- La innovación y el desarrollo tecnológico en la prestación de los servicios de auxilio en vía pública contribuyen a mejorar la movilidad, permitiendo al usuario continuar con su viaje o desplazamiento.
Las ciudades se han convertido en entornos intermodales en los que conviven los medios de transporte tradicionales con nuevos sistemas basados en el uso compartido del vehículo y otras fórmulas de movilidad personal (patinetes y bicicletas, principalmente).
Un ecosistema en el que los usuarios de los distintos sistemas de movilidad están llamados a convivir, en el que el respeto y cumplimiento de las normas de circulación debe ser dinámica habitual, y en el que el vehículo particular sigue siendo la opción principalmente elegida por los ciudadanos para sus desplazamientos.
Según el Observatorio RACE de Conductores, el 46% de los ciudadanos afirma que utiliza el vehículo privado para sus desplazamientos diarios, el 27% opta por el transporte público, el 11% los efectúa a pie y el 7% en moto. El uso de los vehículos de movilidad personal resulta residual, sin llegar al 2% entre patinetes y bicicletas.
La diversidad de necesidades a satisfacer exige contar con opciones de movilidad adecuadas a cada tipo de uso y circunstancia, siendo la principal la del vehículo privado, fórmula capaz de adaptarse a los nuevos requerimientos medioambientales, que debe integrarse en el diseño y planeamiento de la movilidad en las ciudades para seguir ofreciendo y garantizando la libertad de movimiento de los ciudadanos.
El proceso de transición hacia una movilidad sostenible, segura y conectada es urgente, pero también complejo, costoso y con externalidades muy relevantes. Es preciso gestionarlo con inteligencia para evitar impactos negativos a nivel económico y social, sin poner en riesgo el derecho a la libre circulación de los ciudadanos y contribuyendo a la creación de un modelo de movilidad que realmente satisfaga las necesidades de uso y desplazamiento en nuestra sociedad.
El cambio a un modelo de movilidad descarbonizada debe impulsarse así desde una visión constructiva e integradora del automóvil, que debe seguir participando del sistema de transportes en el entorno urbano e interurbano, fomentándose la innovación y el desarrollo de nuevas formas de propulsión sostenibles, para lo cual resulta fundamental contar con apoyos e incentivos en términos de inversión en infraestructuras y tecnología.
La innovación en los servicios de auxilio en vía pública puede servir como ejemplo del papel que el desarrollo tecnológico juega en la mejora de los sistemas de movilidad. Con la incorporación de nuevos modelos de asignación de los vehículos de asistencia más cercanos y con mejores ratios de reparación se ha logrado que este tipo de servicios sean más ágiles y que los percances en las vías se resuelvan con mayor celeridad, permitiendo la continuidad del viaje o desplazamiento y mejorando la movilidad en las vías urbanas e interurbanas de nuestro país.
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