El motor es, sin duda, la parte más importante de tu compañero de viaje y la que más valor tiene. Por eso, hay que contemplar bien si merece la pena cambiar el motor de un coche ya que, en muchos casos, su sustitución va a suponer un coste mayor que el propio valor venal del vehículo. De ahí que tengas que juzgar si te compensa el cambio porque le tienes mucho cariño a ese coche, porque quedan pocos modelos en el mercado parecidos, etc.
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con reparaciones en la que se incluyen muchas piezas del motor.
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Juan Carlos Duque Portillo, asesor técnico del RACE, reconoce que es complicado valorar qué hacer cuando un motor se estropea porque para saber qué le ocurre antes hay que abrirlo, desmontar la culata y ver sus entrañas. Ahí es cuando vas a conocer cuál es la avería y si compensa su arreglo.
Si un motor gripa, a nivel interno va a tener muchos daños
Existen varios tipos de averías en un motor y el gripado es el peor de todos. Que un motor gripe significa que en su interior ha alcanzado una temperatura excesiva y sus piezas se han llegado a romper o incluso fundir. Las razones de que esto ocurra son principalmente dos:
- Que haya falta de lubricación: el motor necesita estar siempre lubricado con aceite para evitar que sus piezas metálicas se desgasten con el roce o incluso se rompan. Este aceite es especial tanto por su viscosidad como por la temperatura que llega a aguantar. Sin aceite, se puede dañar tanto el cigüeñal, las bielas, los pistones, el árbol de levas y otros elementos que forman parte del motor.
- Que no funcione el sistema de refrigeración: el motor necesita refrigerarse continuamente para que trabaje en una temperatura constante de unos 90ºC. Para eso está el refrigerante, un líquido que recorre todo el motor y que enfría sus componentes. Sin embargo, si hay una falta de mantenimiento o tu coche tiene muchos kilómetros pueden aparecer las fugas por roturas de manguito, por ejemplo. Si esto ocurre, el líquido refrigerante brillará por su ausencia y el motor sufrirá las consecuencias con el gripado que antes mencionábamos.
Si el motor llega a griparse, no merece la pena su arreglo, ya que va a costar más que cambiarlo. La razón principal es porque trabajar en un motor implica muchas horas de mano de obra (el precio alto no va a ser tanto por el coste de la pieza en sí). No obstante, piezas como los pistones, los cilindros o la junta de la culata se pueden reparar hasta cierto punto y no hace falta su sustitución. Todo depende del tipo de avería que se haya originado.
¿Cambiar el motor de un coche merece la pena? Depende de lo que te cueste la sustitución
Cambiar un motor por uno nuevo implica unas 10-12 horas, mientras que abrir un motor y ver qué piezas están mal puede significar unas 20 horas de mano de obra. Además, puede suceder que, tras abrir el motor, la culata, el bloque u otros elementos estén rajados y no quede otra solución que sustituirlos por una pieza nueva.
Por todo lo anterior, cuando hay una avería grave en un motor lo aconsejable es cambiarlo directamente por otro nuevo, sobre todo si es de un coche nuevo. Si el motor pertenece a un coche antiguo (más de 10 años), tampoco es aconsejable arreglarlo. En su lugar, se puede buscar un propulsor en un desguace, que va a salir más barato, y sustituirlo.
Cambiar un motor puede rondar entre 1.000 € y 2.000 €, aunque depende de cada caso concreto que la suma pueda ser mayor o menor: en el precio tienes que incluir tanto el precio del bloque motor como las horas de mano de obra. Si necesitas realizar este cambio, puedes acudir a un taller de la red Eurekar, donde te harán la sustitución del motor por uno nuevo, bajo la garantía del RACE.
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