El Cerrato, una comarca natural regada por el río Pisuerga a su paso por las provincias de Valladolid y Palencia es célebre por sus vinos rosados D.O Cigales. Este escenario de cerros y páramos ofrece la combinación perfecta de cultura, gastronomía y experiencias originales para disfrutar de Castilla en familia sin estrés ni aglomeraciones.
TEXTO Y FOTOS: JOSÉ MARÍA DE PABLO
Al norte de la ciudad de Valladolid, se extienden las tierras del Cerrato, una comarca natural formada cerros chatos y páramos en los que se cultivan cereales y vides, con cuya uvas se elaboran unos excelentes vinos rosados comercializados bajo la etiqueta de la D.O Cigales.
Alrededor del mundo del vino, tan arraigado en esta provincia castellana, municipios más atractivos de la comarca, bodegueros y empresas de actividades se han unido para crear la Ruta del Vino de Cigales. Agrupando así su oferta, los viajeros encontrarán fácilmente cómo disfrutar de este territorio ideal para una escapada rural sin aglomeraciones y con la seguridad que ofrecen los espacios abiertos.
Empezamos este viaje por estas tierras de visitando el Castillo de Fuensaldaña, un ejemplo típico de estas construcciones defensivas en Castilla, con una gran torre del homenaje destacando sobre el resto. El de Fuensaldaña, a solo 10 km del centro de Valladolid, fue usado hasta 2007 como sede de las Cortes de Castilla y León, por lo que presenta un aspecto impecable. Hoy en día es el escenario de visitas teatralizadas, una manera fácil y divertida de meterse de lleno en los dramas históricos del medievo, algunos de cuyos actos tuvieron lugar entre los muros de este castillo.
En Cigales, municipio que ejerce de capital de la comarca y que da nombre a sus caldos, destaca la Iglesia parroquial de Santiago, popularmente conocida como la catedral del vino por sus dimensiones monumentales. El templo de estilo renacentista es obra de Gil de Hontañón, discípulo de Herrera, por lo que su figura nos recuerda inevitablemente a la de la catedral de Valladolid. El traslado de la capital del reino de Valladolid a Madrid paralizó las obras durante 200 años, hasta que cigaleño ilustre, un obispo de Guadalajara, México, fundador de la universidad de dicha ciudad, quien donó la cantidad necesaria para que el edificio pudiera completarse.
Todos los pueblos de la ruta del vino cuentan con un barrio de bodegas, estructuras subterráneas excavadas sin más técnica que el sentido común, en las que los agricultores criaban sus vinos a temperaturas constantes todo el año. En Cigales hay alrededor de 300, muchas de las cuales se han rehabilitado y adaptado para ser usadas como locales de ocio familiar.
Los visitantes pueden conocer un poco más de los viejos modos de vida en el Cerrato visitando la Bodega Tradicional del S. XVII habilitada ahora como museo, aunque hay que señalar que estuvo en producción hasta 2006. En su interior se conserva la espectacular viga romana de 8 metros con la que se movía el mecanismo para prensar la uva.
Para conocer el lugar donde crecieron las primeras vides en el Cerrato hay que desplazarse hasta Cabezón del Pisuerga, pueblo muy conocido por su puente de piedra de nueve ojos que jugó un papel clave en las comunicaciones de la vieja Castilla, puesto que por él pasaba la Cañada Real Leonesa y el Camino Real de Burgos.
La relación de Cabezón con el vino empezó con la llegada de los primeros monjes del Císter al monasterio de Santa María de Palazuelos, situado a las afueras del pueblo. Fundado en el siglo XIII por Alfonso Téllez de Meneses, héroe de la batalla de las Navas de Tolosa, el monasterio fue abandonado a su suerte tras la desamortización. El templo gótico estuvo a punto de desaparecer en 1998, cuando la cubierta colapsó. Sin embargo, y gracias a la iniciativa de los vecinos, se ha logrado restaurar y ahora su amplia nave central es un escenario de primer orden para la celebración de eventos culturales y exposiciones.
No es éste el único proyecto vecinal. El Parque Temático de Cabezón del Pisuerga, un museo al aire libre dedicado a los modos de vida castellanos a lo largo de la primera mitad del siglo XX, es otro gran ejemplo. El parque es además el escenario de fiestas populares como el Belén Viviente de Navidad.
El Canal de Castilla
A los pies del Monasterio de Santa María de Palazuelos pasa uno de los más ambiciosos proyectos de la España de la Ilustración: el Canal de Castilla. Esta obra de ingeniería civil se diseñó para facilitar el traslado de productos de la meseta castellana, principalmente trigo, hasta los puertos del Cantábrico mediante un canal que permitía salvar el desnivel gracias a un sistema de esclusas.
Ocho km de los 207 que se pudieron ejecutar antes de la llegada del ferrocarril a España, transcurren entre el monasterio de Santa María de Palazuelo y la esclusa Número 40, situado junto a la estación de Cubillas de Santa María. La manera más divertida de experimentar esta genialidad es en bicicleta, especialmente recomendable al atardecer, cuando los últimos rayos de sol colorean los Cortados de Cabezón, un barranco tallado por las aguas del Pisuerga. La empresa Itinerante ofrece este tipo de paseos incluyendo buenas explicaciones sobre la historia del canal y su patrimonio industrial, así como visitas guiadas al monasterio.
Otro lugar donde hacer parada y fonda (ver direcciones) es Valoria la Buena. Este pequeño pero coqueto pueblo está orgulloso de su Iglesia, del siglo XVIII y con una original planta central rematada por una cúpula enyesada.
Valoria la Buena es el lugar perfecto para adentrarse a explorar los páramos tapizados de plantas aromáticas como la salvia, el tomillo, espliego o romero. Esta variedad permite a los propietarios de la empresa Miel Montes de Valvení disponer de colmenas de donde sale una amplia variedad de mieles. La empresa organiza además excursiones por el Cerrato que incluyen una emocionante “api-experiencia” totalmente segura en las colmenas, junto a las abejas.
Este viaje termina en la ciudad de Dueñas, un municipio declarado Conjunto Histórico-Artístico, el único de Palencia que pertenece a la Ruta del Vino de Cigales. Con alrededor de tres centenares de bodegas subterráneos, sólo una de ellas puede etiquetar sus vinos como D.O Cigales. Hablamos de Bodega Remigio de Salas Jalón.
Operativa desde 1780, la bodega excavada en la montaña conserva el mecanismo de su vieja prensa movida con una enorme viga de olmo centenario. En sus galerías se almacena sus vinos “ojo de gallo”, un cosechero producido con uvas multivarietales cultivadas en una misma parcela.
Antes de retornar a casa qué mejor plan que hacer una parada a degustar los chocolates (tabletas, bombones o a la taza si refresca) de la fábrica de La Trapa, cuyo origen hay que buscarlo en el vecino monasterio de San Isidro de Dueñas, un lugar de recogimiento desde al menos el siglo VII.
Ruta de las Bodegas
Bodega La Legua. La visita empieza en el viñedo y acaba en una sala de cata luminosa donde sus rosados pálidos te dejan sin palabras.
Bodega Hiriart. Cigales. Bodega familiar emparentada con la tradición enológica de la región de Burdeos, a donde viajaban con frecuencia como comerciantes de lana que eran. Además de sus tintos, Hiriart reivindica sus rosados de lágrima.
Bodegas y Viñedos Alfredo Santamaría. La tercera generación de viticultores es la encargada de mostrar los encantos de esta bodega situada en el casco antiguo de Cubillas de Santa Marta e integrada en el Hotel Rural Pago de Trascasas. Desde sus viñedos se ven las torres de la línea de telégrafo óptico que desde 1846 comunicaba Madrid con Irún.
Remigio de Salas Jalón. Dueñas. Espectacular bodega subterránea conservada tal y como era en 1778 pero adaptada para la producción de tintos jóvenes y crianzas, así como blancos verdejo, todo bajo la marca Las Luceras y elaborados con uva de sus propio viñedo centenario.
GUÍA PRÁCTICA
DÓNDE DORMIR
Hotel Rural Pago de Trascasas. Ocho habitaciones de estilo castellano con oferta de actividades enológicas, visitas al barrio de bodegas de Cubillas de Santa Marta y a Bodegas y Viñedos Alfredo Santamaría. Doble desde 60€.
Posada Real Concejo Hospedería. Casa señorial en Valoria la Buena restaurada al detalle y convertida en hotel boutique. La familia propietaria, cuyos recuerdos se pueden ver expuestos en los pasillos y salones de la casa, produce también su propio vino. Doble desde 80€.
CDÓNDE COMER
La Dama de la Motilla. Alta cocina castellana a la sombra del castillo de Fuensaldaña.
Bar a Tu Vera. Bar de tapas en Cigales. Famosos por sus torreznos y sus pinchos de concurso, como el de morcilla de Cigales con queso de cabra. C/ Lagunajo. Cigales. Tel. 983 58 67 23.
Bodegón El Ciervo. Restaurante familiar en una cueva de Cabezón del Pisuerga. Julián López, propietario y fundador, y su hijo David preparan un gran lechazo asado en horno de leña, así como carne roja a la piedra, guisos y postres caseros. Tel. 983 500 156.
El Sueño del General. Restaurante gourmet de la Posada Real Concejo Hospedería, Valoria la Buena, bajo la dirección del chef Jorge Gómez. Platos basados en producto local llenos de matices y aromas.
Casa de la Pradera. Cocina casera en donde degustar lechazo hecho en el horno de leña. Av de Valoria, 3. Dueñas. Tel. 979 78 04 01.
MÁS INFORMACIÓN
En la web oficial de la Ruta del Vino de Cigales.
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