Ya sea ascendiendo por sus profundos barrancos o adentrándose en la misteriosa laurisilva de Garajonay, La Gomera es el lugar para coleccionar paisajes superlativos, una roca volcánica rodeada por el océano Atlántico desde la que sentir en cada paso el pulso de la tierra.
TEXTO Y FOTOS: JOSÉ MARÍA DE PABLO
La doble insularidad de La Gomera, accesible principalmente por vía marítima en ferry desde Los Cristianos, Tenerife, se respira nada más poner un pie en San Sebastián, su pequeña capital que solo parece alterarse cuando los barcos expelen a nuevos visitantes. El centro de la ciudad es un pequeño damero de calles que en parte conservan el estilo conocido como colonial, un modelo de urbanismo que se puso en práctica en las Islas Canarias antes de llevarlo a América.
El propio Cristóbal Colón pasó por aquí para abastecer a sus naos de alimentos y otros enseres antes de aventurarse océano adentro, un hecho puntual que le sirve a las autoridades gomeras para concederse el apócrifo título de “isla colombina”. De ese mítico siglo XV se conservan en San Sebastián dos hitos, la Torre del Conde y la iglesia de la Asunción, ésta última, una pequeña joya de estilo manuelino decorada con valiosas tallas y retablos policromados en los que se describen milagros y hechos vinculados a la historia de la ciudad.
La distancia más larga por carretera entre San Sebastián y cualquiera de los lugares con infraestructura hotelera se recorre en, como mínimo, una hora, ya que a pesar de ser de no más de 50 km, las carreteras deben salvar los barrancos que conforman la arrugada piel de la isla. Conducir por esta isla ayuda a comprender porqué sus habitantes crearon el silbo gomero, un lenguaje silbado idiomático aún practicado con el que la gente de distintos barrancos se comunicaba noticias, ahorrándose así penosos desplazamientos.
El Monte verde de Garajonay
En el mismo centro y ocupando el 10% de la superficie total de la isla se encuentra la joya de la corona gomera, el Parque Nacional de Garajonay, 3.984 hectáreas de laurisilva, el mayor bosque húmedo de Europa, un superviviente del periodo Terciario que se desarrolla entre los 650 y los casi 1.500 metros sobre el nivel del mar gracias a los vientos alisios que lo cubren casi permanentemente de nubes, humedad que contribuye a crear el característico “monte verde” de Garajonay.
Las misteriosas carreteras CV-14 y GM-2 atraviesan el Parque Nacional y nos aproximan a los puntos de inicio de las 18 rutas de senderismo señalizadas dentro del territorio protegido. Las hay lineales y circulares y de extensión variada, a la medida de los gustos y necesidades de cada viajero. Una bien fácil es la que une Reventón Oscuro con el caserío de El Cedro, de 5,8 km en total, que transcurre por una pista pavimentada que atraviesa un bosque de laurisilva antes adentrarse luego en un barranco de paredes verticales por las que cae el Chorro de El Cedro, un salto de agua de 200 m de altura.
Otra excursión sencilla es la ruta circular desde el cruce de Pajarito hasta la cumbre de la Gomera, el Alto de Garajonay, a 1.487 msnm. Todos los senderos están señalizados y es normal encontrarse con otros senderistas a los que preguntar por el camino correcto en caso de desorientarse por la niebla casi diaria que cubre el Parque Nacional.
En busca del sol
Pero no todo en esta isla se disfruta bajo la niebla. Habitualmente, el sol hace acto de presencia en la vertiente sur de La Gomera, una zona en la que se encuentran lugares dignos de visita. Es el caso de la Fortaleza de Chipude, una cumbre declarada Monumento Natural a la que se asciende por un estrecho paso solo apto para los más valientes. Esta montaña de cumbre plana nos brinda grandes vistas así como la posibilidad de ver restos arqueológicos aborígenes y un elenco importante de plantas endémicas.
Una carretera desciende desde la base de la Fortaleza hasta La Rajita, un caserío rodeado de plataneras que llegan hasta un acantilado a cuyos pies se encuentra una de las playas más bonitas de La Gomera. Conocida como playa de La Rajita, en este lugar se conservan los restos de la que fue principal conservera de atún y huevas en aceite de la isla. La playa de guijarros cuenta con chiringuito en temporada alta y un embarcadero con escaleras que facilita la salida de estas aguas siempre limpias.
Otro lugar bellísimo en esta cara de la isla es el Drago de Agalán, un coloso vegetal al que se accede por un sendero apenas señalizado. El paseo de menos de 2 km es un vergel mimado y protegido que nadie que le gusten los lugares únicos debe perderse. Otros dos lugares imprescindibles y a tiro de piedra de aquí son Alajeró, donde se puede hacer una parada en la tiendas de Vinos Niray, una de las bodegas de la isla, conocidas por sus vinos secos, semisecos, afrutados, dulces y semidulces; e Imada, encantadora aldea encaramada al fondo del barranco de Refate.
Gran Rey es el nombre del municipio más turístico de La Gomera. En esta zona empieza uno de los paseos más originales, el que asciende por el barranco de Arure, un estrecho y frondoso desfiladero que parte del pintoresco caserío de El Guro, a tan solo unos km del núcleo turístico de Gran Rey. La experiencia termina en una cascada espectacular, premio a una ruta-gymkana que exige un poco de atención para no acabar con los pies en el agua. Para disfrutar del atardecer mirando al mar hay que ir al oeste, territorio poco poblado pero que regala lugares únicos como Taguluche, un descenso de vértigo que termina en un núcleo rural de casas encaladas rodeado de palmeras con el mar de fondo.
Otro lugar imprescindible es la playa de Alojera. Su caserío cuenta con un bar-restaurante con terraza panorámica al fuerte oleaje del Atlántico, sin duda el mejor lugar para disfrutar del ocaso.
El valle verde
Cerrando el círculo, acabamos la vuelta a La Gomera en el entorno de Hermigua, animado municipio del norte, un hub para viajeros que eligen este destino para disfrutar de su oferta de ecoturismo. Hermigua disfruta de temperaturas suaves todo el año, nunca menos de 18º en invierno ni más de 27 en verano, por lo que presume de tener el mejor clima del mundo. Al margen de esto, Hermigua es un pueblo histórico que conserva su casco antiguo intacto, en el que se puede ver la importancia que tuvo como centro económico de la isla.
Su antiguo embarcadero, conocido como El Pescante, en uso durante los primeros 50 años de siglo XX, fue punto de entrada y salida de mercancías, principalmente la producción agrícola de este fértil valle siempre verde. Junto a los restos de la infraestructura industrial se puede disfrutar de una de las piscinas naturales con más encanto de La Gomera, solo apta para el baño en días de mar calmado.
Otro lugar para bañarse es esta zona es la Playa de la Caleta, con fama de ser la mejor de la isla, tanto por sus servicios como por sus vistas hacia la imponente silueta del Teide. No es la única excursión corta desde Hermigua, de donde parten senderos interesantes como el que va a Agulo, pueblo conocido por su arquitectura tradicional y sus vistas hacia la accidentada costa. En coche (o a pie si se está en forma) se alcanza desde esta aldea el moderno mirador de Abrante, una plataforma de cristal colgada sobre el vacío con vistas interminables sobre La Gomera y Tenerife, un bonito recuerdo para volver a casa con las pilas puestas.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGR
La Gomera dispone de aeropuerto. Es posible volar ahí desde la península haciendo escala en Tenerife o Gran Canaria. La manera más común de llegar a La Gomera es en ferry desde Los Cristianos, Tenerife. Los barcos permiten cargar coches alquilados en Tenerife por precio similar al que se paga por persona no residente. Las navieras Armas y Fred Olsen operan servicios diarios.
DÓNDE DORMIR
Parador de La Gomera. Ubicado en un risco con vistas al centro de San Sebastián de la Gomera, el Parador ocupa un edificio de arquitectura canaria de la época colombina totalmente restaurado. Habitaciones amplias, patios con jardines y piscina con vistas al Teide.
Hotel Escuela Rural Casa de los Herreros. Mansión del siglo XIX en el centro de Hermigua atendida por personal en formación. Habitaciones con buen gusto y vistas. Dispone de restaurante propio.
Hotel Rural Imada. Pequeño establecimiento rural con vistas panorámicas al barranco en Imada, uno de los pueblos con más encanto del sur de la isla.
DÓNDE COMER
Restaurante Ágape Bistró. En el centro histórico de San Sebastián de la Gomera. Ofrece platos originales con opciones vegetarianas y vino canario en la carta.
Bar Terraza Pedro. Taberna de toda la vida en un edificio típico canario en el centro de Hermigua, tapas caseras y trato familiar. Terraza con vistas al valle.
Tasca Telémaco. Sofisticada versión de los platos de la gastronomía canaria servida en un local decorado con buen gusto.
Chorros de Epina. Restaurante que ofrece recetas tradicionales canarias con vistas a los barrancos del norte y al mar.
MÁS INFORMACIÓN
Página web de la Oficina de Turismo de La Gomera
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