- 32 personas fallecieron en nuestras carreteras durante la Semana Santa, de los que un 47% fueron usuarios vulnerables, 12 de ellos motoristas.
- Obviando los datos de la pandemia, el número de fallecidos es de cinco personas más que en 2019, convirtiéndose en la cifra más alta desde 2016, consolidando un negativo cambio de tendencia en la Semana Santa de los últimos dos años.
- Los dos fines de semana acumulan el mayor número de siniestros, que se han producido de forma mayoritaria en carreteras convencionales y desplazamientos cortos, causas habituales de siniestros que se han agravado por la falta de atención mediática, política y social en materia de Seguridad Vial.
El Real Automóvil Club de España – RACE advirtió el pasado 30 de marzo de los peligros a los que se iban a someter miles de personas en los trayectos de Semana Santa. A pesar de la menor movilidad respecto a otros años, debido a los cierres perimetrales provocados por el confinamiento relacionado con la pandemia, el número de fallecidos se ha incrementado hasta los 32, cinco personas más que en 2019, el último dato pre-pandemia y fiable a nivel estadístico, convirtiéndose en el peor dato de los últimos cinco años.
Muchos menos desplazamientos, pero más víctimas y accidentes graves
Con muchos menos desplazamientos y con las Comunidades Autónomas confinadas… ¿qué ha pasado? La respuesta se puede encontrar en dos factores. El primero es el tipo de desplazamiento que se ha producido, trayectos cortos en los que bajamos la guardia, en la mayoría de los casos por carreteras secundarias donde hay una menor protección en el caso de sufrir un siniestro (salidas de vía) y con el riesgo de los impactos frontales por adelantamientos. Hay que recordar que las carreteras secundarias acumulan el 76% de los fallecidos, muy por delante de autovías (18%) y autopistas (6%).
Otro elemento importante de análisis es el de los usuarios vulnerables, como ciclistas y peatones, que aparecen en las cifras estadísticas presentadas hoy por la DGT: casi la mitad (47%) de los fallecidos en los accidentes de Semana Santa eran usuarios vulnerables, de los cuales doce eran motoristas, dos peatones y un ciclista que han perdido la vida en los diez días analizados.
El segundo gran factor es la falta de atención en los últimos tiempos ante una problemática como la seguridad vial, que deja miles de víctimas todos los años y a la que no se presta la suficiente atención y cuidado ni a nivel político ni, en general, a nivel social. Ya el pasado verano, el número de fallecidos fue sólo un 9% menor que en 2019 a pesar de que los desplazamientos se redujeron en un 10%, consolidando una tendencia que en los primeros meses de 2020 ya se había tornado en negativa. Y si tenemos en cuenta los resultados finales de 2020, preocupa ver como en 15 provincias españolas se registraron más muertos por siniestros viales que con respecto a 2019, donde se produjeron más trayectos.
El RACE reclama, por tanto, medidas urgentes para detener este incremento, tales como mayor inversión en infraestructuras, ayudas a la renovación del parque automovilístico, cada vez más envejecido, y la vuelta de la seguridad vial al debate político y social, dándole la importancia que merece.
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