Un freno de mano de los de toda la vida, es decir, de los que se accionan con la mano levantando una palanca actúa de forma mecánica sobre un cable que conecta directamente con las pastillas de freno. Ese cable tensa y tira de ellas para que hagan una fricción contra los discos de freno y no permitan así el giro libre de las ruedas traseras del coche. Los vehículos más modernos tienen en su lugar un freno de mano eléctrico. Su funcionamiento es el mismo que el manual, sólo que se acciona con un botón y es un motor el que tensa o destensa el cable que acciona las pastillas.
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Este freno de mano está pensado para activarlo cuando el vehículo está estacionado, aunque ciertos conductores también recurren a la palanca del freno de mano cuando hay una cuesta muy pronunciada y tienen que ponerse en marcha estando parados. Teniendo en cuenta que su función principal es bloquear el movimiento de los neumáticos cuando el coche está aparcado, ¿qué pasa si conduces con el freno de mano puesto?
Fíjate en el icono del freno de mano en el panel de instrumentos antes de iniciar la marcha
Según Arturo Miguel Rojo, responsable técnico del RACE, en la asistencia en carretera del RACE llegan casos en los que el cliente no puede quitar el freno de mano, es decir, se ha quedado bloqueado debido a que el cable, que es de acero recubierto por una camisa de plástico, se ha tensado mucho. Si además el coche está en pendiente, las pinzas ejercerán todavía más presión sobre los discos ya que la posición inclinada del coche hace que el eje trasero soporte todavía más peso.
En la situación antes descrita, el vehículo estará tan bloqueado que no se podrá poner en marcha y, por tanto, no podrás conducir con el freno de mano puesto. Si te ocurre esto, necesitarás ayuda para empujar el vehículo hacia delante y así poder desbloquear el freno de mano de palanca.
Más allá del caso anterior, lo normal es que el freno de mano se pueda retirar sin esfuerzo. El problema es que por un fallo humano (no bajar del todo el freno de mano) o porque el cable con el uso se va destensando y no actúa de forma tan precisa con las pastillas, puede que empieces a conducir con el freno de mano puesto. Si esto ocurre, el panel de instrumentos te va a advertir de que el freno de mano está puesto con un icono rojo y una exclamación dentro de un círculo o con una P de aparcamiento si el freno de mano es eléctrico. Tal como reconoce Rojo, hay conductores que no tienen en cuenta las indicaciones del panel de instrumentos e incluso se han hecho viajes largos con la luz del freno de mano encendida.
En algunos coches, puede que también se quede activado el freno de mano eléctrico por un fallo en la unidad de control y retenga algo la marcha del vehículo. En ese caso, cada fabricante contempla un método de emergencia en el que es necesario recurrir a una herramienta especial para desbloquear el freno eléctrico de forma manual.
Las consecuencias de conducir con el freno de mano puesto
A continuación, se exponen las posibles consecuencias de usar el coche teniendo el freno de mano activo:
- Desgaste de los frenos: si el freno de mano tiene como misión poner en contacto las pastillas de freno con los discos o tambores, si se queda puesto durante la conducción se generará una fricción continua durante el movimiento que provocará un exceso de calor y, por tanto, un desgaste prematuro en ambas piezas mecánicas.
- Sobrecalentamiento de los frenos: el roce continuo de las pastillas va a provocar un calentamiento hasta tal punto que los discos de freno pueden sufrir un efecto fading.
- Tu seguridad se verá perjudicada: el hecho de que los frenos se sobrecalienten va a provocar que no frene el coche como debería, es decir, que recorra más metros antes de que el vehículo frene por completo. En definitiva, los frenos se volverán ineficientes.
- Consumo: si el vehículo está continuamente frenado, el motor va a tener que estar más acelerado para moverlo, así que necesitará más combustible y, por tanto, el consumo de gasolina será mayor.
- Gastos de mantenimiento: si circulas continuamente con el freno de mano accionado y no te das cuenta, las pastillas de freno y los discos se gastarán con más rapidez y tendrás que sustituirlos antes de lo que recomienda el fabricante, lo que afectará directamente a tu bolsillo.
En definitiva, conducir con el freno de mano puesto puede dañar las piezas que forman el sistema de frenos y pueden comprometer tu seguridad en la carretera. Por eso, es importante que realices las revisiones cuando corresponda y que, en caso de avería, acudas a un taller como los que pertenecen a la red Eurekar con la garantía del RACE.
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