Con el año 2035 marcado en letras grandes en el horizonte (ya que, a partir de entonces, no se podrán vender coches nuevos con motor de combustión que usen gasolina o gasóleo), gran parte de los esfuerzos de investigación se centran en el desarrollo de formas de carga más rápidas y eficientes que faciliten la progresiva a imparable implantación de los coches eléctricos. Un panorama en el que la carga inalámbrica, y más concretamente la carga por inducción, jugará un papel clave.
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Ahora bien, ¿qué es la carga por inducción y en qué consiste?
La carga por inducción, explicada
El ejemplo más común de esta tecnología de carga por inducción es el sistema que facilita ya la carga inalámbrica de los teléfonos móviles. Su aplicación al sector de la automoción se basa en los mismos principios, eliminando la necesidad de cables a la hora de cargar la batería de los vehículos. En pocas palabras, consiste en la transmisión de energía eléctrica de forma inalámbrica desde una base de carga situada en el suelo hasta el vehículo eléctrico.
La carga por inducción utiliza un principio simple pero efectivo: una estación de carga instalada en el suelo (o en una plataforma elevada) genera un campo magnético alternante. Este campo electromagnético induce una corriente eléctrica en una bobina receptora ubicada en el vehículo, que luego se convierte en energía eléctrica para cargar las baterías del automóvil.
El proceso es completamente seguro y eficiente, y no requiere ninguna acción por parte del conductor más allá de estacionar el automóvil sobre la estación de carga para que esta se inicie de forma automática.
Aquí es donde entra el sistema de posicionamiento DIPS (Sistema de Posicionamiento Inductivo Diferencial, por sus siglas en inglés) desarrollado por la firma alemana Mahle, y que consiste en la emisión de un campo magnético que el vehículo detecta conforme se aproxima. Una vez que se establece la conexión de forma automática, se activa un sistema de navegación en la pantalla del vehículo que guía al conductor para posicionar el vehículo correctamente e iniciar así la carga de sus baterías.
Es, además, compatible con vehículos equipados con sistemas de estacionamiento autónomo, y funciona incluso en condiciones adversas, como por ejemplo si la base ubicada en el suelo está cubierta de hojas o de nieve.
El factor fundamental en la futura evolución del sistema DIPS es que ha sido elegido por la Sociedad de Ingenieros de la Automoción (SAE International) como la solución estándar global para la carga inalámbrica, de manera que sea compatible con cualquier fabricante de coches. Mahler, su impulsor, se ha comprometido además a ofrecer su licencia bajo condiciones FRAND (justas, razonables y no discriminatorias).
Otra línea de investigación es la denominada Dynamic Wireless Power Transfer, una carga dinámica por inducción que permitiría la carga de todo tipo de vehículos eléctricos en movimiento gracias a una infraestructura instalada bajo la superficie de la carretera. Con este sistema, no habría necesidad de utilizar la energía almacenada, e incluso se podría incrementar la autonomía disponible, algo especialmente útil a la hora de evitar la ansiedad por el miedo a quedarse sin autonomía (lo que se conoce como range anxiety).
Ventajas de la carga por inducción
Aunque, hoy por hoy, la carga de vehículos eléctricos por inducción no alcanza la rapidez ni la eficiencia energética de la carga por cable, sí ofrecen una serie de ventajas tanto para los conductores como para el medio ambiente:
- Comodidad: al eliminar la necesidad de cables y enchufes compatibles, una carga por inducción estandarizada simplifica y facilita el proceso de recarga, y hace que sea más conveniente para los propietarios de vehículos eléctricos.
- Durabilidad: de la misma forma, al eliminar la manipulación constante de cables de carga, se reduce el desgaste tanto en el vehículo como en la propia estación de carga, lo que puede prolongar su vida útil y reducir los costos de mantenimiento a largo plazo.
- Este sistema permitiría una instalación fácil de cargadores de inducción en aparcamientos públicos como aparcamientos o centros comerciales que hoy disponen de sistemas de carga por cable. Al tratarse de bases ancladas en el suelo, estarían además más protegidas frente a actos de vandalismo.
- Seguridad: la carga por inducción elimina el riesgo de descargas eléctricas accidentales o daños causados por cables defectuosos, lo que mejora la seguridad tanto para los conductores como para los peatones.
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