A partir del año 2035, si nada cambia, las marcas no podrán vender más coches nuevos que tengan un motor de combustión y utilicen la gasolina o el gasóleo como fuente de energía, aunque sí podrán seguir circulando los coches de este tipo hasta el año 2050. Así lo acordó en junio de 2022 el Parlamento Europeo que, en un principio, había planificado el fin de los vehículos de combustión para 2040.
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Con este anuncio del fin de los coches de combustión en 2035, la industria de la automoción se vio obligada a cambiar completamente su proyecto de negocio y dirigir su mirada a largo plazo a la producción de coches eléctricos y de pila de combustible. Los propios fabricantes aseguraron que esta medida era muy ambiciosa y suponía un gran esfuerzo.
La realidad es que las ventas de los coches eléctricos no están yendo tan bien como se había planificado, sobre todo en España, donde este tipo de vehículos no alcanza ni el 10% de la cuota de mercado total. Por tal motivo, la Unión Europea dejó una ventana de esperanza al aceptar los combustibles sintéticos como fuente de energía alternativa a la gasolina y el gasóleo. De esta forma, los vendedores de coches podrán seguir ofertando coches de combustión más allá del año 2035, aunque sólo si utilizan este combustible.
Los combustibles sintéticos: el halo de esperanza para los coches de combustión en 2035
En marzo de 2023 la Comisión Europea llegó un acuerdo con el Gobierno alemán en el que se aceptaban los combustibles sintéticos, producidos con fuentes de energía renovable, como carburante utilizado en los motores de combustión vendidos a partir de 2035.
Estos combustibles sintéticos se permiten porque son neutros en sus emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y cumplen con el objetivo de la UE de reducir a cero las emisiones de CO2 de los vehículos nuevos. De esta forma, ya hay una alternativa a los coches eléctricos y a los de pila de combustible. Gracias a estos combustibles sintéticos, además de los coches con motor de combustión también se podrán seguir vendiendo los coches híbridos (sean o no enchufables), que tienen un motor de combustión y otro eléctrico.
El RACE aplaude la decisión de utilizar los combustibles sintéticos como alternativa porque va en beneficio de la modernización del parque automovilístico y de la libertad en la movilidad de los usuarios. Para el Club, “lo que deben hacer los gobiernos es incentivar la renovación del parque, facilitando el cambio a vehículos más eficientes a precios competitivos e impulsando el libre mercado, la innovación tecnológica y la competencia en el seno de la industria del automóvil, sin forzar arbitrariamente el vehículo eléctrico de batería como única alternativa de futuro”.
Del mismo modo, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) también valora positivamente que haya un complemento a la electrificación. Así explican en esta asociación qué se permitirá usar como combustible a partir de 2035:
¿Cuándo se va hacer efectiva la prohibición de coches diésel y gasolina en España?
España se había fijado el año 2040 como una fecha clave en la que estaría prohibida la venta de coches de combustión según la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Sin embargo, al formar parte de la Unión Europea, no le queda otra que adaptarse al nuevo acuerdo y adelantar sus planes cinco años antes.
El año 2018 fue el punto de inflexión en que se empezó a demonizar el coche diésel y las matriculaciones anuales dieron un giro. Después de 20 años en los que el coche diésel protagonizaba las ventas en España, en el año citado los coches de gasolina alcanzaron por primera vez la cabeza de las ventas en este país. Desde entonces, cada vez menos españoles compran coches con un motor diésel. En su lugar, la tecnología híbrida gana más adeptos.
¿Qué restricciones sufren ya los coches diésel y de gasolina en España?
Las restricciones de los vehículos que utilizan el diésel o la gasolina están directamente relacionadas con las etiquetas de la DGT, que llevan en vigor desde 2016:
- Los coches sin etiqueta son los gasolina anteriores a enero de 2000 y los diésel anteriores a 2006.
- Los coches con etiqueta B son los gasolina vendidos a partir de enero de 2000 y los diésel a partir de 2006.
- Los coches con etiqueta C son los gasolina matriculados a partir de 2006 y los diésel a partir de 2014.
A partir de aquí, son las propias ordenanzas de los ayuntamientos las que establecen los protocolos anticontaminación y el acceso de este tipo de vehículos a ciertas áreas de especial protección. En este enlace te explicamos los que hay en las principales ciudades de España y Europa.
Desde el RACE consideramos que para definir cuáles son los vehículos medioambientales más eficientes, las administraciones deben tener en cuenta las emisiones contaminantes de cada coche, independientemente de la tecnología que utilicen los fabricantes para conseguirlo. Es lo que se conoce como neutralidad tecnológica: “un vehículo diésel moderno, que cumple con la normativa Euro 6, está en los mismos niveles de emisiones que un gasolina moderno, algo que choca con el mensaje que nos envían desde muchos estamentos políticos”, explica el Departamento de Movilidad del RACE.
¿Cómo nos va a afectar la prohibición de coches diésel y gasolina a los españoles?
Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, la patronal que integra las asociaciones de concesionarios oficiales de las marcas automovilísticas, tiene claro que España no podrá cumplir la directiva para el año 2035 y que es necesario que se pida una moratoria. De hecho, la ha llegado a calificar como “disparate” porque “en España hay que cambiar 27 millones de coches de combustión tradicional y quedan 27 años hasta 2050 (año en el que se prohíbe la circulación de cualquier vehículo con motor térmico), lo que significa que cada año habría que cambiar cerca de un millón de coches, algo imposible teniendo en cuenta que al año se venden en España unos 30.000 coches eléctricos”. Más allá de estas razones, hay otras que afectan directamente a la población:
- España está en una situación de crisis: no es un buen momento para comprar un vehículo electrificado y, de hecho, hay un aumento de la demanda de los coches de segunda mano y se están encareciendo.
- Necesitamos más infraestructura: España necesita muchísimos más puntos de recarga, tanto públicos como privados si sólo van a existir los coches eléctricos a largo plazo.
- Los conductores necesitan una reeducación: A la hora de recargar un coche eléctrico existen diferentes tipos de conectores y distintos tipos de recarga. La población va a necesitar formarse para poder entender este tipo de coches.
- El coste de un coche eléctrico: por norma general, comprar un coche eléctrico nuevo es más caro que uno diésel o de gasolina de sus mismas características. Por lo que no todo el mundo se va a permitir realizar esta inversión, aunque poco a poco el precio de estos vehículos va bajando, si bien es verdad que el precio de la electricidad también ha subido en la escalada actual de precios.
- Se necesitan más ayudas: Debido al alto precio del coche eléctrico eléctrico y de la necesidad de instalar un punto de recarga en casa, es necesario un incentivo que ayude a la compra de este tipo de vehículo. De momento está el Plan MOVES III, que no ha tenido todo el éxito que se buscaba debido a diferentes razones. Su fecha límite es el 31 de diciembre de 2023 o hasta que se agote el presupuesto.
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