Control alcoholemia

Los controles de alcoholemia son una de las herramientas más importantes de las que disponen las autoridades a la hora de garantizar la seguridad vial e intentar reducir el número de accidentes de tráfico. Cualquier conductor puede verse requerido a someterse a estas pruebas.

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Los más comunes de estos controles son de carácter preventivo y puedes encontrarlos en cualquier lugar y momento: así, los agentes de tráfico establecen puntos de control en vías urbanas e interurbanas para verificar que los conductores no superen las tasas permitidas de alcohol en sangre o aire espirado.

Impacto del alcohol en la seguridad vial

El consumo de alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Según datos de la DGT, el alcohol está presente entre el 30% y el 50% de los accidentes mortales en España, si bien la tasa de siniestralidad española es una de las más bajas en toda la Unión Europea. En 2019, uno de cada cuatro accidentes mortales en carretera fue debido al alcohol, siendo la segunda causa de siniestro solo por detrás de las distracciones.

La relación entre el consumo de alcohol y la siniestralidad vial es clara: a mayor consumo de alcohol, mayor es el riesgo de sufrir un accidente. Con una tasa de alcoholemia de 0,5 g/l, el riesgo de accidente se multiplica por dos, y con una de 1,2 g/l, el riesgo se multiplica por 16. En España, el objetivo de la Estrategia 2030 de Seguridad Vial (compartida con la Agenda 2030, el Plan Mundial para el Decenio de Acción de Naciones Unidas y la Unión Europea) es reducir a la mitad para ese año el número de personas que fallezcan o resulten heridas graves como resultado de un siniestro, respecto a los valores de 2019.

¿Qué tipos de alcoholímetros hay?

La Policía y la Guardia Civil utilizan principalmente dos tipos de alcoholímetros para realizar controles de alcoholemia: los evidenciales y los de aproximación. Los primeros son dispositivos precisos y homologados que se emplean para obtener una medición exacta del nivel de alcohol en el aire espirado; y los resultados obtenidos pueden ser utilizados como prueba en procedimientos judiciales.

Por otro lado, los alcoholímetros de aproximación o indiciarios son dispositivos más pequeños y menos precisos, pero que permiten a los agentes determinar rápidamente si un conductor supera los límites legales de alcoholemia. Por eso, constituyen una herramienta de control eficaz para decidir si se requiere una prueba más detallada (con un alcoholímetro evidencial).

Además de los mencionados controles aleatorios, la DGT también efectúa pruebas tras producirse un accidente: en esos casos, todos los implicados (incluidos peatones y ciclistas) pueden ser sometidos a pruebas de alcoholemia, para determinar si el alcohol fue un factor contribuyente en el mismo.

Tasas máximas de alcohol y sanciones

Los controles de alcoholemia funcionan mediante la utilización de dispositivos conocidos como alcoholímetros, que miden la concentración de alcohol en el aire espirado. El procedimiento es sencillo: el conductor sopla en el dispositivo y, en pocos segundos, se obtiene una lectura que indica la cantidad de alcohol en su organismo.

Si el resultado es positivo, y para confirmar el resultado, se realiza una segunda prueba con un dispositivo de precisión 10 minutos después. En caso de estar en desacuerdo con la medición (y sanción correspondiente), se puede requerir una prueba de alcohol en sangre (que, de resultar positiva, correrá a cuenta del conductor).

La DGT establece diferentes tasas máximas de alcohol permitidas dependiendo del tipo de conductor:

  • Conductores en general: 0,25 mg/l en aire espirado (0,5 g/l en sangre).
  • Conductores noveles y profesionales: 0,15 mg/l en aire espirado (0,3 g/l en sangre).
  • Menores de 18 años: 0,0 mg/l en aire espirado y en sangre (DGT) (La Vanguardia).
  • Sanciones por superar las tasas permitidas

Las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol varían según la tasa de alcoholemia registrada:

  • Entre 0,25 y 0,50 mg/l: multa de 500 euros y retirada de 4 puntos del carnet.
  • Más de 0,50 mg/l: multa de 1.000 euros y retirada de 6 puntos del carnet.
  • Reincidentes: multa de 1.000 euros y retirada de 4 a 6 puntos, según la tasa.
  • Superar los 0,60 mg/l. constituye un delito contra la seguridad vial, con penas de prisión de tres a seis meses, multa de seis a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, además de la privación del derecho a conducir por un periodo de uno a cuatro años. Lo mismo puede suceder por consumo de drogas o por negarse a hacer la prueba de alcoholemia.

Si tienes previsto ponerte al volante, evita cualquier consumo de alcohol

Por mucho que puedas leer en internet, solo hay una conducta recomendable: no consumas alcohol si vas a conducir, porque la única tasa de alcoholemia segura es 0,0%. Por eso, si tienes previsto ponerte al volante, evita cualquier consumo de alcohol, pero también:

  • Planifica tu vuelta a casa. Si vas a consumir bebidas alcohólicas, organiza con antelación un medio de transporte alternativo, como un taxi o un conductor designado que no consuma alcohol.
  • Conoce tu límite y entiende cómo el alcohol afecta a tu cuerpo. La absorción del alcohol varía según la persona y el tipo de bebida, pero es crucial recordar que incluso pequeñas cantidades pueden afectar tu capacidad de conducir.
  • Espera el tiempo necesario: el alcohol se elimina del cuerpo lentamente. Por cada copa de vino o cerveza, tu cuerpo necesita aproximadamente una hora para procesarlo. No confíes en trucos como beber agua o dormir para reducir tu nivel de alcoholemia.

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