Los coches eléctricos no tendrían su razón de ser si no fuese, entre otros elementos, por las baterías que acumulan la energía que luego aprovecha el motor eléctrico para poder mover al vehículo. De hecho, en opinión de Antonio Ariza, asesor técnico del RACE, las baterías son el componente más importante y más caro de un coche eléctrico. Por ejemplo, una batería de un compacto eléctrico puede superar fácilmente los 10.000 euros. En este sentido los Socios del RACE están tranquilos ya que cuentan con una garantía mecánica que les permite beneficiarse de la reparación o susitución de la batería del coche eléctrico.
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Las baterías tradicionales que montan los coches eléctricos están formadas por litio y cobalto y tienen algunos pros y contras, entre ellos su elevado precio. Si alguna vez te has puesto a comparar el coste de un coche eléctrico y uno de combustión, los primeros son bastante más caros. Es aquí donde tienen su razón de ser las baterías de LFP (Lithium Ferrum Phosphate), también conocidas como baterías de litio ferrofosfato. Son una variante de las baterías de litio convencional en la que se sustituye el material del polo positivo (suele ser un cátodo con aleación de litio y cobalto) por láminas de fosfato de hierro.
Diferencias de las baterías LFP con respecto a las de litio convencional
Empresas del mundo de la automoción como Tesla, Ford, Renault o Volkswagen tienen en su punto de mira las baterías de LFP y, de hecho, las montan ya o las van a empezar a instalar en alguno de sus modelos más asequibles. A continuación te explicamos las diferencias entre las baterías de LFP y las convencionales de litio y cobalto.
- Precio: el coste de una batería de LFP es mucho menor que una de litio y cobalto. La razón es que el hierro y el fosfato son más abundantes en la naturaleza que el propio litio. Esto hace que las baterías de LFP sean más baratas.
- Autonomía: las baterías de litio y cobalto están diseñadas para montarse en coches que puedan desarrollar una autonomía alta (por encima de los 500 km). Sin embargo, muchos usuarios que quieren comprar un coche eléctrico los van a conducir sobre todo por ciudad, por lo que necesitan que la batería tenga una alta capacidad. Ahí es donde las baterías de LFP van a ser más prácticas.
- Recarga: si la autonomía de una batería de LFP es menor, significa que tiene menos capacidad de almacenamiento y esto tiene como ventaja que se cargará antes, aunque todo depende del cargador en el que conectes tu coche.
- Reciclaje: una batería de litio y cobalto es muy difícil de reciclar. De hecho, es uno de los principales problemas que tiene un coche eléctrico cuando su batería pierde su rendimiento. Sin embargo, el reciclaje de las baterías LFP es más sencillo y más económico.
- Degradación: una batería de LFP tiene muy poca degradación. Tras 3.000 ciclos de carga y descarga, este tipo de baterías estaría en un 80% de su carga nominal, algo que no resulta tan fácil de ver en las baterías de ión-litio con cobalto.
- Resistencia térmica: las baterías de LFP sufren mucho más el frío que las de litio convencional. A partir de 20 grados bajo cero su rendimiento nominal se reduce al 50% mientras que una batería convencional tiene una pérdida de hasta el 30% aproximadamente. Por el contrario, las baterías de LFP son menos sensibles a altas temperaturas por lo que es menos probable que sufran un sobrecalentamiento.
- Densidad energética: una batería de LFP tiene mucha menos densidad energética que una de litio y cobalto, de ahí que no sean las adecuadas en coches de alta gama con gran potencia. Para contrarrestar este defecto, se aumenta el número de celdas.
- Tamaño: precisamente por el aumento del número de celdas, una batería de LFP va a ocupar mucho más espacio bajo el coche que una batería de litio convencional. Esto significa que también va a pesar más.
Las baterías de LFP cada vez van a ir adquiriendo más importancia con el tiempo, sobre todo en los coches eléctricos más baratos. Las leyes anticontaminación están limitando los coches que utilizan combustibles tradicionales. Esto hace que cada vez más usuarios se planteen la compra de un coche eléctrico o de otras energías alternativas. Sin embargo, el precio de un coche eléctrico es muy alto, incluso con las ayudas del Gobierno. De ahí que los coches eléctricos se empiecen a abaratar gracias a estas baterías de LFP, con menor rendimiento y autonomía, pero más baratas y fáciles de reciclar.
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