La geografía escocesa y las carreteras que la atraviesan ha sido el escenario de muchos anuncios publicitarios de marcas del motor. Su accidentado paisaje, lleno de montañas, bosques, ríos y lagos convierten a este orgulloso país en uno de los destinos favoritos de los conductores.
Texto y Fotos: JOSÉ MARÍA DE PABLO
Edimburgo: En el trono de Escocia
Este tour por Escocia no puede más que empezar en Edimburgo, su capital, que dispone de encantos suficientes como para estar en la lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Apesar de tener casi un millón de habitantes, en ningún momento uno piensa que esté en una gran ciudad. De hecho, hay que olvidarse del coche y hacer un poco de ejercicio recorriéndola a pie.
Desde los jardines de Princes st., el salón de estar de Edimburgo cuando la lluvia da una tregua, se ve impresionante la silueta del Castillo, principal icono de la ciudad, todo un símbolo histórico del poder de los reyes de Escocia. La gran mole negra y verde sobre la que se asienta la fortaleza, geológicamente un volcán extinto, dispone de miradores para observar todo Edimburgo y sus puntiagudos tejados de pizarra, llegándose a ver el estuario del río Forth.
El interior del castillo está lleno de estancias cargadas de objetos con muchas historias que contar. Por ejemplo, las joyas de la monarquía escocesa, un conjunto venerado en todo el país británico formado por corona, cetro y espada reales, a las que acompaña la misteriosa Piedra del Destino o de Scone, una losa de arenisca sobre la que se han coronado a los reyes de Escocia desde tiempos inmemorables y a los de Inglaterra los últimos 7 siglos, ya que tras una guerra en el siglo XIII entre ambos reinos, la piedra fue trasladada a la Abadía de Westminster y no fue devuelta hasta 1996. El equipo real está guardado detrás de unas vitrinas de seguridad capaces de resistir cualquier ataque con armas de fuego.
Entre la puerta del castillo y la del Palacio Real de Holyrood hay exactamente una milla y ambos monumentos están unidos por la calle más famosa de la ciudad, la Royal Mile. Allí, junto a otros importantes edificios, está la George Herriott School, un prestigioso colegio de estilo gótico que se dice inspiró la creación del Hogwarts School, la escuela de niños magos en la que se gradúa Harry Potter gracias a la pluma de J.K.Rowling.
Antes de llegar la mítica residencial real está uno de los nuevos símbolos de orgullo nacional: el Parlamento de Escocia, un edificio de vanguardia firmado por el arquitectos catalán Enric Miralles, símbolo de la soberanía escocesa.
El Palacio de Holyrood, o de la Santa Cruz, fue escenario de morbosas intrigas palaciegas de las que aún quedan evidencias físicas: es el caso del asesinato del “secretario” de María Estuardo, ajusticiado por el marido en compañía de otros 50 nobles convenientemente armados. La marca de la sangre derramada por el aplicado ayudante de la Reina de Escocia aún sigue visible en el suelo…
Antes de adentrarse en las Tierras Altas hay que dirigirse hacia St. Andrews, una ciudad pequeña 50 millas al norte de Edimburgo conocida mundialmente por su exclusiva universidad (en la que estudiaron el príncipe heredero Guillermo y su esposa Kate, entre otros miembros de la élite británica) por ser la cuna del golf.
La Universidad de St. Andrews nació hace exactamente 603 años a la sombra de una abadía y una catedral dedicada al patrón de Escocia, San Andrés. Los restos del templo, arruinado durante las guerras de religión provocadas por Enrique VIII, es hoy el monumento más visitado, especialmente la torre de San Regulus, restaurada para que se pueda subir a su extremo más alto. Desde ahí arriba se descubre el bonito paisaje del Mar del Norte azotando las agreste costas escocesas, así como las torres de las iglesias y los muros de las diferentes facultades universitarias.
También se divida la playa más famosa del país, no por sus cálidas aguas, si no por ser el escenario de la primera escena de la película Carros de Fuego a la que acompañaba la música de Vangelis. La playa se encuentra junto al Old Course, considerado el primero donde se jugó al golf hace más de 600 años. Sus 18 hoyos son objeto de deseo de golfistas de todo el mundo, a los que se recomienda reservar con mucha antelación para probarlo y no pagar más de la cuenta.
Pese a su exclusividad, el campo es público y el domingo su césped se convierte en parque, así que ese día es posible hacerse una foto en su famoso puentecillo, igual que los ganadores del Open de Golf que se ha celebrado aquí 29 veces.
Los mejores campos de golf
Al margen de St. Andrews, esto son otros cinco campos que hay que probar si se quiere jugar al golf en Escocia:
– The Ailsa, en Turnberry. The Ailsa, 7.211 yardas, par 70, está junto a los restos del castillo del heroico rey escocés Robert the Bruce.
– Muirfield. También considerado como el mejor del Reino Unido e Irlanda por la revista Golf Monthly, este campo de golf fue la sede del Open Championship 2013.
– Internacional Trump Golf Links. Los 18 hoyos diseñados por Martin Hawtree están junto a unas hermosas dunas de arena en el corazón del Aberdeenshire.
– Loch Lomond. Rodeado de los misteriosos paisajes de las Highlands, este campo exige una destreza especial desde el tee de salida hasta el green.
– Kingsbarns. Desde todos sus hoyos se ve divisa el Mar del Norte y, cuentan quienes lo han probado, es un campo divertido de principio a fin.
Las Tierras Altas y sus paisajes de cuento
Una parte de las llamadas Highlands, o Tierras Altas, es conocida como Parque Nacional de Cairngorms. Dentro de sus límites encontramos paisajes bucólicos pintados por la luz de la complicada meteorología escocesa, es decir, en un breve intervalo de tiempo se pueden vivir las cuatro estaciones del año.
Con esas condiciones no es difícil que la carretera nos vaya contando en cada curva los apasionantes mitos celtas o aventuras vividas por guerreros ataviados con el tradicional kilt (falda escocesa) con los colores de su clan.
La carretera más escénica es la A93, que comunica Perth con Ballater. Las colinas tapizadas de brezo color púrpura y los riachuelo van a acompañarnos durante todo el viaje.
En Braemar, junto al salmonero río Dee, se celebran anualmente el Braemar Gathering, que reúne el primer sábado de septiembre a gente de toda Escocia, incluyendo la Reina Isabel II (veraneante del cercano castillo de Balmoral), que acuden a presenciar los deportes tradicionales que se han practicado en estas tierras desde donde se pierde la memoria.
A solo 15 km, en la aldea de Crathie, se encuentra el paraíso estival levantado por la Reina Victoria, una finca de 20.000 hectáreas cuyo corazón es el Palacio donde la Reina Isabel y su familia pasan los meses de agosto y septiembre.
Balmoral abre solo sus puertas a los visitantes de abril a julio. Por el contrario, la destilería de whisky (“agua de vida” en gaélico), Royal Lochnagar Distillery abre todos los días para ofrecer visitas guiadas que incluyen una explicación de todo el proceso de fabricación y una cata del mismo whisky que se distribuye con el sello Royal Warrant, señal de que es proveedor oficial de la Casa Real británica.
GUÍA DE VIAJE
COMO IR
Iberia Express vuela hasta Edimburgo desde Madrid ofreciendo entre 4 y 6 frecuencias semanales. I/V desde Desde 140€. www.iberiaexpress.com
ALOJAMIENTO
Hilton Edinburgh Grosvenor Hotel. Edificio histórico a 10 minutos del centro caminando. Habitaciones grandes y reformadas. Desde 79 libras. www.hilton.co.uk
The Russell Hotel, St. Andrews. Frente al mar y cerca del Old Course. Excelente servicio y un restaurante gourmet. Tiene ofertas para combinar alojamiento y acceso al campo de golf. Doble desde 52 libras. www.russellhotelstandrews.co.uk
DÓNDE COMER
Café Royal, Edimburgo. Histórico pub con comedor donde degustar gastronomía escocesa, como el haggis.
Swilcan Restaurant, St. Andrews. Es el restaurante del exclusivo Links Clubhouse, gestor del Old Course. Tel: +44 (0)1334 466666. Email: swilcan@standrews.org.uk
MÁS INFORMACIÓN
Turismo de Escocia: www.visitscotland.com