Un recorrido por los Parques Naturales de Asturias nos permite disfrutar de unas de sus atracciones menos disfrutada como es la de observar a los osos.
TEXTO Y FOTOS: PEDRO GRIFOL
Al Principado de Asturias se puede viajar por muchas razones: para contemplar sus paisajes, para disfrutar de su tradicional gastronomía, para perderse por sus históricas ciudades, o para nadar en alguna de sus escondidas playas… Pero hay una que es menos común y, sin duda, es la más aventurera: viajar para observar a los osos.
Actualmente sólo hay dos lugares en la península Ibérica con población de osos pardos en libertad. Uno es en los Pirineos, donde hace años se reintrodujo la especie; y el otro es la cordillera cantábrica, donde los osos han permanecido de forma permanente, y donde se distribuyen por Asturias, Cantabria y el norte de Castilla y León; aunque la mayoría se concentra en Asturias; y allí es donde encontramos los mejores lugares para el avistamiento del oso pardo que, a la vez, constituye el mayor desarrollo de esta actividad como atractivo turístico.
La supervivencia
El oso pardo tuvo su momento más crítico hace algunos años cuando la población estuvo a punto de extinguirse. En 1973 había menos de 50 osos, y en 1989 solo se tenían localizadas seis osas con sus crías.
No cabe duda de que, por lo menos al respecto, tenemos que reconocer la labor de la Fundación Oso Pardo (FOP), que este año cumple 30 años, y cuyos objetivos son la conservación y restauración de los hábitats para la especie, el seguimiento de la población osera, la lucha contra el furtivismo, la educación ambiental y la prevención de conflictos entre humanos y osos. En la actualidad, la población de osos pardos se estima en unos 300 ejemplares… que campan a sus anchas por el paraíso natural asturiano.
A otro nivel, trabaja y contribuye activamente la ONG The European Nature Trust (TENT) cuya misión es, igualmente, proteger y restaurar las áreas silvestres que, en palabras de Paul Lister, su fundador, se resume de la siguiente manera: “España ha conservado con orgullo gran parte de su vida salvaje. Dado que gran parte de la megafauna europea se ha perdido, especies emblemáticas, como el oso pardo, aún deambulan por los valles de la Cordillera Cantábrica. Nuestra visión compartida es la de una Iberia más salvaje, donde los humanos coexistan con poblaciones de vida silvestre”.
Animal icónico
Aunque el avistamiento de osos pardos en libertad no es tarea fácil, la emoción de la búsqueda está garantizada porque mientras esperamos la aparición del oso, como el paisaje asturiano se muestra tan impactante, podemos disfrutar de cómo, entre bosques y roquedos, pasean y saltan ciervos, rebecos, corzos y zorros, a la par que en el algodonado azul infinito planean las majestuosas águilas imperiales…
También no está de más advertir que, aunque los osos han tenido algún encuentro con los lugareños que pueblan las zonas rurales, las consecuencias no han pasado del susto. Sin embargo, una descontrolada invasión turística puede acarrear graves consecuencias, por lo que es recomendable confiar en los guías especializados que conocen bien las épocas, las horas, los momentos y las zonas donde los osos pueden verse; por eso el avistamiento de este gran plantígrado -¡el mayor mamífero de la península Ibérica!- tenemos que hacerlo de una manera organizada y responsable… Ya que, ‘por libre’, solo los cazadores furtivos llegan a ver al oso de cerca cara a cara… ¡cómo para hacerse un selfie!
Luis Frechilla, miembro de la agencia Wild Spain Travel, naturalista y artista (a él se deben los dibujos que ilustran las cartelas de algunos puntos de observación) nos informa de la situación con su experiencia de campo: “Es más fácil ver al oso en primavera, antes de que aumente el calor. Curiosamente, las hembras con sus crías y los machos suelen estar en lugares diferentes. Las hembras buscan alimento fácil y proximidad al refugio y se mueven en áreas relativamente reducidas. Los machos aparecen en los lugares más imprevisibles”.
Víctor Trabau
En este viaje ¡no hay nada mejor que juntarse con expertos! Víctor Trabau es un veterano guía (aunque tiene 30 años), que dirige su empresa Trabau Ecoturismo, y que también es tixileiro (o cunqueiro), un oficio que le enseñó su tío y del cual presume de que él es último artesano que queda en Asturias, y que consiste en extraerle a un tosco bloque de madera de abedul, fresno o nogal un cuenco pulido a mano. Víctor es docto en su tierra, sabe y ama tanto sus raíces que cuando habla, sus palabras parecen surgidas de la ciencia infusa: “Los osos son animales promiscuos, el vínculo de pareja dura unos días. En primavera, que es la época de celo y cuando los osos cortejan a las osas, los machos realizan largos desplazamientos para buscar hembras. Las osas ¡promiscuas también ellas! copulan con el mayor número posible de machos, al parecer como un mecanismo para evitar el futuro infanticidio de sus crías, ya que con frecuencia el macho mata a las crías para que la hembra vuelva a estar en celo. Y una curiosidad: estudios recientes han confirmado que ellas no son capaces de saber quién es el padre real. Cuando la hembra es fecundada no comienza la gestación ya que el óvulo fecundado flota libremente en el útero y no se implanta hasta el otoño. Solo entonces comienza la verdadera gestación, que dura dos meses. En plena hibernación y en la seguridad de la osera, la hembra pare de una a tres crías, con frecuencia de distintos padres”. Dicho esto, e informados también sobre las precauciones a tomar por si acaso algún oso viene a saludarnos de cerca, podemos emprender la búsqueda por las verdes montañas de Asturias.
Dónde ver osos
El lugar habitual para situarnos e iniciar nuestro recorrido es Pola de Somiedo, la localidad más importante del área e integrada plenamente en la Reserva Natural. Podemos empezar aquí con una visita al Centro de Interpretación del Parque, donde encontraremos información sobre sus recursos naturales y etnográficos. El Parque Natural de Somiedo, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es uno de los espacios naturales más emblemáticos de Asturias. Comprende una extensión de casi 30.000 hectáreas, en la que podemos encontrar bosques de hayas y robles, amplias zonas de prados y las espectaculares montañas de la Cordillera Cantábrica que se suceden entre ríos y lagos. Somiedo es el lugar habitual para el avistamiento de osos. Cuenta con diferentes miradores que ofrecen espectaculares panorámicas de la reserva… como el Mirador del Rey, en La Peral. 
Al amanecer se forman los grupos de turistas junto a los equipos de profesionales y se procede al traslado, en vehículos 4×4, a los enclaves específicos previamente, y ubicados en plena montaña. Los equipos de guías llevan potentes telescopios y prismáticos, razón por la cual es recomendable ir acompañados por expertos, ya que es la única manera de ver (un poco más ‘de cerca’) a los osos, que campan en la lejanía por los claros de los frondosos bosques y las rocosas laderas. La perspicacia con la que los guías suelen descubrir a los animales entre el matorral o sobre una roca es asombrosa.
Durante el recorrido veremos huellas y marcas de garras en algunos árboles, además de unas peculiares estructuras pétreas en forma de herradura, llamadas cortines, y construidas para proteger las colmenas mieleras para que los osos no puedan acceder a ellas. Sabido es que la miel es otro de sus alimentos favoritos. Se puede tardar bastante tiempo en divisar osos… o quizá no los veamos (todo hay que advertirlo). De cualquier manera, en la paciente espera, tendremos tiempo para reflexionar sobre todo lo que estamos aprendiendo… Después, daremos tiempo al tiempo para que nuestros deseos se cumplan. Si aparece el oso, el recuerdo será para toda la vida.
GUÍA PRÁCTICA
MÁS INFORMACIÓN
Palacio Flórez-Estrada.
Junto al viaje para ver osos pardos en Asturias, se pueden hacer otras visitas, como La Casa del Oso de Pola de Somiedo. Tienen teléfono (985763406), pero la visita se gestiona a través de la Fundación Oso Pardo.
También es interesante el Ecomuseo de Somiedo, situado en el pueblo de Veigas, donde puede verse cómo se construían las tradicionales casas de teito.
Para el que guste de practicar senderismo, el Parque Nacional de Muniellos, Reserva de la Biosfera, es una excelente opción… pero allí no hay osos.
Un buen lugar para pasar la noche es en el Palacio Flórez-Estrada, un impresionante alojamiento situado en Pola de Somiedo. También Somiedo tiene una casa rural. Se llama Buenamadre, y es una buena opción si vamos en familia.
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