Cuando piensas en un motor de un coche convencional, lo normal es que se te venga a la cabeza un propulsor de cuatro cilindros en línea con pistones que suben y bajan a través de unos cilindros. Sin embargo, no son los únicos que utilizan el ciclo Otto aplicado a los motores de combustión.
El motor rotativo o Wankel también forma parte de esta familia de propulsores de cuatro tiempos (admisión, compresión, explosión, escape), aunque es mucho menos conocido y utilizado en los coches que puedes ver por la calle. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? Alejandro Pacheco, mecánico de garantías del RACE, nos las detalla.
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El motor rotativo es potente, pequeño y ligero, pero costoso de mantener
A lo largo de la historia, varias personas han desarrollado el motor rotativo, pero el que más fama alcanzó fue el del ingeniero alemán Felix Wankel, que lo ideó en 1924 y obtuvo la patente de su diseño en 1926, es decir, que en poco tiempo se cumplirán cien años de su primer desarrollo.
Es un motor que tiene muchas menos piezas que los archiconocidos motores con cilindros y pistones. Está formado por diferentes piezas: un estátor (lo que equivaldría al cilindro) con forma de óvalo, un lóbulo triangular (equivalente al pistón), un cigüeñal o eje, los segmentos y unos colectores de escape y admisión. El motor Wankel es un propulsor de combustión interna que está ideado para que funcione en los coches de gasolina. Por tanto, no verás un coche diésel que lleve este tipo de propulsor ya que necesitan de una compresión alta para generar una explosión y un motor Wankel no cumple con este requisito.
Al tener menos piezas y tener un diseño diferente al motor de combustión tradicional, el motor Wankel se caracteriza por ser más pequeño y ligero, además de ofrecer más potencia con una cilindrada menor (rondan el litro de cubicaje) y sin prácticamente vibraciones. De hecho, el rendimiento que tiene este motor es similar al que tiene un motor de seis cilindros en línea, pero con un tamaño mucho más reducido.
Precisamente, una de las características principales de un motor rotativo es que puede trabajar incluso a más de 10.000 revoluciones por minuto (rpm), una cifra muy superior que un motor de gasolina con cilindros, que entra en la zona roja pasadas las 7.000 rpm. Sin embargo, este alto rendimiento es una ventaja y una desventaja a la vez, ya que debido a su alto número de vueltas, el desgaste de sus componentes (sobre todo de los segmentos que son los que permiten la estanqueidad) es mayor y necesita una lubricación y un mantenimiento mayor.
Los costes para conservar este motor en perfectas condiciones es superior al de un motor de combustión de los coches que circulan por la calle. Además, el consumo de combustible es mayor y las emisiones contaminantes también son más elevadas. Por eso, lo normal es ver un motor rotativo montado en coches clásicos, deportivos o de competición (un motor rotativo además no tiene prácticamente retención o freno motor).
Más pequeño
Mayor consumo de combustible
Más ligero y silencioso
Más emisiones contaminantes
Mejor rendimiento
Su motor no retiene
Mayor potencia
Mayor consumo de aceite
Mercedes-Benz, Citröen, NSU o Mazda han sido algunos de los fabricantes que más han trabajado con este tipo de motores rotativos, aunque en la actualidad ninguno fabrica coches que utilicen un motor Wankel.
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