La normativa anticontaminación exigida desde la Unión Europea ha obligado a los fabricantes a inventar soluciones para que los coches sean más limpios. Entre esas soluciones está el filtro de partículas (FDP), un dispositivo que llevan los coches desde 2006 y que tiene como misión eliminar las cenizas generadas por el motor antes de que salgan a la atmósfera a través del tubo de escape.
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En el filtro de partículas se van acumulando partículas de hollín. Cuando los sensores captan que se alcanza el 40% de saturación del filtro, el propio coche eleva la temperatura del motor para forzar la regeneración del filtro de partículas. Cuando se alcanza una temperatura de 700ºC el hollín se quema y sale más depurado a la atmósfera.
El problema es que normalmente se acumula más hollín del que el propio filtro puede eliminar a lo largo del tiempo, así que es necesario limpiar el filtro de partículas. Si no lo haces, habrá un momento en el que en el panel de instrumentos aparece una luz amarilla con el testigo del filtro de partículas, lo que quiere decir que hay que hacer una regeneración forzada. Raúl Gallardo, asesor técnico del RACE, enumera las formas que hay de limpiar un filtro de partículas.
Las 5 formas de limpiar un filtro de partículas
- Sal a la carretera y haz tú mismo la regeneración. El sistema se regenera de forma automática cada 1.000 km aproximadamente (lo notarás cuando el ralentí cambia y pasa de las 900 rpm a las 1.500 rpm), pero si no es suficiente, debes salir a la carretera y circular durante unos 20 minutos con el motor revolucionado entre las 2.000 rpm y 2.500 rpm.
- Añade aditivos químicos al depósito de combustible. Puedes añadir un producto preparado para la limpieza del filtro al combustible (tanto para un gasolina como para un diésel). Estos aditivos elevan la temperatura del tubo de escape para que disuelva más fácilmente la suciedad del filtro. Este producto cuesta entre 15 y 30 euros.
- La máquina de diagnosis puede limpiar el filtro. A través de un tratamiento térmico, la máquina de diagnosis va a controlar todos los parámetros del coche que intervienen en la regeneración del filtro de partículas: si el motor está frío, empezará poniéndolo a 2.000 rpm hasta que alcance la temperatura de trabajo óptima (90ºC). Cuando esto ocurre, eleva las revoluciones del motor para generar más calor durante el tiempo necesario hasta que la máquina entienda que el filtro ya no está obstruido con hollín. Gallardo recomienda esta forma de limpieza por encima de las demás debido a sus buenos resultados, además de que no es necesario desmontar el filtro. Esta limpieza cuesta cerca de 50 euros.
- Limpieza por ultrasonidos. Aquí es necesario acudir a un taller, como los que forman parte de la red Eurekar, porque hay que desmontar el filtro. Una máquina de ultrasonidos hace vibrar el propio filtro para limpiar sus componentes y el resultado es bastante bueno. Este proceso suele durar una hora y su precio ronda los 100 euros.
- Sumergir el filtro de partículas en detergente. Esta opción debería ser la última. Es recomendable cuando la máquina de diagnosis no puede limpiar el filtro. Esto ocurre cuando la saturación del filtro está a un 96% o más. Aquí no va a quedar otra que desmontar el filtro y sumergirlo en detergente durante una hora, luego lavarlo con agua a presión y, por último, secarlo bien para luego volver a unirlo al coche. Puede rondar los 150 euros este proceso.
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