El Gas Licuado de Petróleo (GLP), también llamado Autogás, es el combustible alternativo más usado del mundo. En países de la Unión Europea como Alemania, Holanda, Francia, Italia o Portugal utilizan y promocionan cada vez más esta fuente energética para desplazarse. Por el contrario, en España poco más de 150.000 coches (no llega al 0,5 % del parque móvil) utilizan el GLP, entre ellos, algunos taxis.
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Existe la posibilidad de comprar en un concesionario un coche nuevo de GLP, lo que supone alrededor de 1.000 euros más en el precio final con respecto a un vehículo de gasolina con las mismas características. Sin embargo, también es posible adaptar el coche con un kit de conversión de GLP en un taller autorizado, como los que puedes encontrar en la red Eurekar, que tienen la garantía del RACE. La principal ventaja del GLP es que su precio como combustible es cerca de un 50 % más barato de lo que cuesta la gasolina o el diésel. Además, en algunos casos también se puede pasar de tener la etiqueta C a la ECO. Por eso, si estás interesado en convertir tu coche en GLP, en este artículo te contamos cómo hacerlo.
¿Qué es el GLP?
Christian Brihuega, asesor técnico del RACE, define el GLP como una mezcla de gases licuados que están compuestos por propano y butano, que se obtienen de la extracción y destilación del petróleo crudo. A temperatura ambiente, el GLP siempre va a estar en estado gaseoso. Puede pasar a un estado líquido cuando aumenta su presión o cambia la temperatura. De esta forma, si se guarda el GLP en un depósito, el coche necesitará menos espacio si se encuentra en un estado líquido.
¿Qué coches venden las marcas como GLP?
En el mercado hay ciertas marcas que directamente han decidido no apostar por el GLP. Sin embargo, otras sí que sacan ciertos modelos con esta opción bifuel. Pero tienen que cumplir ciertos requisitos:
- Que utilicen como combustible la gasolina, no el gasóleo (su instalación es más compleja y algo más cara).
- Que tengan un motor atmosférico.
- La instalación debe ser de inyección indirecta en los coches de gasolina.
¿Qué coches se pueden adaptar a GLP?
Los coches que se adaptan a GLP tienen que cumplir con la normativa ECE/ONU R-115. En ella se concretan algunos requisitos para realizar la conversión:
- Que funcionen con gasolina o gasóleo.
- Que su motor no tenga más de 460 CV de potencia: con el GLP se puede notar una cierta pérdida de potencia y a partir de estos caballos no se asegura el rendimiento que exige el motor.
¡Cuidado! No todos los coches diésel o gasolina adaptados a GLP van a obtener la etiqueta ECO
Ten en cuenta que no por convertir un diésel a GLP o un gasolina como Autogás vas a poder disfrutar de la etiqueta ECO. Según la normativa vigente, sólo podrás optar a ella si:
- Tienes un vehículo de gasolina matriculado a partir del año 2006 que pase la normativa de emisiones EURO 4, 5 o 6. Corresponde con un coche clasificado con la etiqueta C.
- Tienes un vehículo diésel matriculado a partir del año 2015 que apruebe la normativa EURO 6 (etiqueta C).
No obstante, aunque no obtengas la etiqueta ECO, también puedes convertir tu diésel o gasolina a GLP siempre que:
- Tengas un coche de gasolina matriculado a partir del año 2001 que apruebe la normativa EURO 3 (etiqueta B).
- Tengas un coche diésel matriculado a partir de 2006 que cumpla la normativa EURO 4 (etiqueta B).
Pasos para instalar el GLP en un coche diésel o de gasolina
Antes de explicar los pasos, recuerda que es fundamental que realices la conversión del coche en GLP con un kit de conversión en un taller especializado u oficial que esté homologado por Industria. Se encargará también de pasar la ITV antes de entregarte el vehículo. Se puede convertir un coche diésel a GLP, al igual que un coche de gasolina, con los siguientes pasos:
- Colocación del depósito: se suele colocar en la rueda de repuesto, que suele estar ubicada en la parte baja del maletero. En este caso, se sustituye el neumático de emergencia por un kit de pinchazos. El depósito de GLP no sustituye al de combustible, es otro completamente diferente. El usuario no lo puede manipular, solo el taller especializado. Los depósitos de GLP tienen una capacidad de entre 35 y 150 litros aproximadamente.
- Instalación de la boquilla de llenado de GLP cerca de la boquilla de la gasolina o el diésel. Si viajas por Europa tendrás que comprar adaptadores ya que no es la misma en todos los países.
- Montaje de las tuberías por donde va a circular el gas desde el depósito hasta el motor.
- Instalación del conversor: un tanque especial convierte el líquido en gas, que es el estado en el que va a entrar al motor. Se ubica en la zona delantera del propulsor.
- Colocación de la rampa de los inyectores para el GLP. Son diferentes que los inyectores por donde se mete la gasolina en el motor. Debido a que la inyección del gas obliga a que haya una mayor compresión dentro del motor, a la junta de culata y a la culata se les protege añadiendo un aditivo especial.
- Instalación de los sensores que miden, entre otros parámetros, la cantidad de GLP que queda en el depósito. Éste se puede comprobar en el interior del vehículo con un botón en el que también se puede seleccionar si se conduce consumiendo gasolina o GLP.
- Sustitución de la centralita que regula y calibra la inyección de gasolina y GLP. Tiene que incluir el mismo mapa motor que ya tenía cuando era solo un vehículo de gasolina. En esa regulación, el vehículo nunca va sólo con GLP, sino que se consume algo de gasolina (la relación suele ser de un 90% GLP y 10% gasolina). Por ejemplo, un vehículo con GLP siempre va a hacer el arranque en gasolina (el GLP necesita de cierta temperatura para que funcione correctamente). Al cabo de unos 5 o 10 minutos ya pasa a funcionar con GLP.
¿Cuánto tiempo se tarda en amortizar la inversión del GLP?
La instalación de un kit de GLP en un coche de gasolina o diésel oscila entre los 1.500 euros y los 3.000 euros (depende del número de cilindros y la complicación del montaje y las horas de mano de obra). En un vehículo diésel el proceso va a resultar algo más caro y su instalación es algo más complicada, de ahí que lo más normal es convertir coches de gasolina a GLP y no convertir un diésel a GLP.
Dependiendo del tipo de vehículo, la instalación del GLP se puede amortizar en un rango de entre 30.000 y 50.000 kilómetros. Sobre todo compensa si realizas muchos kilómetros al año y tu coche tiene un motor que consuma mucho, por ejemplo un V8.
¿Qué ventajas tiene convertir un diésel (o gasolina) a GLP?
- Aunque el coche consume más GLP en relación con la gasolina (en torno a un 10 % más), como el precio del primer combustible es mucho menor (hasta un 45 % menos), al final te puede salir rentable la operación a largo plazo, sobre todo si viajas mucho con el coche.
- Se emite menos dióxido de carbono y menos partículas NOX a la atmósfera (en torno a un 40 % menos). Eso sí, notarás que tu coche pierde entre un 10% y un 20% de potencia ya que el GLP tiene menos poder calorífico que la gasolina.
- En el caso de los vehículos de gasolina, el ahorro de combustible es de hasta un 45 %, mientras que los diésel lo reducen en un 15 %.
- En el caso de beneficiarse de la etiqueta ECO, tanto los coches diésel como los gasolina obtendrán ventajas fiscales en el impuesto de circulación (IVTM) y podrán entrar sin restricciones a las zonas de bajas emisiones, además de algún otro beneficio a la hora de aparcar.
En la red de talleres RACE Eurekar, que cuentan con la garantía del RACE, podrás adaptar tu coche a GLP.
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