La mayoría de los visitantes de Toledo lo hacen en solo de día; sin embargo, la capital castellano-manchega tiene otros secretos para descubrir cuando el atardecer la cubre de misterio.
TEXTO Y FOTOS: PEDRO GRIFOL
No le faltaba razón a Al-Idrisi, el gran viajero andalusí del siglo XII, cuando dejó escrito con justicia: «Toledo está por encima de cuanto se dice de ella. Dios la ha adornado como a una novia, ciñendo su cintura con un río parejo a la Vía Láctea y coronando su cabeza».
Durante la ocupación cristiana, allá por el siglo XI, Toledo no sufrió destrucciones ni saqueos, por lo que conservó su estructura y sus edificios más emblemáticos. Los nuevos vecinos ocuparon las casas y palacios que habían abandonado los musulmanes huidos de la ciudad, pero mantuvieron el estilo islámico por su atractivo decorativo. La expulsión de los judíos, en 1492, que vivían en un barrio propio -la judería- volvió a reorganizar la vida de sus habitantes y a cambiar el uso de las sinagogas. Así no nos extrañarán calificativos como La Sinagoga de Santa María la Blanca, que de formal estilo morisco, es un ejemplo del sincretismo de fusión arquitectónica entre las tres grandes comunidades monoteístas de la España medieval: cristiana, hebrea y musulmana.
Toledo emana la energía acumulada en siglos, e historia y leyenda se funden en los paseos nocturnos guiados por las estrechas y empinadas callejuelas del recinto amurallado.
A una hora de carretera -o 33 minutos en tren- de Madrid, Toledo supone generalmente la excursión de un solo día; sin embargo, la ciudad imperial tiene mucho más que ofrecer.
Paseos temáticos con encanto
En la ciudad quedan solo (o todavía) cuatro puertas originales desde antes de los tiempos de la expulsión de judíos. Lo dice Pilar Gordillo, directora de Evocarte, una empresa que guía tours privados por Toledo. «Cuenta la leyenda que ¡no sé cuándo! apareció por Toledo un descendiente de una familia judía expulsada portando una gran llave y buscando la puerta de la casa de sus antepasados… Y hubiera sido bonito saber que la cerradura de la antigua puerta respondió al giro de la llave… pero las leyendas es lo que tienen».
En los programas de visitas especializadas que proponen -tanto Evocarte como Leyendas de Toledo– podemos elegir varios recorridos. A saber: conocer los detalles de la memoria sefardí, sus señas de identidad, sus fiestas y su presencia permanente aun hoy en Sefarad; saber los hilos que se movieron para la construcción de la catedral… monasterios, iglesias y claustros; asistir, en la Capilla de Santo Tomé, a un emotivo evento cultural de música y poesía delante del cuadro El Entierro del Conde de Orgaz, de El Greco; o el hacer el tour ‘Visita a las damas de la Corte’, que nos instruye sobre secretos, agravios, romances, e historias de amor y desamor vividos en los conventos y caserones que han ido pasando de generación en generación. Inés de Ayala, Margarita de Austria, Doña Elvira de Castañeda y Mariana de la Palma serán algunas de nuestras anfitrionas que consentirán que nos asomemos a su intimidad en este viaje increíble por el laberinto toledano, y que finaliza en el palacio donde vivió la emperatriz Eugenia de Montijo, la esposa de Napoleón III, ahora convertido en el hotel de lujo Eugenia de Montijo y perteneciente a la cadena Marriot Autograph Collection Hotels, que conserva reminiscencias francesas y que sus decoradores han ‘tuneado’ con obras de arte contemporáneas, como el espléndido retrato de la emperatriz pintado por María Blanco Cobaleda que preside el lobby, así como el peculiar mobiliario (en color azul tiffany’s) que habla de los gustos y la pasión por la moda de la emperatriz, considerada una auténtica it girl de su época (las nobles copiaban sus estilismos), y a la que se le atribuye la creación del miriñaque, el armazón de aros metálicos que liberó a las mujeres del XIX de las enaguas. La moda en el vestir de la época está presente también en algunas estancias del hotel dedicadas al hombre que la tomó como musa, el que fuera el padre de la alta costura y diseñador de cabecera de Eugenia de Montijo, el inglés Charles Frederick Worth.
En el restaurante del hotel, de nombre Federico, son protagonistas algunas recetas tradicionales toledanas, como el ‘estofado de perdiz’ o el ‘escabeche de bonito’; con algunos guiños de platos más exóticos como ‘mejillones La Riviere’, o el ‘duo de baos mar y tierra’.
En homenaje al carácter goloso de la emperatriz, en el lobby del hotel se ha diseñado el Mazapan Corner, en el que puede degustarse (y comprar para llevar a casa) los macarons, la clásica galleta francesa que aquí elaboran con almendras toledanas.
La imponente bodega de Adolfo
A la hora del aperitivo no olvide que se encuentra en la ciudad donde está Tobiko, que es donde elaboran ‘las mejores croquetas del mundo’, título (literal) otorgado por expertos ‘croqueteros’ en la cumbre gastronómica Madrid Fusión.
El cocinero Iván Cerdeño, merecedor de estrella Michelin en 2020, tiene su restaurante en El Cigarral del Ángel, donde podremos degustar la huella gastronómica que dejaron las distintas culturas que han pasado por la ciudad. Espléndida terraza.
Pero sin lugar a dudas, el icono culinario de Toledo se llama Adolfo Muñoz, enseña indiscutible de la alta cocina castellano-manchega. Con el reconocimiento de ‘plato Michelin’, sus menús revelan la capacidad para avivar sabores y el gusto por mezclar con insólita armonía ingredientes de ese mar añorado en La Mancha con los productos autóctonos de la región, como así lo demuestra el ‘carpaccio de langostinos con granada’, o el ‘bacalao con ajos negros’. Mención especial para su ‘cordero manchego con su ventresca, quinoa y flor de ajo silvestre’… Y su nuevo plato veraniego: ‘sopa de melón con menta’.
Otro de los alicientes del guiado tour toledano es visitar su bodega, ubicada en una antigua cava del siglo IX, donde Adolfo atesora cerca de 26.000 botellas y más de 2.800 referencias de todo el mundo. Está considerada como una de las mejores del país. En ella duermen grandes joyas de la enología (Petrus, Romanée Conti, Château Lafite) y singulares producciones vinícolas de la casa, como Pago del Ama, ediciones limitadas de no más de 3.000 botellas por variedad que proceden del viñedo con que cuenta el chef en el cigarral de Santa María.
Clásicos damasquianos… y arte moderno
También hay que reservar tiempo para hacer otra visita toledana de rigor: ver de cerca un taller de damasquinado con los artesanos en plena labor. En la plaza de Santa Isabel está el convento homónimo (buen sitio -además- para comprar los dulces que elaboran las monjas), y entrando por el patio, al fondo está el taller Espadas y Arte de Toledo, cuyo trabajo artesanal consiste en la realización de dibujos mediante la incrustación de hilos y láminas de oro en acero o hierro. El nombre, que hace referencia a la ciudad de Damasco, es seña identificativa de la ciudad. Siendo esta la ciudad de las espadas por excelencia, es el mejor lugar para ver la colección de espadería de todas las épocas. Se mantienen los diseños tradicionales, donde predominan motivos geométricos y renacentistas, y siendo Toledo la ciudad de las espadas por excelencia, es el mejor lugar para ver la colección de espadería de todas las épocas. Las espadas más antiguas de las que tienen réplicas son las celtas. También tienen la falcata de Alejandro Magno, ‘la Tizona’ de El Cid y ahora también la llamada ‘Garra’, que es la espada que blande Jon Snow en Juego de Tronos.
En Toledo, hay que visitar el nuevo museo la ciudad: CORPO -Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha-, instalado en el histórico convento de Santa Fe. Una recopilación de obras de un valor excepcional firmadas por artistas de la talla de Delacroix, Kandinsky, Klee o Man Ray; cedidas por el coleccionista de arte cubano-estadounidense Roberto Polo.
Una vez ‘descubiertos’ algunos de estos secretos de Toledo, nos daremos cuenta que hemos estado poco tiempo en la ciudad imperial… Seguro que pensamos en volver.
Los que deambularon una sola mañana se van contentos por haber conocido una de las ciudades más bellas de España… ¡pero no saben lo que se pierden!
GUÍA PRÁCTICA
CALENDARIO ‘NUEVA NORMALIDAD’
Reapertura del Restaurante Adolfo: A partir de la segunda semana de julio. El hotel boutique de Adolfo ya está operativo desde la primera semana de julio.
Respecto al Hotel Eugenia de Montijo), una vez entrada la fase 3 de la desescalada, tiene previstas aplicar ‘in extremis’ aplicar el máximo protocolo de seguridad: las estancias se desinfectarán con ozono; habrá mascarillas para clientes y empleados; los desayunos se servirán directamente en la habitación; se eliminarán las cartas físicas de los espacios de sus restaurantes y se implementará el acceso a las habitaciones con el móvil para no tener contacto con las tarjetas.
Como novedad, el hotel ofrece un paquete turístico para disfrutar del recién inaugurado Puy du Fou, el parque temático al aire libre que recrea la Historia a través de actores.
MÁS INFORMACIÓN
www.disfrutadetoledo.com
www.hosteleriadetodelo.com
www.toledo-turismo.com
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