Por qué se calienta el coche

Uno de los mayores sustos que puedes llevarte al conducir es mirar al cuadro de mandos y ver el indicador de la temperatura anormalmente alto. Un sobrecalentamiento del motor puede tener múltiples causas, y aunque algunas se pueden solucionar fácilmente, otras pueden ser más complicadas. Pero, en cualquier caso, se trata de algo que no querrás ignorar, ya que dejarlo sin tratar ocasionará, con toda certeza, una avería mucho más importante, como por ejemplo un fallo en la junta de la culata.

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Presta atención a las señales de advertencia que te pueda estar mandando el coche, para actuar en consecuencia: si se enciende un testigo rojo en el cuadro de mandos; si el coche te pide refrigerante cada pocos días (señal de que hay una fuga); si la temperatura del motor sube por encima de los 90 grados o si, por ejemplo, sale humo blanco por el tubo de escape.

La forma más sencilla de detectar cualquier problema rápidamente es controlar con regularidad el indicador de temperatura. El calentamiento, en cualquier caso, puede tener diferentes orígenes, y aquí repasaremos los más comunes.

El radiador está sucio u obstruido

Es normal que, con el paso de los años y de los kilómetros, el radiador vaya ensuciándose progresivamente, y que el óxido y las impurezas hagan que el refrigerante no circule como debería. Si es el caso, tendrás que retirar todo lo que impida el contacto directo del aire con el metal, algo que puedes hacer con un lavado de agua a presión a través de la rejilla del coche. También puedes limpiarlo con un cepillo y jabón, pero en ese caso ten mucho cuidado y asegúrate de frotar con suavidad en la dirección de los surcos antes de enjuagar con agua a presión.

Una buena práctica para mantenerlo en las mejores condiciones posibles es la de usar un limpiador del sistema de refrigeración al menos una vez cada dos años, especialmente si el coche ya tiene una cierta edad. Después, purga el anticongelante y vuelve a rellenarlo.

Fuga de líquido refrigerante

El sobrecalentamiento de tu vehículo puede estar también ocasionado por un nivel bajo del líquido refrigerante anticongelante, ya sea por una fuga en los manguitos, en el radiador o en la bomba de agua. Ten mucho cuidado con ello porque si se llega a agotar y circulas sin nada de líquido, la avería será mucho más grave (pudiendo afectar al propio motor), y la factura considerable.

Si se enciende un testigo rojo en el cuadro de mandos, hazte a un lado inmediatamente y comprueba el nivel de refrigerante. En caso de que sospeches de la existencia de una fuga, lo más seguro es avisar a la grúa y trasladarte a un taller. Recuerda que, si eres socio del RACE, tienes a tu disposición un servicio de asistencia en carretera 24 horas.

Problema con el termostato

El termostato es otro de los componentes que puede atascarse y provocar un aumento inadecuado de la temperatura. Esto sucede porque el flujo de líquido refrigerante queda interrumpido entre el propulsor y el radiador; en este caso será también necesario trasladarse a un taller para que procedan a sustituirlo.

Bomba de agua defectuosa

Este es un elemento de vital importancia en el funcionamiento del coche, ya que consigue que el motor trabaje a una temperatura constante. Una rotura puede ocasionar que el motor se caliente y que incluso deje de funcionar. Por eso, en el RACE te enseñamos a identificar las señales de una posible avería y cómo actuar en cada caso.

Fallo en el ventilador eléctrico

Todos los coches están equipados con un ventilador que debe activarse cuando la temperatura del motor supera, aproximadamente, los 94ºC, aunque eso depende de cada modelo. Se trata de una situación muy común en los meses de verano, en los que, si esta pieza no funciona correctamente, el calentamiento del motor será inevitable. Se trata también de una avería fácil de detectar, ya que, cuando funciona a toda potencia, el ventilador se escucha con mucha claridad.

¿Y si mi coche pierde agua, pero no se calienta?

Puede que, cualquier día de estas vacaciones, percibas al aparcar tu coche lo que parece ser una fuga de agua proveniente del motor. Una señal que, comprensiblemente, recibirás con preocupación. Si, además de ese goteo, no has detectado ningún cambio de temperatura, lo más probable es que no tengas de que preocuparte. Pero ¿por qué?

Recuerda que tu vehículo no utiliza agua para refrigerar el motor, sino un líquido específico. Tenlo siempre presente porque, si detectas un nivel bajo y lo rellenas con agua, deberás purgarlo y rellenarlo completamente con un líquido anticongelante concebido para tal fin.

Si lo detectas en verano, la causa de ese goteo puede ser tan sencilla como la lógica condensación del aire al utilizar el aire acondicionado del vehículo. O puede suceder, si tu coche está equipado con faros de xenon, que se haya producido alguna grieta o rotura en los conductos de limpieza con que estos vienen equipados, y que los conectan con el líquido limpiaparabrisas.

Si por una avería producida por el sobrecalentamiento, debes de llevarlo a un taller,
acude a uno de los talleres RACE Eurekar que tienen la garantía del RACE.

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