Cuando hace sol y moscas, un término coloquial dentro del argot aeronáutico que indica que el cielo está despejado, la conducción resulta placentera y agradable. Sin embargo, otra historia es cuando llegan el frío y el mal tiempo. Aquí tienes que lidiar con el viento, la nieve y otro elemento muy peligroso en la carretera: el hielo negro.
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¿Qué es el hielo negro?
El hielo negro en la carretera es una fina capa de agua que se ha congelado cuando se alcanzan temperaturas por debajo de los 0 grados (observa el testigo de congelación que aparece parpadeando en el panel de instrumentos de tu coche). Tiene muy pocos milímetros de grosor y es realmente peligroso porque cuesta identificarlo en el asfalto ya que, en realidad, no es que sea negro, sino transparente (se llama negro porque se confunde con el asfalto). De hecho, la pista de que puede haber hielo negro la vas a tener cuando el asfalto está brillante, muy parecido a cuando el asfalto está húmedo.
Tienes que prestar especial atención a su aparición cuando se pone el sol, es decir, al atardecer, durante la noche o en el amanecer. Las carreteras que están en sombra, a las que no les llegan los rayos del sol para calentar el asfalto, las que tienen puentes o están rodeadas de bosque son las más propensas a tener este hielo negro.
¿Cómo actuar ante el hielo negro?
Ernesto Nava, director de la Escuela RACE de Conducción, explica que lo ideal es poder reaccionar con tiempo a lo que te encuentres en el asfalto. Por eso, hay que hacer una conducción preventiva y circular muy alejado de tus límites para controlar el coche y poder evitar el peligro.
Si no puedes esquivar el hielo negro, lo ideal es que conduzcas lo más despacio posible y manteniendo una distancia de seguridad todavía mayor que si condujeses en seco. Lo más seguro es no perder, en la medida de lo posible, la tracción de las ruedas, por lo que no es aconsejable dar volantazos, ni frenar, ni acelerar de forma brusca cuando pasas por una placa de hielo negro. Dicho de otro modo, debes conducir con suavidad.
Si vas despacio y aparece hielo negro, tu coche te intentará ayudar a controlar la situación con el Control Electrónico de Estabilidad (ESP). Si hay hielo en la carretera es aconsejable que circules con marchas largas sin superar las 2.500 rpm. Es la mejor forma de que las ruedas no deslicen tanto sobre el asfalto helado.
Si vives en una zona de montaña debes pasarte a los neumáticos de invierno ya que tienen mejor agarre con temperaturas bajas y cuando el asfalto está mojado o incluso con nieve. Puedes cambiarlas en cualquiera de los talleres de la red Eurekar. De todas formas, si necesitas ayuda porque te has encontrado hielo negro y te ha sacado de la carretera, por ser Socio del RACE puedes solicitar nuestra asistencia en carretera las 24 h del día en todo el mundo.
Como último consejo, si hay mal tiempo y la carretera no está en buenas condiciones, si puedes evitarlo no utilices el coche y quédate en casa para evitar riesgos. Si quieres saber más sobre cómo conducir en una carretera helada, ya sea con un coche eléctrico o de cambio manual y automático, puedes seguir estos consejos del RACE.
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