Con un encantador casco medieval, la ciudad de Wroclaw ostenta -junto a nuestra San Sebastián- la Capitalidad Cultural Europea durante 2016. Festivales de música, teatro, cine… y su ambiente estudiantil la convierten en uno de los destinos viajeros del año.
Textoy fotos: PEDRO GRIFOL
Wroclaw, capital de la Baja Silesia, es la cuarta metrópoli de Polonia, con un censo de 630.000 habitantes pertenecientes a cuatro religiones, aunque el catolicismo (80 por cien) es hegemónico y el porcentaje de ateos nunca figura en las estadísticas. Tiene 12 islas conectadas por 130 puentes que cruzan el río Odra, y cuatro de sus afluentes. Uno de los puentes (como ya viene siendo habitual en cualquier ciudad europea que se precie) soporta el peso de la consabida colección de candados de amor. Y también tiene una nutrida comunidad estudiantil, con más de 150.000 jóvenes universitarios. La ciudad posee un carisma arquitectónico único y ofrece un atractivo crisol de estilos que va del gótico al art nouveau, la mayoría de ellos restaurados ya que lleva en su ADN la lacra de los dramáticos combates de la Segunda Guerra Mundial que destruyeron el 75 por ciento de su patrimonio monumental.
Wroclaw es la única ciudad que conozco en la que, a consecuencia de los vericuetos de la historia, un monumento erigido a un rey ha sido sustituido por el de un escritor. La estatua ecuestre de Federico Guillermo III de Prusia desapareció de la Rynek (su Plaza Mayor) en 1945, cuando tocó su fin la dominación alemana de la ciudad. Poco después, se instaló en su lugar la estatua de Aleksander Fredro, un comediógrafo polaco del siglo XIX, autor de frases que trascendieron al idioma cotidiano de los lugareños y que algunas de ellas ya se confunden con proverbios tradicionales. La frase “Como tú trates a los demás, así serás tratado tú” parece ser que la puso en circulación el admirado escritor. Hoy la estatua sigue en su pedestal en la misma ubicación.
Sirva la anécdota como punto de arranque para reivindicar la cultura, y promover el entendimiento y la comunicación entre los europeos, pues estos deben ser los focos de atención que tienen que fomentar las ciudades que son elegidas como Capitales Culturales Europeas.
Wroclaw es la primera ciudad polaca honrada con este título, y además de constituir una gran oportunidad para presentar la singularidad de la ciudad, es una magnífica ocasión para disfrutar de alguna de las ¡400 actividades! que tiene programadas hasta diciembre. Momentos extraordinarios en los que los visitantes son parte de la actualidad cultural de la ciudad.
La emoción de sentirse joven en Wroclaw tiene su máximo exponente el primer fin de semana de mayo. Aunque sea ‘a toro pasado’, merece la pena destacar lo que ocurre en la plaza Rynek por esas fechas, porque el año que viene, como viene sucediendo desde hace dos lustros, volverá a pasar. Se trata de intentar batir un peculiar récord Guinness… ¡y que este año se ha conseguido! Miles de guitarristas se concentraron el pasado primero de mayo en la gran plaza -que dicho sea de paso es la segunda más grande del país-, para tocar al unísono el tema ‘Hey Joe’ (de Jimi Hendrix). 7.356 guitarristas (entre viejos rockeros, jóvenes y más jóvenes) crearon la magia escénica de hacer sentir la música en el cuerpo en un acto colectivo único. El rock es lo que tiene: que hace sentirse joven al más abuelo… Quizá no fuera el mejor sonido escuchado… pero como dijo aquel ‘viejo’ crítico: “Quizá no sonaba bien…pero ¡no se lo pierdan!”. Thanks Jimi es como lo denominó el artífice del evento, el profesor de guitarra Leszec Cichonski. Gracias Leszec.
Música para todos los gustos
La música, en todo su abanico de posibilidades, está siendo uno de los hilos conductores de la programación: jam sesions nocturnas en los clubes de jazz, con la participación de David Gilmour (de Pink Floyd) y del genial Pat Metheny, o la representación de la ópera Carmen son actos programados para este verano. También el proyecto Singing Europe (en agosto) reunirá a miles de aficionados al canto que darán conciertos en varios espacios urbanos de la ciudad. La fotografía tiene su cita en septiembre con la exposición de Catherine Balet titulada Looking for Masters, que presentará la evolución del medio desde los autorretratos de principios del siglo pasado hasta las últimas tendencias de Instagram. Octubre será el mes del teatro, se representarán obras y performances de Peter Brook, Eugenio Barba y Jan Fabre, entre otros. También las artes visuales, con una gran exposición titulada ‘Marc Chagall y la Avant-garde de los Pintores Europeos se inaugurará en octubre. Y la industria del cine centrará su mirada en Wroclaw (en diciembre) en el acto de entrega del premio The European Film Award.
La ceremonia de cierre de la capitalidad, se celebrará durante el fin de semana del 16 al 18 de diciembre bajo el título de ‘Heaven’; reunirá para la ocasión una gran orquesta compuesta por músicos de Alemania, Israel, Chequia y Polonia en el Pabellón del Centenario, un gigantesco edificio de hormigón que fue diseñado por Max Berg, construido entre 1911 y 1913, que se convirtió en la mayor sala del mundo y la primera cubierta con una cúpula de este material.
Y visitar, al atardecer, el barrio eclesiástico, un remanso de paz iluminado por farolas a gas que un farolero como los de antaño enciende una a una; y su mercado cubierto, al que apodan ‘la basílica’ por la forma de su techo abovedado; y la majestuosidad del Aula Leopoldina de su Universidad; y terminar subiendo a la torre de La Catedral, la joya gótica de Wroclaw, desde donde hacer la foto panorámica para no olvidarnos del perfil esta ciudad polaca tan desconocida…¡hasta ahora!
LOS GNOMOS
Perderse por las adoquinadas calles de la parte vieja y descubrir las fachadas de colores de las casas burguesas es uno de los paseos que hay que tomarse sin prisa; pero en el camino nos iremos topando con unas simpáticas esculturas.
Son los Gnomos de Wroclaw… porque la ciudad se vio invadida por estos duendecillos en la década de 1980 por obra y gracia de un movimiento contestatario llamado Alternativa Naranja. Se trataba de una acción protesta con la que sus miembros ridiculizaban al gobierno comunista de aquellos tiempos. La ironía como arma se hizo patente en forma de gnomo pintado en los muros donde las autoridades habían tapado los grafitis antigubernamentales. Hoy en día el espíritu de los gnomos pervive transformado en pequeñas esculturas de bronce que se encuentran desperdigadas por la ciudad. Los hay que leen un libro o que teclean un ordenador, que empujan bolardos o que dormitan en la acera. Hay 150 duendecillos, y existe también un plano para encontrarlos.
CITA CON EL PAPA FRANCISCO
A destacar también que del 26 al 31 de julio 2016 se celebrará en Cracovia la llamada JMJ (Jornada Mundial de la Juventud), la cíclica reunión de jóvenes de todos los continentes con el Papa Francisco. Cracovia se encuentra a 270 kilómetros de Wroclaw y se tarda 3 horas en llegar (en tren o en autobús).
JMJ: www.krakow2016.com
GUÍA DE VIAJE
COMO IR
La compañía polaca LOT (www.lot.com) tiene vuelos diarios desde Madrid y Barcelona a Wroclaw con escala en Varsovia. La duración del vuelo es, aproximadamente, de cuatro horas.
Durante todo el verano, y desde Alicante, la compañía low cost Ryanair (www.ryanair.com) tiene vuelos directos a Wroclaw. Desde Madrid, los vuelos directos a Wroclaw -también con Ryanair- darán comienzo en octubre de este año.
ALOJAMIENTO
En el rango más económico existe un albergue situado en una tranquila calle muy cerca de la plaza Rynek, de nombre Hostel Mleczarnia (www.mleczarniahostel.pl). Es antiguo, pero rebosa encanto. Y en la clase más elegante está el Hotel Monopol (www.monopolwroclaw.hotel.com), que en sus mejores días alojó a personajes eminentes como Picasso (y menos deseables como Hitler). Totalmente renovado, ahora tiene spa y varias boutiques.
Si desea un apartamento para varias personas también existe una compañía llamada AS Apartments (www.asapart.pl) que tiene varias casas repartidas por el barrio antiguo. Todos los apartamentos tienen cocina, lavadora y frigorífico.
En el barrio eclesiástico, un lugar tranquilo donde no hay ni bares ni restaurantes, hay un hotel de nombre Juan Pablo II (www.hotel-jp2.pl), que aunque su gigantesca lámpara de lágrimas del lobby recuerda a un hotel de Las Vegas, la realidad es que se ajusta al horario conventual, porque el bar cierra a las diez en punto de la noche y ya no hay forma de tomarse un chupito de vodka.
DÓNDE COMER
En los alrededores de la Plaza Rynek se encuentran multitud de restaurantes, pizzerías y hamburgueserías convencionales, pero conviene apartarse del centro y callejear para dar con la verdadera cocina polaca, que siempre es interesante probar.
La costumbre es empezar siempre con una sopa, que puede ser de remolacha, de ajo, de cebolla…o de goulash. Algunos restaurantes recomendables de estilo polaco son: Karczma Lwowska y Chatka Przy Jatkach.
En la plaza Rynek está Steak House & Whiskey Jars (www.whiskeyinthejar.pl), un animado bar con música en directo y coctelería variada.
Como experimento y para saber cómo comían (algunos) polacos de la época soviética, podemos probar los bar-mleczny (bar-lechería). Se trata de austeras cafeterías con mesas compartidas que ofrecen platos sin carne a precios muy bajos. La palabra “leche” recuerda que la mayor parte de los productos que se sirven son lácteos. Ahora, algunos ‘bares de leche’ tienen terraza con sombrillas que publicitan Coca-Cola… aunque no sirven cubalibres.
Como contraste, en el más puro estilo capitalista, el más famoso restaurante de la ciudad se llama La Maddalena (www.lamaddalena.pl). Todo exquisito… ¡y no es tan caro!
Y si quiere emociones fuertes no se pierda el club nocturno PRL (Rynek-Ratusz, 10), donde un busto de Lenin le recibirá a la entrada. Tiene una pista de baile donde puede mover el esqueleto bajo las miradas de posters de Stalin y Mao… Me pregunto si aquí bailaba el proletariado.
MÁS INFORMACIÓN
Turismo de Polonia: www.polonia.travel/es y www.wroclaw2016.pl