Un viaje por las arenas del desierto, las orillas del mar y los valles costeños, cuna de las poderosas civilizaciones precolombinas.
Texto y fotos: PEDRO GRIFOL
Si bien la imagen de Perú está estrechamente vinculada a la de Machu Pichu, uno de los monumentos más bellos y enigmáticos del planeta Tierra y referencia turística por excelencia, el norte del país reúne otros paisajes y sitios arquitectónicos tan abundantes como sorprendentes, ya que esta zona fue cuna de las culturas precolombinas más importantes de Sudamérica, que dejaron como legado asombrosas construcciones y múltiples ejemplos de la impresionante organización de sus sociedades.
En 1987 se produjo un singular descubrimiento en un remoto y desértico lugar del norte del país: La sepultura intacta de un gran jefe mochica, cultura que abarcó desde el siglo II al VII d.C. El hallazgo del tesoro -en su momento comparado con el descubrimiento de la tumba del faraón egipcio Tutankamon- está considerado como el más importante en América después de que en 1911 el sitio arqueológico de Machu Pichu se diera a conocer mundialmente.
El trascendente hallazgo al que me refiero es La Tumba del Señor de Sipán. El hecho no tiene leyendas, pero si mucho de aventura, como si de una película de Indiana Jones se tratara, con un tesoro enterrado, la policía persiguiendo a los huaqueros (saqueadores de los restos de las huacas -pirámides peruanas-), el licenciado arqueólogo local erigiéndose en salvador del patrimonio nacional… y una muerte, la de un huaquero empeñado en hacerse rico en el mercado negro de antigüedades.
Los vecinos de Sipán, localidad a 33 km. al sureste de la ciudad de Chiclayo, pensaron que el fabuloso yacimiento les pertenecía, no en vano todos y cada uno de ellos habían actuado como huaqueros en algún momento de su vida, y que el descubrimiento no les reportaba ningún beneficio. Para resolver el problema, se les dio formación para que pudieran participaran en las futuras excavaciones, que a las órdenes del arqueólogo Walter Alva continuaron los trabajos de investigación. Se encontraron otras cámaras mortuorias con sus momias intactas, llenas de ornamentos, tocados, esqueletos con vestimentas propias de altos dignatarios con pectorales de plata y oro, piedras semipreciosas y cientos de vasijas de barro. No había ninguna duda que se encontraban ante uno de los hallazgos más importantes de la humanidad, que contenía una inestimable información para poder reconstruir toda una cultura ancestral. Todo fue publicado, en 1990, por el Dr. Alva en la prestigiosa revista National Geographic.
A partir de aquel momento, una selección de objetos originales, pertenecientes al tesoro encontrado, empezó a dar vueltas por varios museos del mundo, exhibiéndose para dar a conocer el hallazgo y también con el fin de recaudar fondos mientras se construía un museo para albergar el magnífico tesoro. Finalmente, en 2002 se inauguró el Museo Tumbas Reales de Sipán en la localidad de Lambayeque, donde ahora pueden contemplarse espléndidamente expuestos los objetos de esta deslumbrante colección.
A raíz de los descubrimientos de Sipán, otras muchas huacas fueron excavadas entre las arenas del desierto y las orillas del mar: Las huacas del Sol y de la Luna, la huaca del Arco Iris, la huaca Esmeralda y la huaca Larga, la pirámide de adobe más grande de Sudamérica. El último hallazgo fue el descubrimiento de la momia de la Señora de Cao, en 2006, perteneciente a una joven gobernante que vivió hace 1.700 años.
Estos poderosos vestigios de los reinos de arena de las ancestrales culturas preincaicas se encuentran entre dos ciudades norteñas que los españoles fundaron en el s. XVI: Chiclayo y Trujillo.
La solera de las ciudades coloniales
Trujillo fue fundada por Pizarro, quien decidió bautizar este rincón del desierto con el nombre de su ciudad natal extremeña. Compite con Arequipa por el puesto de segunda ciudad más populosa de Perú (naturalmente después de Lima). Trujillo está plagada de viejas casonas repintadas con vibrantes colores y de encantadoras calles coloniales que parecen no haber cambiado desde hace siglos, sobretodo durante el atardecer, cuando aparecen silenciosas y tenuemente iluminadas por sus tradicionales faroles de amarillenta luz. Dicen los guías turísticos que el centro peatonal de su Plaza de Armas, un cuadrilátero de grandes dimensiones, es encerado a menudo… y puede que sea verdad a juzgar por los reflejos que se producen cuando llega la noche y la iluminan. La circundan notables edificios pintados de azul y ocre con rejería esmaltada en blanco, como la Casa Urtiaga y el Hotel de Turistas.
A 4 km. de Trujillo, junto al Océano Pacífico, se encuentra la mayor metrópoli prehispánica de América y la mayor hecha de adobe del mundo. Fue la capital del reino chimú, período cultural comprendido entre los siglos IX al XV d.C. que posteriormente colapsaría por causa del poder avasallador del imperio Inca. Esta inmensa urbe de barro desgastada por el viento que sopla cargado de salitre y las acometidas del fenómeno meteorológico conocido como El Niño -que recientemente causó graves destrozos en la región de Tumbes (frontera con Ecuador)- recibe el nombre de Chan Chan (en lengua chimú significa «sol, sol») y llegó a albergar a unos 60.000 habitantes dispersos en un área de 20 kilómetros cuadrados. Merece la pena deambular por sus corredores, rampas y callejuelas, e imaginarse cómo sería en su día una ciudad cerrada con imponentes muros de 10 metros de alto y con grandes plazas ceremoniales y palacios. Las excavaciones no han sacado a la luz objetos, la ciudad fue saqueada cuando el imperio chimú fue sometido. Todo es una monocromática inmensidad de abobe que parece un gigantesco castillo de arena reseco por el viento. Todos los detalles tenemos que imaginarlos; sobrevolar la ciudad sería una buena idea… pero con la imaginación también se vuela.
La otra gran ciudad del norte es Chiclayo, parada obligatoria en el viaje por el norte por ser el lugar al que tenemos que ir para visitar el Museo de las Tumbas Reales anteriormente citado. Chiclayo es una ciudad bastante moderna y poco interesante desde el punto de vista histórico, sin embargo posee algo muy pintoresco porque allí se encuentra el famoso Mercado de Los Brujos, muy conocido en todo el país y hasta el cual se desplazan personas desde Lima -a más de 700 km. de distancia- para someterse a limpiezas rituales y encargar conjuros a su medida. Allí se encuentran toda clase de remedios naturales y ‘sobrenaturales’ que expenden brujos y chamanes. Todo aquel que confía en los remedios mágicos tiene aquí su sanador. Elixires preparados en frascos de mil colores se elaboran personalizados y destinados a atraer el amor, a ahuyentar el mal, a remediar la mala suerte… a conseguir fortuna. Es la Meca del chamanismo y del curanderismo.
En los alrededores
Una vez visitados los sitios arqueológicos y con algún amuleto de buena suerte en el bolsillo, lo siguiente es un poco de playa y un mucho de buena comida… o al revés (como guste). Estamos en la costa norteña, donde la gastronomía de la zona tiene por tradición macerar los pescados en jugos agrios, añadirle cebolla morada y sazonarlos con ají. Son los ceviches, plato emblemático del norte peruano, que se puede degustar en alguna de las poblaciones costeras donde los restaurantes se suceden entre decadentes casas coloniales y algunos resorts de más moderna construcción.
El animado pueblecito de Pacasmayo cuenta con una playa amplia y larga, ideal para practicar surf; y la playa chiclayana de Pimentel es famosa por ser un excelente escenario para la práctica de la tabla hawaiana.
Imprescindible la visita a Huanchaco, un tranquilo pueblo pesquero, a 12 km. de Trujillo, que conserva costumbres ancestrales y donde podemos relajarnos a placer. Los pescadores locales usan las mismas barcas de haces de juncos que aparecen representadas en las piezas de cerámica moche de hace mil años. Son los famosos caballitos de totora, sobre los que se echan a la mar los lugareños para pescar. Estas barcas constituyen uno de los atractivos turísticos más significativos no solo de la playa de Huanchaco… sino de todo el país.
El norte de Perú no acaba aquí… como no acaban los descubrimientos de las civilizaciones milenarias que periódicamente engrandecen el patrimonio cultural del país y los destinos turísticos a programar. Y como tampoco acaba el menú ‘largo y estrecho’ de la reciente aventura gastronómica peruana convertida en nuevo aliciente para los paladares más exquisitos.
Esta aproximación a las tierras del norte peruano puede que le haga soñar más allá de esa mediática maravilla llamada Machu Pichu.
Chifa versus Nikkei
La gastronomía es un capítulo importante en la nueva cocina peruana. Se denomina chifa a la fusión de la milenaria comida china con algunos ingredientes peruanos; mientras que la cocina nikkei nace del mestizaje de la cocina japonesa y la peruana.
En los últimos diez años, estas dos tendencias gastronómicas han evolucionado espectacularmente convirtiendo a la actual cocina peruana en una de las más creativas y mejores del mundo.
En el recorrido por la costa norteña, los mariscos y los ceviches de pescado son los platos estrella; pero recomendar especialidades culinarias sería una tarea que ocuparía muchos capítulos… Lo mejor -para ir un poco aleccionados- es visitar la página web: www.perumuchogusto.com.
Y naturalmente, un paladar sensible acompañado por cualquier excusa es suficiente para tomar un pisco sour, el cóctel peruano por excelencia.
GUÍA DE VIAJE
CÓMO LLEGAR:
La compañía LATAM (www.latam.com) conecta diariamente las tierras del norte peruano con Lima, capital del país, con vuelo directo desde Madrid y Barcelona. El vuelo Madrid-Lima (ida y vuelta) cuesta aproximadamente 598€, y el de Barcelona-Lima desde 570€ con tasas e impuestos incluidos. LATAM también conecta Lima con las ciudades de Trujillo y Chiclayo con vuelos directos y diarios.
PARA COMPRAR:
Los antiguos peruanos fueron excelsos artesanos que con gran maestría trabajaron el oro y la plata. Es el momento de adquirir hermosas piezas en cerámica y de orfebrería del pasado glorioso de estas tierras. La tienda del Museo del Señor de Sipán tiene réplicas del Tumi, cuchillo de oro laminado; y del Kero, el vaso ceremonial para rituales sagrados… Y pulseras, collares, anillos, pendientes… e incluso narigueras.
Y si cree en lo mágico, encontrará el shopping ideal en la zona de visionarios y curanderos del Mercado de Brujos de Chiclayo.
DATOS ÚTILES:
Turismo de Perú: www.peru.info
Trujillo: www.trujilloperu.com
Museo Tumbas Reales de Sipán: http://www.museosipan.com
Si quieres viajar a Perú o hacer otros viajes excepcionales, pulsa AQUÍ