Mustang de arcilla portada

Quién no ha hecho alguna vez con sus propias manos un coche con plastilina o arcilla? Lo que es más sorprendente es que un arte tan antiguo como el modelado en arcilla se siga utilizando en la construcción de los automóviles que nos encontramos en las carreteras. En el Centro de Diseño de Ford Europa, los coches se convierten en obras de arte desde 1930, ya que los diseñadores utilizan esta técnica con arcilla para crear modelos que ayuden a visualizar el resultado final. El proceso que lleva un boceto 2D a convertirse en una realidad 3D comienza con la realización de una maqueta de madera o espuma.

Es sobre esa maqueta donde se añaden kilos y kilos de arcilla -los modelos más grandes pueden necesitar hasta 2,5 millones de arcilla para su elaboración a escala real- que los artistas moldean, aconsejados y orientados por los jefes del departamento de diseño. La arcilla se calienta en hornos hasta alcanzar una temperatura de entre 50ºC y 60ºC para que quede más suave y maleable y también se le añade cera en un 70-80% para que sea más fácil de manipular. «Cuando los modelistas de arcilla trabajamos en un coche con nuestras manos, también transportamos emociones», señala el artista polaco Damien Lottner. «El modelaje de arcilla es muy importante para el diseño de automóviles porque todos los datos e información que se recopilan y producen en el proceso de desarrollo de un coche se une en un modelo de arcilla y ahí es donde se convierte en realidad», añade este componente del Estudio de Diseño de Ford en Colonia.

Limas cuchillos, escalpelos…

Coches de arcilla

Coches de arcilla

Es una técnica con unos 80 años de antigüedad en la industria del automóvil, en la que los artistas utilizan diferentes técnicas y herramientas: limas, cuchillos, escalpelos… Además, el modela no se queda en el exterior del coche, ya que también se crea el interior, incluidos los paneles y los asientos durante cientos de horas. Las herramientas que utilizamos como modelistas nos ayudan a crear las superficies apropiadas. La cinta nos da la dirección que necesitamos, el cuchillo nos permite trazar las líneas cuando la arcilla es demasiado blanda para poner cinta; el rastrillo, rodillos de metal… pero al final lo hacemos todo con las manos. Las manos son las herramientas más importantes que tenemos los modelistas de arcilla», reconoce Lottner.

Los modeladores de arcilla trabajan en la creación en tres dimensiones. Un trabajo que, a pesar de la irrupción tecnológica de las impresoras 3D, permite que el diseño y la innovación de los vehículos se conviertan en algo tangible y emocional. Paciencia, pasión y capacidad de corregir en tiempo real son algunas de las características de estos artistas. «Es muy divertido y es una tarea cada vez distinta», señala el artista polaco Damien Lottner.

«Tienes que ser paciente, trabajar en el material y también confiar en tus habilidades. Algunas superficies son difíciles porque piensas que no lo vas a conseguir nunca, pero con paciencia todo sale bien. Esculpir a menudo consiste en presentar en tres dimensiones algo bidimensional. Pintar es lo contrario. Tienes que confiar en tus habilidades, pero a veces crear algo nuevo puede requerir destruir lo que habías hecho antes», cuenta el modelista.

Arcilla industrial

Para conseguir el resultado final, los moldeadores empiezan trabajando una superficie, que conectan con otro. «Después de dos horas de trabajo, lo dejo reposar y después veo el resultado final cuando ya ha pasado un día», afirma Lottner. «La arcilla que utilizamos es industrial, así que no tiene agua, es muy fina y es suave cuando está caliente. Así que tienes un material suave, agradable y muy fluido». Eso sí, advierte, para trabajar en una ambiente adecuado para el modelado «el estudio tiene que mantenerse a una temperatura de 20ºC».

Pero conseguir el resultado final es una tarea ardua y laboriosa. En una primera fase suelen trabajar hasta seis moldeadores en un mismo modelo (dos en la parte de delante, dos detrás y uno en cada lado), y un mismo moldeador puede trabajar en varios proyectos de forma simultánea. De hecho, los modelistas pueden tardar hasta tres años en conseguir el prototipo en arcilla definitivo. «El modelo más grande en el que he trabajado es el Ford Kuga. Tuvimos que utilizar una cantidad gigante de arcilla para hacer su modelado», reconoce Lottner.

Un artista de la arcilla

Damien lleva modelando en la marca automovilística Ford desde 2003, trabajando en todo tipo de vehículos como Ford Kuga o el Nuevo Mondeo o incluso en prototipos para videojuegos y películas como ‘Casino Royale’ de la saga de James Bond. «Mucha gente alucina cuando les explico mi trabajo, porque hay una percepción de que el diseño de los vehículos hoy en día se hace por ordenador y que las habilidades tradicionales como el modelado en arcilla ya no son necesarias en el este ámbito», afirma Damien Lottner. «En mi opinión no hay recambio para lo que hacemos, tanto en lo referente a la velocidad con que podemos progresar con los diseños y la capacidad de ver, tocar y experimentar verdaderamente un diseño en primera persona».

Lottner, que estudió en la Academia de Arte y Diseño de Aachen (Alemania) y en su tiempo libre se dedica a la pintura y la escultura, es un apasionado de su trabajo: «No puedo dejar de trabajar en esta profesión, me encanta. Es muy adictivo. Nunca me canso de esto». De hecho, confiesa que «la primera vez que vi arcilla sentí una fuerte conexión con el material. Es algo natural. Me gusta el resultado y me hace sentir orgulloso». Sobre sus coches favoritos en los que ha trabajado es contundente: «Me gusta mucho el resultado del Mondeo, porque mantiene la línea de los históricos de la gama y lleva su diseño un paso más allá de los que habíamos visto antes». El modelista confiesa que «ahora mismo estoy buscando un modelo antiguo para mí, en Especial el Ford Fiesta que se lanzó un año antes de que yo naciese».

Artista modelando coche de arcilla

Artista modelando coche de arcilla

Texto: Javier Varela

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