Cuando llega el frío, no sólo peligra tu seguridad cuando circulas con nieve o hielo; a tu coche también le afectan las bajas temperaturas, y la mecánica nota los efectos de las heladas.
El combustible, ya sea gasolina o gasoil, puede sufrir una congelación, lo que provocará que el motor de tu coche deje de funcionar y, por tanto, no podrás circular con él.
Con condiciones adversas, una buena asistencia en carretera es esencial.
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El gasóleo se empieza a espesar a partir de los 10 grados bajo cero
Juan Manuel Llorente, formador técnico del RACE, explica que si eres usuario de un coche que utiliza gasolina, no te debes preocupar: el punto de congelación en este caso se sitúa en los -107 ºC. Sin embargo, si eres un conductor de un diésel, debes prestar mucha atención a las heladas, porque el punto de congelación del gasoil empieza cuando las temperaturas alcanzan los -10 ºC.
Cuando el termómetro alcanza esos números en un diésel, las parafinas del combustible se empiezan a cristalizar, lo que provoca que el gasoil se vuelva cada vez más espeso y tapona los conductos por donde viaja el carburante.
Para que un motor funcione, se tienen que mezclar el gasoil y el aire. Sin embargo, si el combustible pasa de un estado líquido a un estado más viscoso, no se podrá inyectar bien en la cámara de combustión y, por tanto, el motor no funcionará.
La consecuencia de esto es que, si estás circulando, y el combustible se va congelando, notarás cómo el coche pierde potencia y da tirones hasta que definitivamente el motor se para. Los síntomas son los mismos que cuando el coche se queda sin gasolina.
¿Qué debes hacer cuando se ha congelado la gasolina?
Si te encuentras en la calle, con el coche aparcado y completamente congelado, lo primero que verás es que aparece un testigo de fallo del motor en el cuadro de instrumentos. Como ya te contamos , esta luz es genérica y sólo nos da una pista de que algo ocurre con el motor o con alguna de sus partes. En el caso de que haya una congelación, lo más seguro es que esté dando un fallo en los inyectores, que no pueden dispersar el gasoil al estar cristalizado.
En este caso, la solución pasa por ser paciente y esperar a que se descongele el combustible . Si eres socio del RACE , te daremos asistencia en carretera buscando tu coche con una grúa. Como consejo, Llorente explica que, si estás en tu casa, siempre puedes utilizar un calefactor colocado cerca del motor para que el combustible se vaya descongelando más rápido.
Sé previsor y evita la congelación
Lo mejor, en caso de helada, es ser previsor y guardar tu coche bajo techo en un garaje. Si no puedes, busca algún muro o algún objeto urbano que pueda proteger tu coche del viento helado y la nieve.
Si vas a viajar a zonas de montaña o donde sepas que las temperaturas van a situarse muy por debajo de los 0 ºC, lo recomendable es repostar en una gasolinera de la zona . Éstas tienen un aditivo que aumenta el punto de congelación del diésel, de forma que en lugar de empezar a cristalizarse a los -10 ºC, lo hará a partir de -17 ºC.
Antiguamente, para evitar la congelación, hay quien mezclaba el gasoil con un par de litros de gasolina. Sin embargo, es una práctica que con los coches actuales no es recomendable: el gasoil sirve también de lubricante para los inyectores en los motores diésel, una propiedad que no tiene la gasolina. Por eso, se acabarían estropeando estas piezas. De ahí que no sea bueno mezclar estos dos combustibles.
Recuerda que, ante situaciones extremas de frío y nieve, lo más seguro es no utilizar el coche. Si no te queda más remedio, utiliza ruedas de invierno y adapta el equipamiento a las necesidades de la vía.
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