Regular luces coche

Circular con las luces del coche debidamente reguladas y alineadas es de gran importancia tanto para tu seguridad como para el resto de conductores. Una altura indebida puede hacer que las luces estén demasiado altas, con el consiguiente peligro de cegar a los conductores que circulen en sentido opuesto; o demasiado bajas, lo que puede restar una visibilidad vital cuando se circula por carreteras poco o nada iluminadas.

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Por ese motivo, resulta conveniente revisar que las luces se encuentren en buen estado de forma regular, al menos una vez al año, o incluso con más frecuencia si se suele conducir por carreteras irregulares. Por eso, desde el RACE queremos enseñarte cómo revisar las luces y, de ser necesario, regularlas debidamente.

Regular los faros desde el salpicadero

Alinear y regular las luces del coche significa ajustar su posición e intensidad. Para ello, lo más sencillo es utilizar el mando o ruedecilla con el que, desde hace años, están equipados la gran mayoría de los vehículos (y que normalmente se sitúa a la izquierda del volante, junto al mando de las luces).

Los valores que figuren en el mando (del 0 al 3 o del 0 al 5) indican el grado de intensidad, que va de menos a más: si el coche está vacío, por ejemplo, se debe utilizar la posición 0 (de forma que, al encender las luces, estas iluminen lo más lejos posible); y si va muy lleno (especialmente en la parte trasera, lo que puede levantar ligeramente la parte frontal), se recurrirá al valor máximo.

El proceso es, por lo tanto, sencillo: a más carga, mayor el número que debe seleccionarse en el mando para que las luces estén alineadas de la mejor manera posible.

Regular los faros manualmente

Puede suceder que el mando no funcione correctamente o que, por alguna otra circunstancia, sea necesario regular las luces de forma manual, como ocurre cuando ha sido necesario reemplazar alguno de los faros, una de las bombillas o si te has visto implicado en un accidente. Por eso, lo primero es comprobar si los faros están o no regulados correctamente. En caso negativo, se deben ajustar manualmente:

  1. Coloca la ruedecilla o mando del salpicadero en la posición 0.
  2. Abre el capó del coche y, con la ayuda de un destornillador, procede a realizar el ajuste que sea necesario en los tornillos de regulación de las luces, que los faros llevan en su parte posterior. Si es necesario, consulta el manual del fabricante.
  3. Encontrarás dos tornillos: uno para regular la altura del faro (campo vertical) y otro para regular su orientación (campo horizontal). Para ajustar el primero, ten presente que girar de izquierda a derecha normalmente eleva las luces, mientras que hacerlo de derecha a izquierda las baja.
  4. En este proceso, sírvete de las marcas que hiciste previamente en la pared con cinta aislante, y ajusta las marcas hasta hacerlas coincidir con las marcas de la pared.
  5. Es recomendable que, al alinear un faro, se cubra el otro, para conseguir una mayor precisión.

Si no quieres regular las luces del coche tú mismo,
acude a uno de los talleres de la red Eurekar, que cuentan con la garantía del RACE.

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