Por lo general, las familias esperan con ganas las vacaciones de verano, el puente de Semana Santa o un fin de semana para lanzarse a la carretera en busca de unos días de descanso. Sin embargo, ese momento se puede convertir en un mal rato para algunas familias cuando hay que viajar en coche con niños.
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Para conseguir un viaje seguro y cómodo es importante seguir algunos consejos y recomendaciones, pero también preparar a los niños ante el viaje, con actitud positiva y como algo divertido.
1) La seguridad es lo primero
Antes de planificar cualquier viaje en coche con niños es imprescindible disponer de un sistema de retención infantil (SRI) homologado para cada niño según su edad, peso y altura. El uso de sillas infantiles es obligatorio para niños de hasta 1,35 metros de altura, aunque se recomienda su utilización hasta que alcanzan 1,50 metros.
Desde el RACE aconsejamos utilizar sillas infantiles de calidad: aquí tienes una comparativa de cerca de 500 modelos de sillas infantiles. No olvides que su uso reduce en un 75% el riesgo de muerte y en un 95% el riesgo de lesiones. Si no usas el SRI, estás poniendo en riesgo la seguridad del menor y te podrán poner una multa de 200 euros con la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir, según la última reforma de la Ley de Seguridad Vial que entró en vigor en marzo de 2022.
2) Planifica el viaje con antelación
Los niños no tienen la misma capacidad que un adulto para adaptarse a diferentes situaciones. Por lo general, a ningún niño no le gusta estar sujeto con arneses o el cinturón de seguridad en una silla infantil y un viaje largo puede ser realmente incómodo y cansado para el menor.
Trata de realizar el viaje utilizando las carreteras más seguras, como autopistas y autovías, que permitan una conducción relajada y tranquila, donde encuentres zonas de servicio y restauración para realizar diversas paradas a lo largo del trayecto. En el caso de viajar en coche con niños, tendrás que prever paradas más frecuentes y no apurar hasta las dos horas recomendadas (o 200 kilómetros recorridos) en un viaje normal.
Además, te aconsejamos que organices las paradas según la ruta para evitar imprevistos. En el mapa de carreteras del RACE puedes planificar el viaje teniendo en cuenta las gasolineras, los radares, los puntos negros, etc.
3) Niños con ropa cómoda, sin frío ni calor
Para cualquier viaje es necesario cuidar la ropa que llevas, ya que en el coche vas a pasar varias horas sin moverte más allá del asiento. En el caso de los niños, esta recomendación adquiere mayor importancia si no quieres que se pasen el viaje quejándose de que tal camiseta les pica, que el pantalón les aprieta o que tienen frío o calor. Lo mejor es optar por ropa de algodón, transpirable, que no se ajuste al cuerpo y permita libertad de movimientos sin presiones.
En cuanto a la temperatura del habitáculo, lo aconsejado es tenerla entre 21 y 23 grados centígrados. Evita que el ambiente sea excesivamente frío o caluroso, y que el aire frío del aire acondicionado le llegue directamente al niño. Aconsejamos llevar alguna chaqueta o toalla a mano para poder taparlo en caso de que sea necesario.
4) Comida ligera y agua abundante
La comida pesada, calórica o con muchas grasas se desaconseja antes de iniciar cualquier viaje. Además de provocar mareos, es muy posible que cause malestar tanto a ti como a los más pequeños de la casa. Un adulto puede ‘aguantarse’ hasta llegar al destino, pero un niño se quejará y llorará, una situación muy estresante tanto para el conductor como para el resto de pasajeros.
Evítalo ofreciéndole alimentos ligeros, de buena digestión, y en pocas cantidades. No olvides llevar varias botellas de agua para hidratar al niño tanto durante el trayecto como en las paradas que realicéis a lo largo del viaje. Evita las bebidas con gas.
5) Los temidos mareos, ¿se pueden evitar?
Los niños a partir de los 3 años pueden sufrir mareos cuando viajan en coche debido a que lo que percibe el cerebro no está coordinado con las señales que reciben los oídos, órganos responsables del sentido del equilibrio. El resultado son náuseas, malestar, vómitos, sudoración excesiva, bostezos más frecuentes…
Para evitar los mareos se recomienda una comida ligera y en pequeñas cantidades antes de iniciar el viaje, ya que con el estómago vacío es más fácil marearse. El mejor asiento es el central trasero, ya que así el niño, siempre que no vaya en el sentido inverso a la marcha, podrá fijar la vista en un punto lejano del paisaje. La lectura, películas o jugar a las consolas aumentan el riesgo de sufrir mareos, al igual que un habitáculo sin ventilar y con temperatura elevada y una conducción agresiva y por zonas con muchas curvas.
En el caso de que aparezcan los primeros síntomas, lo primero es abrir la ventanilla y tratar de que el aire le llegue a la cara. Si no se le pasa, tendrás que parar para que se refresque.
6) Juguetes, juegos, canciones… para un viaje entretenido
“¿Cuánto falta?”, “me aburro”… son algunas frases que los niños repiten sin parar durante un viaje largo. Lo mejor para un trayecto tranquilo es que el niño duerma el mayor tiempo posible.
Si el pequeño no es muy dormilón, el copiloto hará bien en tener juegos organizados para que el trayecto sea más divertido: cantar canciones, buscar objetos del paisaje que empiecen por una determinada letra, contar marcas y modelos de coches o buscar coches por colores son algunas opciones para los más pequeños. También puedes recurrir a las tecnologías y ponerle una película o dibujos animados durante el viaje, o dejarle jugar con una tableta o videoconsola –si no es un niño propenso a marearse-.
No olvides coger alguno de sus juguetes preferidos para que pueda entretenerse. Eso sí, no los dejes sueltos dentro del habitáculo, ya que en caso de colisión se convierten en auténticos proyectiles. Por ejemplo, a 60 km/h, la inercia conlleva que el peso de los objetos se multiplique por 56.
7) El copiloto, gran aliado para evitar distracciones en el conductor
Un estudio realizado por el RACE concluía que los bebés y los niños pequeños son los acompañantes que más distracciones provocan al conductor. Está claro que un viaje con niños puede ser agotador cuando no paran de quejarse, de llorar o de llamar tu atención. En este sentido, la función del copiloto o de cualquier otro adulto que viaje en el coche se convierte en fundamental para ayudar a que el conductor se concentre plenamente en su tarea de conducir.
También puede ocurrir que el conductor sea el único adulto en el vehículo. En ese caso, lo más aconsejable es dejar todo lo más a mano posible para que el niño pueda cogerlo sin ayuda. Si es necesario, lo más seguro es parar el coche las veces que sea posible y atender al pequeño.
Nada mejor para evitar los atascos, el aburrimiento, los mareos y el cansancio en un niño que hacer el viaje de noche. Si prefieres conducir durante el día, sigue estos consejos y ten paciencia. Lo principal es que llegues sano y salvo a tu destino, así que no te pongas una hora de llegada y haz las paradas que sean necesarias. Si el viaje con los niños lo vas a hacer en autobús o avión, te interesará este artículo.
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