La potencia que produce un motor de coche, ya sea de gasolina o diésel, se transmite a las ruedas gracias a que existe una caja de cambios que permite gestionar el par motor en diferentes rangos, en función de si se elige circular con una marcha larga o corta.
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Cuando hablamos de marchas largas o cortas nos referimos a la selección de una marcha más o menos alta en la caja de cambios. La teoría es sencilla y depende de dos factores: la fuerza y la velocidad.
- Cuanta más fuerza y empuje inicial requiera tu coche, tendrás que engranar marchas cortas.
- Si lo que necesitas es que tu coche circule a velocidades altas durante un período de tiempo, es más recomendable circular con marchas largas.
En un coche moderno con cambio manual, lo normal es que la caja de cambios tenga cinco o seis velocidades y, si tiene caja de cambios automática, seis o siete velocidades (en algunos modelos alcanzan incluso las ocho o nueve marchas). En los coches de los años 60, 70… era extraño que tuviesen más de cuatro, siendo la cuarta la marcha más larga de todas. Eran otros tiempos y la velocidad que alcanzaban los coches era mucho menor.
¿En qué situaciones es más recomendable circular con marchas largas?
Hay tres ocasiones en las que es más recomendable circular con marchas largas:
- Consumo: si viajas a una velocidad constante que supera los 90-100 km/h, es más recomendable circular con una marcha alta (quinta o sexta velocidad, dependiendo del tipo de motor y el terreno) para que tu coche consuma menos combustible. Si circulases a esa velocidad con una marcha más corta, el motor iría más revolucionado y el gasto de gasolina o gasóleo sería mayor.
- Confort: este punto está relacionado con el anterior del consumo. Si circulas con el motor más revolucionado, el coche no sólo consumirá más, también producirá más ruido y eso se traduce en un confort de marcha peor ya que está demasiado presente el sonido del motor mientras circulas. Si seleccionas una marcha más larga, el motor girará a menos revoluciones y el ruido producido será menor. Debes tener en cuenta que los motores de gasolina y diésel entregan el par motor a distintas revoluciones. Lo recomendable es que para una conducción relajada y eficiente:
- En un diésel debes cambiar de marcha cuando alcanzas entre las 1.500 y 2.000 revoluciones por minuto (rpm).
- En un gasolina la relación de cambio suele ser más larga por lo que se debe pisar el embrague y la palanca de cambios entre las 2.000 y 3.000 rpm.
- Suelo deslizante: Tal como explicamos anteriormente, si engranas una marcha corta, vas a tener mucho empuje. Eso está muy bien si estás ante una cuesta o si el coche va cargado con varios pasajeros y maletas. Pero, ¿qué ocurre cuando hay nieve o el suelo está muy resbaladizo por la lluvia y el barro? Ahí no te interesará tener mucha fuerza en el arranque porque las ruedas derraparán. En ese caso, lo más recomendable es iniciar la marcha en segunda velocidad y enseguida seleccionar una marcha más alta para seguir teniendo tracción en las ruedas y evitar la pérdida de agarre.
Más allá de estas tres situaciones, es menos recomendable utilizar las marchas largas en los siguientes casos:
- Si bajas un puerto de montaña o una cuesta pronunciada y no quieres que el coche se embale, es recomendable utilizar el freno motor y para ello es mejor seleccionar una marcha más corta, dependiendo de la velocidad a la que vayas.
- Si circulas en la ciudad, debes tener cuidado con la velocidad y la marcha seleccionada. Si vas a una velocidad inferior a 50 km/h en sexta, es más que probable que notes cómo le cuesta avanzar, hasta el punto de que el coche se va a calar. No debes realizar esta práctica porque vas a forzar partes del motor como el pistón, las bielas, el embrague, el cigüeñal… y vas a provocar un desgaste prematuro por el exceso de rozamiento entre varias piezas.
- En adelantamientos te interesa aprovechar el par motor para tener mayor empuje y aceleración. Para ello, es recomendable utilizar una marcha más corta para tener una mayor aceleración.
- Hay ocasiones en que los coches, sobre todo los diésel, acumulan mucha cantidad de hollín al circular durante mucho tiempo con la marcha más alta y a bajas rpm. En estas situaciones es mejor circular durante unos kilómetros en una marcha más corta para limpiar el filtro de partículas.
Se dice que el buen conductor es aquel que llega a cambiar de marcha por el oído y que no es tanto aquel que tiene que mirar el cuentarrevoluciones cada vez que vaya a engranar una marcha más alta o más corta. Lo cierto es que, dependiendo de las circunstancias de la carretera, de la velocidad a la que vayas o de la inercia, el coche va a requerir circular con más fuerza (marchas cortas) o más velocidad (marchas largas).
Los fabricantes ya incluyen en la mayoría de sus coches un sistema de recomendación de velocidad engranada, que vela tanto por el consumo de combustible como por el de las emisiones del coche. Es sólo una recomendación así que no siempre es necesario cambiar de marcha cuando lo indica la centralita de tu coche; todo va a depender de las circunstancias del tráfico.
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