Cuando giras la llave de tu coche y pones en marcha el motor, éste empieza a girar a una serie de vueltas por minuto. En esto consiste el ralentí del coche: las revoluciones mínimas que necesita el vehículo para estar arrancado sin pisar el acelerador, es decir, cuando el coche está en punto muerto, sin tener engranada ninguna marcha.
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Rafael Soriano, asesor técnico del RACE, explica que este ralentí del coche se consigue al mezclar la cantidad justa de gasolina y aire para que el motor pueda estar en movimiento de forma continua y con la fuerza suficiente para no calarse por el propio peso y masa del propulsor. Esto se consigue a través de la gestión de la ECU o centralita del coche, que está programada para variar la mezcla inicial en función de factores como:
- La temperatura del motor: si el coche está muy frío porque la temperatura externa está cercana a los 0 ºC, la cantidad de combustible que sale por los inyectores va a ser algo mayor para que la mezcla sea más rica, de ahí que durante unos segundos parezca que el coche va más acelerado de lo normal en el ralentí inicial.
- Requerimiento eléctrico: si necesitas conectar al inicio de la marcha el aire acondicionado, las luces, la radio… el motor tendrá una mayor demanda de energía. Al estar frío, tendrá que tener el ralentí más alto durante un tiempo más prolongado.
- Altitud: en zonas donde la altitud es alta, la densidad del aire es menor, así que la mezcla se va a ver comprometida. De ahí que la ECU tenga que modificar el ralentí del motor en estas condiciones.
El fabricante configura la centralita del coche para que el inyector pulverice una cantidad mayor o menor de carburante según los factores anteriores para que el motor no pare de girar, sobre todo en las vueltas iniciales, que son las más críticas para el ralentí del coche hasta que el propulsor alcance cierta temperatura de trabajo. Aunque hace unos años el ralentí de los diésel era algo mayor que los coches de gasolina, en la actualidad se han igualado las rpm iniciales por lo que el ralentí es el mismo para un coche diésel o de gasolina.
Causas del ralentí inestable en los coches de gasolina y diésel
Para tratar este tema, Soriano aclara que antes hay que diferenciar cuando el ralentí es inestable porque hay una avería o, simplemente, porque el encendido inicial hace que el ralentí esté alto durante un breve período de tiempo, algo que resulta normal. Vamos a analizar cada caso.
El ralentí inestable sin avería: no te preocupes, tu coche está trabajando como debe
Cuando arrancas un coche y el motor está frío, lo normal es que el ralentí suba un poco: durante los primeros instantes del encendido, las revoluciones por minuto (rpm) suben hasta los 1.200 – 1.300 rpm porque se está inyectando más combustible a la mezcla, y al cabo de un breve período de tiempo se vuelven estables, hecho que puedes comprobar al observar cómo desciende ligeramente la aguja del tacómetro al cabo de unos 30 segundos, o incluso menos. Esto va a pasar cuando el motor alcance una temperatura mínima de unos 60 ºC (recordamos que la temperatura óptima de trabajo está entre los 90 ºC y los 100 ºC).
Por tanto, no te asustes si en esta situación notas el coche un poco más acelerado, siempre que luego vuelva a estabilizarse el ralentí entre las 850 y 900 rpm. El tiempo que esté el motor acelerado con el ralentí alto va a depender, sobre todo, del frío que haga.
El ralentí es inestable por una avería: los sensores están fallando
Cuando hay un ralentí inestable por un fallo, suele deberse al mal funcionamiento de los sensores encargados de leer las vueltas que hace el árbol del cigüeñal o los sensores del árbol de levas. Gracias a estos elementos, que están colocados en la corona del piñón del cigüeñal, en la corona del piñón del árbol de levas o, en algún caso más excepcional, en el dentado del volante motor, se puede coordinar que el encendido y la inyección sea siempre en el Punto Muerto Superior (PMS) del pistón.
Estos sensores, que funcionan a través de unos campos electromagnéticos, pueden dar una lectura errónea. Es entonces cuando el ralentí va a ser inestable porque la centralita no va a saber en qué punto de giro está el motor, ni qué cantidad de vueltas está dando por minuto.
Desde el puesto del conductor podrás observar que la aguja del tacómetro oscila de forma ilógica y que en el encendido se notan ciertos tirones. Aquí se puede encuadrar el problema de que un motor de cuatro cilindros funciona a tres cilindros porque hay uno cuyo pistón no se está desplazando. En estas situaciones, tendrás que llevar el coche al taller, como alguno de la red Eurekar con la garantía del RACE, para que comprueben qué sensor falla y lo sustituyan por otro nuevo.
¿Es aconsejable modificar el ralentí del coche que viene de fábrica?
Hay ciertos usuarios de coche que optan por reducir ligeramente el ralentí del coche que viene de fábrica con el objetivo de consumir un poco menos de carburante y ahorrar algo de dinero. Esto va a provocar que como la mezcla inicial es menos rica, va a haber una falta de potencia momentánea al emprender la marcha. No obstante, se configura la centralita para que los inyectores pulvericen algo más de gasolina en las marchas más bajas.
En definitiva, se va a consumir menos gasolina en ralentí, pero algo más cuando avances durante los primeros metros. Rafael Soriano desaconseja esta práctica porque considera que los fabricantes ya tienen estudiado perfectamente el sistema de encendido para que sea el más equilibrado posible.
Si el ralentí de tu coche está inestable porque los sensores están fallando,
acude a uno de los talleres de la Red RACE Eurekar que cuentan con la garantía del RACE.
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