, porque se trata de un viaje de tres o cuatro días, uno de los lugares más interesantes y sorprendentes se encuentra en el pueblo de Abarca de Campos -naturalmente en el ramal ‘de Campos’ (Palencia)-, donde se encuentra la primera esclusa del ramal, y donde su vieja harinera, que fue también la primera que entró en funcionamiento en este ramal, ha sido reconvertida en un excepcional hotel y espacio gastronómico al que se le ha dado el nombre de Hotel La Fábrica del Canal (lafabricadelcanal.com) que brinda la oportunidad de explorar la estructura original de la fábrica, construida en 1854. Su relevancia cultural le ha valido el título de Bien de Interés Cultural, lo que garantiza su preservación como una prioridad. Además, el hotel garantiza un ambiente de tranquilidad, relajación y descanso.
Los amantes del arte, las performances y las emociones lúdicas no deben perderse la visita nocturna a la iglesia románica de San Pedro, en el pueblo Becerril de Campos (Palencia), reconvertida hoy en un centro cultural gracias a una rehabilitación centrada en la astronomía, con elementos astronómicos, como una línea meridiana, un péndulo de Foucault o un reloj solar. Espectacular.
Paseos en barco
Al final de ramal de Campos se encuentra la dársena más amplia de todas las del canal. En este lugar: Medina de Rioseco o Ciudad de los Almirantes de Castilla (Valladolid). Aquí podremos contemplar diferentes edificaciones asociadas a la actividad del canal como el dique seco, las cuadras o una gran barcaza varada; pero lo más significativo es visitar la Fábrica de Harinas San Antonio, esta no reconvertida en hotel, sino que conserva integra su maquinaria que podemos ver en una instructiva visita guiada.
Esta localidad ofrece también el atractivo de poder disfrutar del canal a través de un viaje a bordo de la embarcación ‘Antonio de Ulloa’. Reservas en la web www.canaldecastilla.org y en el teléfono 983701923.
Si nos ha gustado el paseo en barco, recomendable también dirigirnos a Melgar de Fernamental (Burgos), aparcar y volvernos a embarcar en el ‘San Carlos de Abánades’ (información y reservas: 628629997). Desde este barco, podremos deleitarnos con una de las más impresionantes hazañas arquitectónicas a lo largo de todo el canal: el acueducto de Abánades, porque el barco hace una parada en las proximidades del acueducto, permitiendo a los navegantes desembarcar y tener una peculiar perspectiva de esta obra de ingeniería sobre el río Valdavia.
Otros embarcaderos están situados a las afueras de Frómista, en Villaumbrales (Palencia): Barco ‘Juan de Homar’ (reservas en el tel.: 673368486) y en Herrera de Pisuerga (Palencia): Embarcación ‘Marqués de la Ensenada (reservas en el tel.: 664201415).
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Es un viaje exclusivamente para coche, así que podemos empezar a recorrer el Canal de Castilla partiendo desde las capitales de provincia Valladolid o Palencia… Y elegir cualquiera de las tres rutas: Ruta Ramal Campos, Ruta Ramal Sur o Ruta Ramal Norte. En su página web tenemos información detallada: www.canaldecastilla.org
DÓNDE DORMIR
Además del ya mencionado Hotel La Fábrica del Canal, en Abarca de Campos; en la localidad de Becerril de Campos se encuentra el Hotel Sanmartina (www.sanmartinahotel.com), a 15 km. de la ciudad de Palencia, una antigua casa castellana, cuidadosamente restaurada, que tiene 7 habitaciones elegantemente decoradas.
DÓNDE COMER
Restaurante Carrecalzada (info@carrecalzada.com) en Melgar de Fernamental, Establecimiento de comida tradicional con cocina de temporada. Está situado en el embarcadero del que parten los viajes del barco ‘San Carlos de Abánades’.
Restaurante Asador Tres Culturas (www.restaurante tresculturas.com) en Becerril de Campos (Palencia). Excelente restaurante con especialidades como el lechazo churro asado al horno de leña. Su decoración mudéjar, con arcos de herradura mozárabe le dan un ambiente peculiar.
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