Cuando vas a comprar un coche sueles fijarte en su precio, en su color, en su equipamiento y elementos de seguridad, entre otras tantas características. Puede que hayas dejado un poco más al margen la elección de un coche según su tracción delantera, trasera o total. Ésta nos indica qué ruedas reciben la potencia del motor para mover el coche.
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Entre una y otra hay diferencias, tanto si las analizamos desde un punto de vista técnico como desde la conducción y la seguridad. Vamos a ver las características de cada una para que entiendas cuándo debes elegir un tipo de tracción u otra pensando en tu bolsillo, tu forma de conducir y las zonas por las que viajes.
Diferencias a nivel técnico entre las tracciones
Juan Manuel Llorente, formador técnico del RACE, explica que, si hay que hacer una diferenciación técnica entre cada tipo de tracción, hay que entender que la más sencilla es la tracción delantera, mientras que la más compleja es la tracción total.
La tracción delantera
Es la opción más común y económica que te puedes encontrar en la actualidad. A los fabricantes les resulta más sencillo montar el motor delante junto con las ruedas motrices en el eje delantero.
El ahorro está, sobre todo, en el número de piezas que hay que montar en el vehículo, de ahí que su mantenimiento también sea más económico que otros tipos de tracción. En caso de que tengas algún problema con el coche, recuerda que si te haces socio del RACE podrás disfrutar de la asistencia en carretera en todo el mundo. Y, si necesitas hacer la revisión, siempre puedes llevarlo a cualquier taller Eurekar con la garantía del RACE.
Para que entiendas cómo funciona esta tracción delantera, puedes ver el siguiente esquema: junto al motor en sentido transversal se adosa, en uno de sus laterales, la caja de cambios. Dentro de ésta se encuentra un diferencial, que compensa la velocidad de giro de las ruedas del eje motriz cuando realizas una curva, un elemento fundamental para que el vehículo se mantenga estable.
Una vez que actúa el diferencial, la potencia del motor se transmite a través de dos palieres: uno va a la rueda derecha y otro a la izquierda. Así es como se consigue que un coche de tracción delantera empiece su movimiento.
Tracción o propulsión trasera
Los vehículos más comunes con tracción trasera suelen ser más potentes y lujosos. Este tipo de tracción lleva algunas piezas más que los coches con tracción delantera, por lo que eleva su precio, además de su peso.
El esquema mecánico de un coche con propulsión trasera es el siguiente: utiliza un motor longitudinal o transversal, según lo que plantee el fabricante. La caja de cambios se sitúa a la altura de la palanca de cambios. De aquí sale un árbol de transmisión, también conocido como cardan, que lleva la potencia del motor a las ruedas traseras. Aquí es donde se ubica el diferencial para, a continuación, dar paso a dos palieres: uno para la rueda trasera derecha y otra para la trasera izquierda.
Tracción total
Cuando la tracción es a las cuatro ruedas, la mecánica se complica porque, en lugar de haber un diferencial en un eje motriz, al ser tracción total, debe haber dos diferenciales, tanto para el eje delantero como para el trasero.
Para repartir la potencia del motor que viene del cambio de marchas a cada eje, antes de pasar por los diferenciales actúa el transfer. Después de éste, hay un cardan que transmite la potencia al eje delantero y al trasero, pasando por dos diferenciales y los palieres que llevan la fuerza del motor hasta las ruedas.
Lo explicado hasta aquí es el concepto básico sobre las distintas tracciones. Sin embargo, con los coches más modernos, la centralita y la gestión electrónica se hacen protagonistas. Existe un elemento denominado Haldex que, según la necesidad de la vía y del vehículo, manda la potencia al eje delantero o al trasero cuando los sensores de ABS, ubicados en las ruedas, captan que hay una pérdida de tracción.
Si hablamos de tracción total es necesario que citemos también los todoterreno: son vehículos a los que también se les conoce como 4×4, que mantienen la tracción en las cuatro ruedas, con el añadido de que tienen una reductora que transmite mucho par motor a las ruedas que necesiten más tracción sin que aumente su velocidad de giro.
La reductora es útil para velocidades bajas y en terrenos muy complicados. De ahí que no tenga sentido que lo monten vehículos con tracción total que circulen sólo por carretera, donde lo que necesitan es tener tracción a velocidades más altas de lo que iría un todoterreno en zonas de difícil acceso.
Tracción delantera
En las ruedas delanteras
Suelen llevarla la mayoría de coches que no llegan a tener mucha potencia: utilitarios, compactos…
Es intuitivo y sencillo de controlar, incluso si subvira
Es el sistema más ligero
De las tres opciones, es el más económico de mantener
Tracción trasera
En las ruedas traseras
Las montan los coches de lujo o deportivos
Es más complicado de controlar, sobre todo si sobrevira, aunque da mejores sensaciones de conducción
Este sistema está en un peso intermedio entre un tracción delantera y un total
Más caro de mantener que un tracción delantera
Tracción total
En las ruedas delanteras y traseras
La utilizan coches de lujo, deportivos o todoterreno
Es con el que menos adherencia vas a perder
Es la mecánica de tracción que más pesa de todas
Es la opción más costosa de todas
¿Cómo afecta una tracción trasera, delantera o total en la conducción?
Una vez que hemos analizado los aspectos mecánicos, es cuando te puedes preguntar cómo afecta en la conducción llevar un tipo de tracción u otra.
Sergio Fernández, monitor de la Escuela de Conducción del RACE, explica que, en la actualidad, con todos los sistemas de ayuda a la conducción que existen y en una conducción normal de calle, el hecho de conducir un coche con tracción delantera, trasera o total no influye prácticamente en nada.
De hecho, Fernández recuerda que, en realidad, cuando un coche va rápido en curva, lleve la tracción que lleve, va a tender al subviraje (el coche se va por el morro).
En un coche con tracción delantera, el neumático está sufriendo un trabajo doble: el giro y la tracción. Por eso, en una frenada tiene más comprometida la adherencia. De ahí que muchos coches con este tipo de tracción no tengan tanta potencia como algunos con tracción trasera. Si no, su conducción sería más difícil. Es por ese motivo que los coches de muchos caballos recurren a la propulsión trasera o total.
¿Cómo debes controlar el coche si pierde adherencia?
Un coche con tracción delantera tiene un control más predecible que uno con tracción trasera. En este artículo sobre el subviraje y el sobreviraje puedes aprender cómo controlar el vehículo en estas situaciones, y si quieres ponerlo en práctica, te invitamos a que te apuntes a los cursos de conducción del RACE.
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