- 2017 es el segundo año consecutivo con un incremento en el número de fallecidos en carretera respecto al balance anterior, tras 13 años de descenso continuado
- Reclamamos “un plan integral de ayudas a la renovación del parque”, así como “incentivos para que las empresas puedan formar en seguridad vial a sus trabajadores”
- El RACE se pone a disposición de las administraciones para colaborar en todo aquello que vaya en línea para cumplir con los principios de la Década de la Seguridad Vial de la ONU, y cumplir con el objetivo de reducir a la mitad el número de víctimas en carretera en 2020
El Real Automóvil Club de España – RACE lamenta el incremento de las cifras de siniestralidad que han superado a los fallecidos en carretera registrados en 2016, y reclama medidas para la mejora de las infraestructuras, la renovación del parque automovilístico y una mayor formación tanto para los conductores, en su ámbito personal y laboral, como para los colectivos vulnerables.
En concreto, según los datos de 2017 anunciados hoy por la DGT, el número total de fallecidos por accidente de tráfico en vías interurbanas ascendió a 1.200, 39 más (3,35%) que el total del año pasado cuando se alcanzaron los 1.161 víctimas mortales.
La falta de mantenimiento e inversión en infraestructuras, la antigüedad y falta de revisión de los automóviles, y la necesidad de formación y concienciación a conductores, peatones y ciclistas, consideramos que son elementos a los que tenemos que hacer frente si queremos reducir la siniestralidad.
Desde el RACE consideramos que los años en los que se han producido una mejoría en estas cifras corresponden a aquellos en los que la seguridad vial ha estado presente en la agenda política y, las medidas que se adoptaban, iban encaminadas a esta reducción.
Según el último informe EuroRAP, en el que se estudian los tramos más peligrosos de la Red de Carreteras del Estado (RCE), publicado hace algunos días, el número de kilómetros de riesgo elevado aumentaron un 10% respecto al informe anterior. A estos datos hay que sumar la falta de inversión en las carreteras convencionales, lugar donde se ha producido un incremento del 4% de víctimas mortales.
En este sentido, consideramos imprescindible y urgente destinar parte del presupuesto central y autonómico a la mejora y mantenimiento de las carreteras convencionales, con especial énfasis en el firme y en la señalización vertical y, además, se incentive el uso de las autopistas y autovías, por ser más seguras.
Por otra parte, España cuenta con un parque automovilístico de más de 12 años de antigüedad que, sumado en muchos casos a su falta de mantenimiento, se convierte también en otro de los agentes que han podido influir en este incremento de siniestralidad.
Por ello, desde el RACE reclamamos un plan integral de ayudas a la renovación del parque, donde las políticas de movilidad no sean municipales, si no que haya un patrón único que pueda incentivar la decisión de compra o ayudas a la movilidad, en coordinación con ayuntamientos, para aquellos automovilistas que no tengan capacidad económica para adquirir uno nuevo pero de esta forma, puedan deshacerse de su vehículo antiguo.
Además, consideramos que los incentivos fiscales en los elementos de seguridad también serían un gran acicate para empujar a los automovilistas indecisos a cambiar su vehículo e incrementar así su seguridad y la de sus acompañantes. Los elementos de seguridad pasiva no son bienes de lujo y por ello, creemos que deberían considerarse con un IVA reducido en lugar de gravarlos con el 21% actual.
Finalmente, la falta de formación a los usuarios vulnerables y la concienciación de los conductores también han jugado un papel importante en el incremento de la siniestralidad en nuestras carreteras durante 2017. Las distracciones –como el uso del móvil durante la conducción-, la velocidad inadecuada, el alcohol y las drogas, o el incumplimiento de las normas –aumentan los conductores y pasajeros sin cinturón de seguridad, menores sin sistemas de retención y ciclistas sin casco- han influido negativamente durante 2017.
Asimismo, las empresas también deben asumir un papel esencial para reducir la siniestralidad. Según los últimos datos registrados, los accidentes de tráfico durante la jornada laboral se han incrementado un 18%, siendo éstos los que más han crecido dentro de este entorno.
Por eso, debemos fijarnos en el problema de los accidentes laborales viales. El aumento de este tipo de siniestralidad nos pone en alerta y, sobre todo, es imprescindible que, desde la Administración, se incentive fiscalmente al tejido empresarial español para formar a los trabajadores en seguridad vial.
El RACE, en su vocación desde hace años de influir en la reducción de la siniestralidad vial con campañas de formación, concienciación e información, lamenta los datos obtenidos y se pone a disposición de las administraciones para colaborar en todo aquello que vaya en línea con los principios de la Década de la Seguridad Vial de la ONU, y cumplir con el objetivo de reducir a la mitad el número de víctimas en carretera en 2020.
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