Conducir es una tarea que requiere de toda tu atención, concentración y responsabilidad, ya que al hacerlo no solo dependes de tus propias acciones, sino de las de los demás y de circunstancias del tráfico ajenas a unos y a otros. Es por eso que se trata de una labor más complicada para aquellas personas con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), una patología del desarrollo neurológico que no impide sacarse el carnet, pero que sí exige poner un especial cuidado sobre dicha circunstancia.
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El TDAH es una condición médica en la que interactúan factores genéticos y medioambientales. Suele iniciarse en la infancia (es, de hecho, el trastorno más común en esas edades) y se calcula que se mantiene en un 50 % de los casos durante la adultez. Entre sus consecuencias, están la falta de atención y un comportamiento impulsivo e hiperactivo, lo que puede tener consecuencias notables sobre la conducción. De hecho, según un estudio (Curry, 2017) realizado en 2.479 adultos jóvenes con TDAH y 15.865 sin TDAH , el riesgo de sufrir un accidente es, en conductores con TDAH, 1,36 veces mayor que en un conductor sin ella.
Consecuencias del TDAH en la conducción
Diagnosticado o no (en muchos casos no llega a serlo), conducir con TDAH puede representar dificultades añadidas, debido a sus problemas para mantener un nivel adecuado de atención, y que puede verse afectado por algo tan simple como llevar la música muy alta. También puede afectar a la capacidad para inhibirse y no dar respuestas impulsivas ante imprevistos del tráfico (como que el coche de enfrente tarde en arrancar en un semáforo verde), a su planificación, a su autorregulación y automonitorización.
Conducir requiere, en cualquier caso, un buen funcionamiento ejecutivo que ayude a priorizar los estímulos relevantes, sepa anticiparse a las consecuencias de las propias acciones y se flexibilice en función de las variables que aparezcan.
También conviene señalar la existencia de otros estudios que señalan cómo las personas que sufren TDAH son “capaces de reaccionar con más precisión” a situaciones inesperadas o de alto riesgo. Por todo ello, y si se trabaja en mejorar esas limitaciones, no existe ningún impedimento por el cual no se pueda obtener (y renovar) el carnet de conducir aun padeciendo este trastorno.
¿Puedo conducir con TDAH?
En general, el TDAH no discapacita para conducir, ya que los procesos atencionales implicados pueden trabajarse para conseguir una conducción eficiente y segura. Conviene, en cualquier caso, revisar la letra pequeña del seguro, ya que un diagnóstico de TDAH podría ser un factor de exclusión de la cobertura. Aunque la capacidad para conducir debe ser valorada individualmente por medio de un profesional facultativo, la DGT insiste en el valor de la labor preventiva:
Lo primero, el diagnóstico
Tomar conciencia del diagnóstico de TDAH, de manera que la persona que lo sufra ha de ser consciente tanto de sus manifestaciones como de los potenciales riesgos para garantizar la máxima seguridad y el respeto en carretera. A su vez, si estás con tratamiento, es mejor consultar primero con tu especialista, ya que algunos medicamentos repercuten en las habilidades y reflejos necesarios para la conducción.
Eliminar distracciones
Al sufrir TDAH, es importante evitar cualquier tipo de estímulo capaz de distraer al conductor. Así, por ejemplo, se deben evitar las pantallas frontales (conviene que los dispositivos de GPS se utilicen con voz) y el volumen dentro del vehículo ha de ser el adecuado, a fin de poder percibir cualquier tipo de alerta acústica exterior. Además, es mejor evitar fumar al volante, así como hacer uso del móvil (en cualquier caso).
Más práctica, más seguridad
Cuanta más exposición se tenga a las distintas eventualidades que suceden en condiciones de tráfico real, más preparado estará el conductor, a nivel de confianza y seguridad, para percibir situaciones de riesgo. Se aconseja, además, un repaso periódico de las normas de tráfico. Y, finalmente, evita conducir si estás enojado, ya que eso aumenta tus posibilidades de reaccionar con agresividad frente a cualquier imprevisto.
Ayudas de accesibilidad de la DGT
En febrero de 2022, la DGT publicó la Guía para la Mejora de la Accesibilidad al Permiso de Conducción, para personas con dislexia y TDAH. Entre las medidas que se contemplan figuran:
- Para el examen teórico: situarse lejos de ruidos y distracciones y cerca de los examinadores; explicarles pausadamente las instrucciones generales antes de comenzar el examen; disponer de al menos un 50 % de tiempo extra; o permitirles una hoja en blanco para anotaciones.
- Para el examen práctico: antes de comenzar, hacer saber al candidato con necesidades específicas que se conocen sus características, con el objetivo de evitar que se bloquee; y dar indicaciones claras y concisas.
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