Hace más de 20 años una marca italiana sacó por primera vez un coche de calle con el sistema de inyección common rail, que como su nombre indica, es un raíl común integrado en los motores diésel.
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Alejandro Pacheco, mecánico de garantías del RACE, explica que antiguamente, el diésel siempre se inyectaba en una precámara de combustión o directamente en el cilindro con la ayuda de una bomba rotativa o axial que comprimía el combustible y que, a través de un rotor, se emitía el combustible hasta los inyectores.
El problema con este sistema de alimentación antiguo en los diésel es que el vehículo contaminaba más porque la inyección de combustible se hacía a una presión inferior y, por tanto, la pulverización se hacía con gotas de carburante de mayor diámetro. Con esto, la producción de hollín era mayor y el consumo de gasolina también era mayor.
Common rail: un sistema de inyección más preciso y eficiente
Con el avance de la técnica, se consiguió que la bomba emitiese ese carburante a un conducto común para que desde ahí cada inyector, controlado electrónicamente, tuviese su alimentación de diésel gracias a que estaba conectado a unos tubos de la misma longitud y diámetro (hay un tubo por cada cilindro del motor). Si la longitud y la presión de cada tubo que llega hasta el inyector fuese distinto, la explosión dentro de cada cilindro sería irregular y el funcionamiento del motor no sería el adecuado.
La función del common rail es que todos los inyectores tengan la misma cantidad de combustible para inyectar y con la misma alta presión atmosférica (unos 2.500 bares). El sistema electrónico del inyector permite introducir varias veces el combustible necesario en milésimas de segundo, según las necesidades del propio motor. Con el common rail la inyección es más eficiente, se mejora el rendimiento, se gasta menos carburante (salvo cuando se hace la regeneración del filtro de partículas) y se reducen los gases de escape.
Este sistema es tan efectivo y preciso que incluso se ha empezado a utilizar en los motores de gasolina. En la actualidad hay pocos propulsores de este tipo que hagan la inyección indirecta, es decir, en el colector de admisión, fuera del cilindro. La mayoría de los coches de gasolina son de inyección directa, es decir, que se inyecta el carburante en el cilindro. Este sistema es muy parecido al de los motores diésel, aunque los de gasolina no tienen que trabajar a tanta presión de combustible como los diésel ya que tienen la bujía que va a provocar la chispa para que se genere una explosión dentro del cilindro.
¿Cómo funciona el sistema de inyección de combustible con common rail?
Primero hay una prebomba en el depósito de combustible que hace llegar el combustible a una bomba de alta presión, previo paso de un filtro de combustible y un filtro secador para evitar que se meta agua en el motor. Una vez que entra el combustible en la bomba de alta presión, pasa al common rail, donde se recoge el combustible a presión que va a llegar a los inyectores, que finalmente expulsan de forma controlada el combustible necesario para que se produzca la explosión dentro de la cámara de combustión.
Este sistema de inyección es bastante fiable y no suele dar averías o fallos, pero si lo hace suele ser porque el carril común de todos los inyectores no está bien sujeto al aflojarse los tornillos que lo sustentan a causa de las vibraciones del motor y el movimiento del coche. Además, lo que más falla del common rail es el sensor de presión. Si tu coche llega a tener un problema en los inyectores o el common rail, recuerda que por ser Socio del RACE tienes una garantía mecánica con reparaciones incluidas.
Si sospechas que los inyectores de tu vehículo están fallando,
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