Una de las pruebas más importantes a las que se somete tu vehículo cuando acudes a pasar la correspondiente inspección técnica (ya sea cada cuatro años, cada dos o anualmente) es la que controla las emisiones de gases contaminantes. Una comprobación que resulta fundamental no solo para seguir circulando con seguridad, sino también por el impacto positivo que tiene en el medio ambiente y en la salud pública.
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Llegar a la prueba de gases de la ITV en condiciones idóneas depende, en gran medida, de haber realizado un mantenimiento adecuado del vehículo. En un parque automovilístico como el español, cuya edad media supera los 12 años, y con unas normas de emisión de gases cada vez más restrictivas, esta prueba adquiere cada vez mayor importancia. El 16 % de las evaluaciones desfavorables en la ITV se debe, además, a que los vehículos contaminan más de lo permitido, según informa AECA-ITV.
¿En qué consiste la prueba de gases?
El sistema de postratamiento de un vehículo es el conjunto de dispositivos que trabajan conjuntamente para reducir las emisiones contaminantes de los motores de combustión interna. Por eso, para comprobar el correcto funcionamiento de estos sistemas, en la en la inspección técnica se realizan dos tipos de comprobaciones: una visual y otra mecanizada, a través del analizador de gases y del sistema de diagnóstico OBD (On Board Diagnostics, por sus siglas en inglés).
En el caso de los motores diésel (de encendido por compresión), lo que se mide en cuanto a contaminación es la opacidad de los gases de escape (de ahí su nombre, prueba de opacidad). Así, cuanto mayor es la opacidad de los gases, mayor es la concentración de partículas contaminantes en ellos (lo que, en el peor de los casos, daría como resultado un “humo negro”). Cuando la opacidad es alta, es indicativo de que la combustión que se produce en el motor es incompleta, es decir, que el combustible no se quema correctamente, o que el sistema postratamiento de gases no funciona adecuadamente.
En el caso de los motores de gasolina (de encendido por chispa), se mide la concentración de monóxido de carbono (CO): unos niveles elevados señalan, igualmente, una combustión incorrecta o fallos en el sistema postratamiento. Además, tanto en los diésel como en los de gasolina en los que la tarjeta de ITV indique que el vehículo cumple una norma Euro 5 o posterior, se comprobará a través del sistema OBD que la centralita no ha detectado fallos o un mal funcionamiento de algún componente.
Asimismo, es importante ser consciente de que en la ITV pueden detectar si se han eliminado deliberadamente alguno de estos fallos antes de acudir a la inspección.
Mediciones de la prueba de gases
En la prueba de emisiones de la ITV se realizan dos mediciones diferentes: una primera al ralentí, introduciendo una sonda en el tubo de escape, con la que se mide el valor Lambda (que analiza la proporción de aire y combustible que entra en los cilindros, y que ha de arrojar siempre un resultado lo más cercano a 1); y una segunda que:
- En el caso de los motores de gasolina, consistirá en un ralentí acelerado en la que hay que mantener el coche a unas 2.000-2.500 revoluciones de forma sostenida durante 15-30 segundos.
- En los diésel, esta medición es una aceleración hasta el régimen de giro máximo con el que se consigue analizar la opacidad de los gases emitidos.
- Para una medición segura de los valores de emisión, el motor ha de alcanzar primero una temperatura de servicio.
Además de esta medición mecanizada, también se lleva a cabo un examen visual del sistema de escape, a fin de verificar que se encuentra en buenas condiciones y que no presenta fugas. Si existe alguna evidencia física de manipulación en elementos del sistema de control de emisiones, el vehículo no pasará la inspección.
Límites máximos de emisiones
Aunque existe una serie de valores establecidos por defecto, en la actualidad muchos automóviles vienen equipados ya con una pegatina que indica el valor máximo de emisión de gases para ese modelo. En ese caso, estos serán siempre los límites que no se deben superar, con independencia de lo establecido en aquellos.
Los límites, en cualquier caso, no son siempre los mismos, y dependen de la presencia o no de catalizador y de la fecha de matriculación:
Valores máximos para motores de gasolina
Si el coche no está equipado con catalizador, el valor máximo será de -4,5 % del volumen para coches matriculados hasta el uno de octubre de 1986; mientras que será de -3,5 % del volumen para los coches matriculados por primera vez después de esa fecha.
Si el coche tiene catalizador, el valor máximo autorizado será el determinado por el fabricante de cada modelo. En cualquier caso, si no se conociera este dato, los valores máximos son:
- 0,5 % del volumen al ralentí (y 0,3 % al ralentí acelerado) para los vehículos matriculados antes del uno de julio de 2002;
- 0,3 % del volumen al ralentí (y 0,2 % al ralentí acelerado) para aquellos matriculados después del uno de julio de 2002.
Valores máximos para motores de diésel
El procedimiento en este caso es algo distinto al de los motores de gasolina, pero recuerda que, en cualquier caso, no supondrá ningún problema si has seguido unas pautas de mantenimiento adecuadas para tu coche. Al igual que con los de gasolina, para evitar daños durante la prueba es importante que el motor esté caliente y que el testigo de fallo motor no indique avería.
Si tu vehículo fue matriculado por primera vez a partir del 1 de julio de 2008, el valor máximo permitido es de 1,5 m-1; pero si tu coche es más antiguo, el límite está en 2,5 m-1 para los motores atmosféricos y en 3 m-1 para los turboalimentados.En los vehículos sujetos a la norma Euro 6, el límite se rebaja a 0,7 m-1.
En caso de que la prueba de gases sea desfavorable, dispondrás de dos meses para subsanar los errores detectados y regresar a una oficina de la ITV para una nueva inspección.
Recomendaciones para la prueba de gases
En caso de duda respecto a las emisiones de tu vehículo, siempre es buena idea llevarlo a un taller unos días antes de tu cita con la ITV para que le hagan una revisión y comprueben que todo está en orden. Para ello, recuerda que tienes a tu disposición toda la la red de talleres Eurekar que recomienda RACE a todos sus Socios. En cualquier caso, te presentamos algunas recomendaciones para que tu viaje a la ITV sea todo lo satisfactorio que esperas:
- Comprueba que no haya fugas en el escape.
- Presta atención a los filtros de aire, aceite y combustible; si prevés alguna dificultad para la prueba de gases, es mejor que los reemplaces con antelación a la ITV.
- Utiliza algún aditivo para reducir los gases de escape, y asegúrate de hacerlo siguiendo las instrucciones del envase.
- Antes de acudir a la inspección técnica, llena el depósito con carburante prémium.
- Cuidado con la carbonilla del motor, especialmente si solo haces trayectos cortos: en ese caso, puede ser una buena idea darse un paseo con el coche de al menos media hora, para calentar al máximo el sistema de escape y limpiarlo de carbonilla. Mantén el motor alto de vueltas e incluso puedes apurar las marchas cortas hasta cerca del límite.
Antes de pasar la ITV, revisa el estado de tu coche en uno de los talleres RACE Eurekar.
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