La isla más famosa del sudeste asiático ofrece infinitas formas de vivirla. Dejando de lado la cara más festiva, hemos viajado hasta Bali para conocer una faceta que combina hedonismo y espiritualidad. Templos, arrozales y playas son los eslabones de este viaje ritual, desde Ubud a la península de Bukit, que nos reconcilia con el universo.
TEXTO Y FOTOS: JOSÉ MARÍA DE PABLO
Bali es una rara avis entre las miles de islas que conforman Indonesia. Continuadores de la herencia hinduista de sus antepasados medievales, los balineses son gente amable que transmiten con sus sonrisas buenas vibraciones, las mismas que el visitante disfrutará de fiesta en la costa o en modo zen en el interior de la isla. Además de sus famosas playas, Bali cuenta con templos centenarios, selvas, volcanes y magnéticos arrozales, todo un vasto territorio que explorar por tierra, mar y aire.
Las esencias de esta isla encuentran sus raíces alrededor de Ubud, capital espiritual y centro de las artes y la cultura balinesa. Situado a menos de 5 km del aeropuerto internacional de Denpasar, centro económico y administrativo, Ubud es un microuniverso zen dentro del caos asiático.
Su fama no le ha salido gratis ya que las principales calles del centro, donde están los restaurantes a la última moda, salones de masajes y tiendas de artesanía, sufren del exceso de tráfico como las zonas de costa. Sin embargo es fácil huir de la polución a la mínima, escabulléndose por cualquier callejón estrecho o simplemente saliendo a los alrededores para explorar la zona.
En Ubud nada desentona. No hay edificios altos y la abundante vegetación amortigua el sonido regalándonos una sensación de frescor, espiritualidad y paz. Tal vez contribuya a ello los pequeños templos familiares construidos para proteger las casas de los malos espíritus.
La cara monumental de Ubud hay que buscarla en grandes templos como Pura Desa, donde se puede presenciar rituales religiosos protagonizados por familias enteras ataviadas de los trajes tradicionales para honrar a los dioses.
Otro lugar muy especial es el Bosque de los Monos, una de las atracciones favoritas en el centro de la ciudad. Se trata de un trozo de jungla incrustado en el centro de la ciudad, un barranco atravesado por un río en el que habitan por macacos balineses, una especie malacostumbrada a la presencia de turistas a los que robar cualquier cosa que quede al alcance de sus manos. La selva esconde tres templos, algunos de ellos bien misteriosos, dignos de ser el escenario de una película de exóticas aventuras. Fuentes, puentes, enormes árboles, lianas y monumentales figuras de monos, vacas y serpientes talladas… No hay duda de que la parte monumental y paisajística es mucho más interesante que los primates, entretenidos con los desaprensivos turistas que buscan forzosamente un selfie en compañía animal.
Tradiciones milenarias
La danza balinesa y el gamelan, agrupaciones de instrumentos de percusión, son los dos espectáculos de la cultura local más buscados en Bali. La danza es muy popular, pero siempre va acompañada del sonido del gamelan, así que asistiendo a un show se puede matar dos pájaros de un tiro. El Palacio Real, también conocido como Puri Saren Agung fue la residencia de los reyes de Bali y actualmente es uno de los escenarios para este tipo de espectáculos por la noche.
Además de la cultural, otra de las razones más habituales para venir a Ubud es la realización de retiros de yoga en escenarios naturales excepcionales. Para ello, lo mejor es desplazarse a las afueras de la ciudad para encontrar la esencia rural de una isla que, a pesar de décadas recibiendo turistas, no ha perdido su alma campesina.
Alquilar una moto, evitando el riesgo de quedar atrapado en un atasco, es la mejor opción. En un sólo día se puede visitar sin problema cuatro o cinco templos sin estresarse. Podemos empezar por el de Goa Gajah, popularmente conocido como la cueva del elefante. Está a solo 2 km de Ubud y su principal atractivo es la cueva a la que se accede atravesando la boca de una bestia a la que se identifica con un paquidermo, aunque este animal nunca ha habitado en la isla.
A solo unos cientos de metros de está Yeh Pulu, los restos de una ermita al final de un sendero muy agradable en la que destaca un friso que a lo largo de 25 metros relata la vida de Krishna tallada en la roca.
Conduciendo unos 15 km al norte se alcanza Pura Tirta Empul, uno de los templos más visitados, ya que es uno de los pocos que permite a los foráneos participar en un baño de purificación en las aguas frescas de sus manantiales sagrados. El ritual consiste en meter la cabeza consecutivamente bajo los 30 chorros que desaguan en dos piscinas. Con el calor tropical balinés participar en esta experiencia es siempre gratificante a pesar de que suele estar bastante atestado de turistas.
Para acabar el tour de templos al norte de Ubud, podemos dirigirnos al vecino Ganung Kawi, muy popular por sus figuras talladas en un acantilado al que se llega subiendo 270 escalones, o bien conducir hasta el encantador Ganung Kawi Sebatu, un templo de agua, casi un jardín íntimo, donde vas a descubrir la espiritualidad ejercida por locales, ya sea en un baño ritual en uno lúdico y en familia al atardecer.
Para regresar a Ubud lo mejor es elegir la carretera que pasa por Tagallalang, desde donde disfrutarás del paisaje y de la vida de los pueblos de artesanos de la madera y la cerámica que transcurre entre arrozales y bajo la atenta mirada del estratovolcán Agung, de 3.142 metros de altura.
En el municipio de Tegallalang se ubican los cultivos de arroz colocados en bellísimas terrazas a cuyo alrededor se han montado atalayas para consumir mientras se disfrutar de las vistas al atardecer. Diversos senderos permiten descender caminando desde la carretera hasta la base del valle para encontrar la perspectiva más fotografiable del entorno, aunque hay gente que prefiere subirse a un columpio de vértigo o sobrevolar el barranco en una tirolesa montado en una bicicleta.
Relax en Seminyak
Disfrutar de alguno de los grandes hoteles de lujo en la costa es otro de los grandes atractivos de Bali. Seminyak es uno de los puntos del sur de la isla que más de moda está. Frente al ambiente desenfrenado de la vecina Kuta, en este punto el ambiente es más sofisticado, más ‘arty’. Con playas excelentes, el valor añadido de Seminyak es que su oferta permite vivir todos los estilos que Bali oferta sin verte obligado a nada. Si quieres fiesta, la encuentras; si quieres paz, también.
Seminyak es el lugar idóneo desde el que explorar la península de Bukit, el territorio situado en el extremo más meridional de Bali, un paraíso de surferos sin miedo.
Las laberínticas carreteras de Bukit son también perfectas para moverse en moto,
El templo Pura Luhur Ulu Watu está colocado en un acantilado en la punta sur de la península. Las vistas desde el lugar son de vértigo, una sensación que aumenta cuando se es testigo de cómo lo golpea una de la olas más famosas del mundo surfero, conocida como Ulu Watu.
Evidentemente, para cabalgar sobre estas olas hay que encontrar los puntos donde los acantilados dan una tregua y nos regalan alguna de las playas más bonitas de de todo Bali. La más próxima al templo está a solo 10 minutos y se accede bajando una escalera que desemboca en una pequeña cala donde los surfistas se preparan para la acción.
Oculta tras unas rocas a mano izquierda de la cala está Pantai Suluban, playa de arena fantástica donde hay sitio de sobra para disfrutar del agitado mar sin preocuparse en exceso de los surfers ni de los clientes de los cafés y bares de moda que hay sobre el acantilado, todos ellos escenario de fiestas y modernos rituales del atardecer.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Turkish Airlines ha apostado por el exótico sudeste asiático incorporando desde el pasado verano un vuelo directo desde el nuevo aeropuerto de Estambul a Denpasar, la capital de la isla. I/V desde los principales aeropuertos de España desde 648 €. Más información y reservas AQUÍ.
DÓNDE DORMIR
Lodtunduh Sari es un pequeño establecimiento a las afueras de Ubud. Dispone de 6 villas rodeando una preciosa piscina con vistas a un arrozal. Cada villa es un verdadero santuario con jardín privado, frondosa vegetación y baño al aire libre. Por 50 euros la noche puedes vivir tu pequeño sueño balinés.
W Bali dispone de 229 habitaciones, suites y villas. Está en una de las playas más bonitas de Seminyak, atalaya ideal para disfrutar de los increíbles atardeceres balineses en el Woobar Bali, en donde pinchan djs de fama mundial hasta la hora de la cena. La piscina emula las terrazas de campos de arroz y el spa abre las 24 horas del día.
DÓNDE COMER
Pangkon Bali Resto & Agrotourism. Restaurante de comida tradicional situado a la salida del Pura Tirta Empul. Disponen de varios comedores aislados entre arrozales. Starfish Blue, el restaurante panasiático especializado en pescado.
Starfish Bloo at W Bali. Al borde del mar, sirven platos de cocina panasiática aderezados con la esencia de la cocina occidental. El servicio es impecable, es ideal para una cena romántica.
CÓMO MOVERSE
El vehículo más popular de Indonesia es la moto. Alquilar una es tan sencillo como salir del hotel y esperar a que alguien nos haga una oferta, aunque lo normal es que los hoteles hagan las gestiones por nosotros.
Para conducirlas basta un carnet de conducir internacional. Las empresas de alquiler no lo piden, pero a la policía le gusta sacar dinero a los turistas poco previsores.
Para desplazamientos con equipaje, es mejor acudir a un taxi de Blue Bird Taxi que se pueden reservar a través de una app similar a la de Uber. El abono de la carrera se hace a través de la app, lo que facilita mucho las cosas.
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial de Turismo de Bali
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