Un coche con motor de combustión, un híbrido o un eléctrico sufre un desgaste en distintas piezas a medida que vas haciendo kilómetros con él y los años van pasando. Por eso, es necesario realizar un mantenimiento preventivo del coche que va a servir para revisar cada uno de los elementos del vehículo e identificar los posibles defectos que puedan surgir a corto, medio o largo plazo.
Cambiar o reparar la batería de un coche eléctrico cuando se estropea, no es un problema si eres Socio del RACE.
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Estos pequeños fallos se pueden convertir en una avería mucho más serias si no los solventas. El hecho de que veas dónde puede haber un posible defecto va a servir para arreglarlo a tiempo para que así circules de forma segura y para que no tengas un agujero más grande en el bolsillo a final de mes. A continuación, te explicamos en qué elementos tienes que poner especial atención cuando hagas el mantenimiento preventivo del vehículo.
La batería, los neumáticos o los niveles son elementos clave a la hora de hacer el mantenimiento preventivo del coche
Año tras año, en el RACE hacemos un Barómetro de Averías para conocer qué piezas de los coches de nuestros Socios sufren un desgaste mayor y como consecuencia, aparecen los fallos indeseados. Te explicamos los elementos en los que debes prestar especial atención.
Comprueba el estado de la batería
Las baterías son las protagonistas de las averías en la carretera. Cuando llegan al final de su vida útil impiden que el motor de arranque pueda hacer funcionar el motor. Es la principal responsable de que un día te encuentres con que el coche no se puede poner en marcha mientras escuchas un claqueteo constante y ves las luces parpadeando. Ten en cuenta que una batería de coche suele durar entre 3 y 5 años, según el uso que le des a los consumibles del coche (luces, radio…). En el mantenimiento preventivo hay que vigilar el estado de la batería de forma visual y luego comprobar su estado de carga. Aquí tienes más detalles del cuidado y mantenimiento que hay que hacer a una batería.
Los neumáticos deben tener una presión y un dibujo adecuado
Las ruedas del coche son unas piezas claves en la seguridad ya que son el único elemento del vehículo que están en contacto con el asfalto. Por eso, en su mantenimiento preventivo hay que revisar las presiones, al menos, una vez al mes y comprobar que su dibujo tenga una profundidad que supere los 1,6 mm, aunque en el RACE aconsejamos que no sea inferior a 3 mm. También revisa la fecha de los neumáticos. Aunque no caduquen, van perdiendo sus propiedades con el tiempo, así que no debes apurar y esperar a que su aspecto se vea envejecido, agrietado y desgastado.
Vigila los niveles del aceite, el refrigerante y el líquido de frenos
Sin el aceite, el motor de combustión se llegaría a gripar porque sus piezas no están lubricadas, así que es muy importante cambiar este líquido cada año o cada 15.000 kilómetros. Del mismo modo, es fundamental comprobar su nivel y que la marca de la varilla de aceite siempre esté entre el mínimo y el máximo.
Al igual que el aceite, el motor del vehículo necesita que circule por su interior el líquido refrigerante para que se regule su temperatura y que no exceda de los 90 ºC o 100 ºC, según el tipo de propulsor. Por eso, también es vital comprobar que el nivel del líquido refrigerante está entre los niveles del mínimo y el máximo. En el manual de tu vehículo podrás consultar cada cuánto debes cambiarlo.
Siguiendo con los niveles, el líquido de frenos es otro elemento que debes comprobar siempre y algo que muchos conductores no saben: los fabricantes recomiendan cambiarlo cada dos años. Por último, tampoco olvides que debes ir rellenando el líquido del limpiaparabrisas.
Otros elementos a tener en cuenta en el mantenimiento preventivo del coche
- Luces: observa que ninguna bombilla esté fundida y que da la intensidad correcta (procura que los faros estén siempre limpios y no tengan vaho en su interior). Lleva siempre un juego de luces por si acaso en el coche.
- Filtros: hay que cambiarlos cuando recomienda el fabricante en cada caso. Aquí debes contemplar el filtro del aire, del polen, el del combustible y el del aceite.
- Correa de distribución: se cambia cada 10 años o 150.000 kilómetros, lo que antes suceda. Hasta entonces, debes hacer una revisión ocular para comprobar que la correa no tenga grietas.
- Suspensión: aunque los muelles de un coche pueden durar toda su vida útil, los amortiguadores requieren de una mayor atención. Hay que revisarlos cada 20.000 km o en caso de observar que hay algún tipo de fuga de aceite.
- Otras piezas que pueden tener averías si no realizas un mantenimiento preventivo.
Si en lugar de tener un coche con un motor de combustión tienes un híbrido o un eléctrico, en estos enlaces te detallamos qué tipo de mantenimiento preventivo debes realizar. En cualquier caso, si necesitas llevar tu coche a un taller, puedes acudir a cualquiera de los que pertenecen a la red Eurekar con la garantía del RACE.
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