La calefacción del coche es un elemento al que, normalmente, no le vas a prestar la debida atención hasta que llega el crudo invierno. Es un sistema muy importante del vehículo que va a permitir que conduzcas de forma cómoda, sin que tus músculos estén entumecidos, y sin perder la concentración. No obstante, las averías pueden surgir, así que es posible que en algún momento la calefacción del coche no caliente. ¿Por qué no funciona la calefacción del coche?
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¿Cómo funciona la calefacción del coche?
Juan José Aguado Fernández, asesor técnico del RACE, explica que la calefacción funciona gracias al aprovechamiento del calor generado por el motor cuando está a pleno rendimiento (por eso, es normal que cuando arrancas el coche no haya calefacción hasta que pasan unos minutos). Éste necesita estar controlado todo el tiempo para que trabaje a una temperatura constante de entre 90 ºC y 100 ºC, según el modelo de coche.
El encargado de controlar estos grados es el sistema de refrigeración: dentro del circuito hay un radiador próximo al salpicadero por el que pasa el refrigerante a una alta temperatura. Es en este instante cuando se va a aprovechar el calor generado desde el motor para calentar el habitáculo del coche a través de los ventiladores, accionados desde el panel de control por el conductor o el acompañante.
La calefacción del coche no calienta, ¿por qué?
Aguado explica los motivos fundamentales por los que la calefacción del coche no funciona:
- Falta de líquido refrigerante: que la calefacción del coche trabaje correctamente va a depender de que el sistema de refrigeración funcione como debe. Por eso, si hay falta de líquido refrigerante, puede que el caudal de aire caliente no sea el suficiente para que la calefacción funcione. Es una razón por la que puede salir aire frío de la calefacción del coche.
- Avería en el termostato: es la pieza que regula la temperatura del motor y funciona como si fuese un interruptor. Si se queda abierto este elemento mecánico no va a dejar que se caliente el motor lo suficiente al pasar de forma continua el líquido refrigerante (su temperatura no pasaría de los 50 ºC-60 ºC) por lo que no llegaría bien el calor hasta el puesto de conducción. Cuando el motor alcanza los 90 ºC es cuando la calefacción trabaja a plena carga, explica el técnico del RACE. Si ocurre esta avería, lo recomendable es acudir a algún taller, como los que forman parte de la red Eurekar, para que sustituyan el termostato roto por otro nuevo.
- Mal funcionamiento del ventilador de la calefacción: esta pieza es la encargada de que circule el aire caliente hasta el interior del coche. Está justo antes de las trampillas por las que entra el aire al habitáculo. Si el ventilador no gira a cierta velocidad, el aire caliente no pasa por las canalizaciones. El fallo también puede deberse a un mal funcionamiento de las resistencias que se activan con el selector de velocidad del ventilador.
- El fusible de la calefacción salta: el sistema de calefacción está protegido por un fusible de 15 amperios que evita los picos de tensión. Si éste salta, puede ser una señal de que hay algo mal en el sistema eléctrico.
- Bomba de agua en mal estado: la bomba es la encargada de que el refrigerante se mueva por el circuito. Si ésta se avería, el caudal de líquido no circula por lo que el motor no lo va a calentar y, por tanto, no va a haber calefacción. En este caso, habría que sustituir la bomba por una nueva.
- Radiador obstruido: ocurre lo mismo que con la bomba de agua. Es vital que el refrigerante circule para que haya calefacción. Si el radiador se obstruye por el óxido o la suciedad acumulada, la calefacción no funcionará bien. Esto se soluciona limpiándolo o sustituyéndolo por uno nuevo.
- Aire en el sistema de refrigeración: se pueden formar bolsas de aire dentro del circuito que va a provocar que no fluya como debe el refrigerante por las tuberías. La consecuencia es que la calefacción funcione de forma intermitente o que, directamente, no funcione y no caliente. En esta ocasión, lo recomendable es purgar el circuito hasta sacar las burbujas de aire.
Para evitar en la medida de lo posible que ocurran estos fallos, debes realizar un mantenimiento preventivo del vehículo: comprueba el nivel de refrigerante y observa si la temperatura del motor es estable cuando ha pasado un rato desde que lo pusiste en marcha. Si tienes que añadir algo de refrigerante, que sea siempre el recomendado por el fabricante.
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