Durante el Carnaval de Venecia, la ciudad más romántica del mundo es cuando su atmósfera se nos ofrece con más orgullo y esplendor. Un viaje en coche por el norte de Italia hasta La Serenissima es una atractiva opción para descubrir un poco más de la esencia italiana.
TEXTO Y FOTOS: PEDRO GRIFOL
Para los que presumen de conocer Italia, que ya han estado en Roma, Florencia, Nápoles, etcétera, existe un viaje por hacer para aquellos que quieran conocer un poco más de cerca la esencia italiana; para los amantes del movimiento ‘slow’, esa tendencia -casualmente también italiana- nacida para degustar la vida con calma… y también su gastronomía (‘slow food’). Es decir: Un viaje para los que les guste conducir por carreteras secundarias disfrutando de la vida tranquila. Un placentero recorrido por pequeños pueblos ricos en historia; lugares donde lo que más se percibe es el silencio; parques naturales donde las cigüeñas guardan la ausencia de su pareja en paz… y donde la siesta es lo más importante.
Lo primero es pensar en el coche, que alquilaremos en Bérgamo (Región de Lombardía), aeropuerto elegido para el inicio del viaje y al cual vuela diariamente más de una compañía low cost desde España. Imprescindible un GPS fiable; y por qué no, añadir un clásico mapa en papel (clásico proceder que nunca falla). El trayecto puede ser lo largo que queramos… pero empecemos por los sitios imprescindibles: Mantua y Sabbioneta, ambas incluidas en la lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad, y que tienen en común la herencia dejada por el señorío de Vespasiano Gonzaga, un noble italiano, arquitecto castrense y hábil diplomático que llegó a ser uno de los hombres de confianza de Felipe II. Sus feudos comprendían parte de la Italia septentrional y el ducado de Sabbioneta, donde murió en 1591. La pequeña Sabbioneta es una joya urbana de valor inestimable nacida del ideal humanista del prócer Gonzaga. Posee, además del Palazzo Ducale (residencia del señor Gonzaga) un original teatro, que constituye el primer ejemplo de recinto estable de la historia de Talía, conocido como Teatro all’Antica.
Un palacio en la campiña
La capital de la provincia, Mantua, es otra joya. Calles porticadas, plazoletas y patios que nos transportan al esplendor de las cortes del siglo XVI. Ineludible la visita al Palacio Te (palazzote.it), grandiosa villa ideada también por el clan Gonzaga como lugar de asueto situado en una verde campiña. Allí, en alguna fiesta estuvo Carlos V, al que Federico II Gonzaga regaló cuatro magníficos cuadros mitológicos pintados por el insigne Corregio, pero que el emperador, por razones de moralidad, tuvo que desprenderse de ellos. Los frescos que hoy en día (milagrosamente) se conservan son impactantes y no nos dejarán impasibles; son las famosas pinturas orgiásticas de los banquetes del Olimpo, un espectacular ejemplo para gozar con la imaginación.
Proseguimos ruta hasta El Parco del Mincio, un lugar en plena naturaleza, centro para la protección de la cigüeña blanca. A pocos kilómetros está uno de los burgos medievales mejor conservados de Italia, el coqueto burgo Castellaro Lagusello. Comer, beber…y ‘cabezada’.
Aunque parezcan muchos sitios… todo está un área de no más de 25 kilómetros a la redonda y en algunos lugares solo estaremos medio día, así que tenemos tiempo para verlo todo. Seguimos enumerando joyas desconocidas: Santuario de la Virgen de Grazzia, en Grazzia Curtatone ¡con su cocodrilo disecado suspendido del techo de la iglesia!… y sus pertinentes leyendas.
El otro lado del río ya pertenece la Región Véneta. El primer pueblo que nos encontramos es Arquà Petrarca, donde nació y vivió el poeta Petrarca; poco más que visitar que su casa y contemplar los viñedos de uva vespaiola que circundan el idílico paraje; pero no tenemos que abandonar el pueblo sin probar el prosecco que elabora Pino Cesarotto, la bodega más ‘trendy’ del lugar. En la zona se concentran tres pueblos medievales: Monselice, con su notable castillo repleto de armas originales del medievo; Este y su muralla fortificada; y Montecchio, un pueblo que tiene uno de los museos más visitados de Italia: la Fundación Bisazza. Se trata de una extravagante colección de objetos a gran escala recubiertos de gresite. Es el capricho de un empresario que se hizo rico solando piscinas de medio mundo con este tipo de mosaico. Merece la pena su visita por lo kitsch que resulta.
Y con Bassano del Grappa, conocida localidad por su homónimo aguardiente, la grappa, damos por concluido este recomendable periplo por el norte de Italia. Hemos recorrido unos 350 kilómetros antes de llegar a Venecia… ¡Pero tampoco hay que pararse en todos los pueblos!
Llegamos a ‘La Serenissima’
Aquí se acaba la calma, porque Venecia -apodada también ‘La Serenissima’- en carnavales deja de ser tan serena. Llegar en coche a Venecia es cómodo, pero debido al plano urbanístico de la ciudad no pueden circular coches, así que hay que aparcar a la entrada de la ciudad. El parking municipal, con capacidad para 2.500 vehículos, es el más barato: 1 euro a la hora; pero un consejo: por 3 euros más reservadlo online, ya que para esas fechas estará ‘casi’ lleno.
Carnavales hay muchos, pero ninguno tiene la exclusividad, la originalidad y el encanto de tiempos pasados como el Carnaval de Venecia. Aunque el primer documento oficial en el que el Carnaval de Venecia aparece como fiesta pública se remonta al año 1296, el carnaval actual se celebra solo desde 1980, año en que los festejos se reemprendieron como atractivo turístico tras dos siglos de ausencia a causa de la prohibición decretada por Napoleón, que cuando invadió la República de Venecia en 1797, abolió sus glamurosas fiestas paganas, que en aquellos tiempos protagonizaban con sus desmanes los aristócratas venidos de toda Europa. Muy distintos son hoy en día sus festejos, ya que las osadas transgresiones para disfrutar del adiós a la carne ahora se limita a un esteticista desfile de turistas pavoneándose por la ciudad emperifollados con disfraces y máscaras que convierten el evento en un barroco festival de vanidades. Como todos los años, el 24 de febrero, lugareños y visitantes deambularan en un continuo ir y venir por las callejuelas, dando un paseo en góndola o abarrotando algún café… para terminar en la gran concentración de la plaza de San Marcos y contemplar ‘Il Volo della Colombina’, en el que una paloma (de cartón) se deslizará a través de un cable desde el campanario de la iglesia hasta el otro extremo de la plaza, el Palacio Ducal. A mitad de vuelo la paloma soltará su cargamento de confeti jaleada por una gran ovación. Al atardecer, los enmascarados se dispersarán por las numerosas fiestas que acontecen por toda la ciudad. Es cuando Venecia envuelve a sus visitantes en el misterio.
Aunque en los últimos años las máscaras y los disfraces han experimentado algunas variaciones condicionadas por la moda, los disfraces habituales siguen siendo los clásicos personajes que encarnan la Commedia dell’Arte: el Arlequín, con su típico traje confeccionado con retales romboides de varios colores; Pantaleone, ‘señor’ del arlequín, ataviado de rojo y negro; el Capitano, con su enorme sombrero de plumas; Colombina, la compañera de Arlequín; y el Doctor Peste, el clásico veneciano de máscara blanca con larga nariz y capa negra.
El aeropuerto de salida será el Marco Polo de Venecia (donde dejaremos el coche). Un aeropuerto para comerse Italia. Porque los italianos sí que saben vender lo suyo. Aceites, quesos, embutidos, quesos, vinos… Un increíble surtido de delicatesen de diseño ‘made in Italy’ que están al alcance de nuestra tarjeta de crédito. Es el momento de hacer una compra en regla para poder recordar, ya en casa, que hemos descubierto algo más de la esencia italiana.
GUÍA PRÁCTICA
FECHAS DEL CARNAVAL
El Carnaval de Venecia 2019 se celebrará entre el 23 de febrero y el 5 marzo de 2019. El inicio oficial será el 16 de Febrero con el evento de la Festa Veneziana sull’acqua. Se pueden alquilar disfraces en el Hotel Bauer, donde también tienen pelucas y le dejarán perfectamente maquillado y listo para la vivir una noche fantástica.
DÓNDE DORMIR
Los mejores hoteles de Venecia se encuentran en el Gran Canal, pero también se puede encontrar alojamientos pintorescos en alguna de sus estrechas calles. Naturalmente para las fechas de carnaval será mejor reservar con bastante antelación. Listado completo listado de hoteles y precios.
Otra opción es buscar hoteles en zonas cercanas a Venecia como Mestre, Treviso o Padova.
Más información
Mantua.
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