En la actualidad, muchos coches llevan incluido un turbo debajo del capó. Es una pieza mecánica muy común que aumenta y mejora el rendimiento del motor al introducir aire a presión dentro del propulsor. De esta forma, se consigue que un motor tenga un mayor empuje y aceleración.
Los Socios del RACE se benefician de la garantía mecánica con reparaciones
en la que se incluyen algunos elementos del turbo.
¡Descúbrelo aquí!
Aunque un turbo está diseñado para que dure toda la vida útil de un coche, puede averiarse y, entre los problemas más comunes de esta pieza, está el fallo de la válvula de descarga del turbo.
¿Cómo funciona un turbo y por qué puede dar fallo la válvula de descarga?
Los gases generados por el motor no salen directamente al tubo de escape, sino que se reaprovechan pasándolos por el turbo. Éste tiene un compresor por el que circulan estos gases. Según la cantidad de los mismos, el compresor actúa de una forma u otra sobre la turbina, que está dentro del turbo y que gira a diferentes velocidades.
Esta turbina es la encargada de meter el aire a presión dentro del motor. El hecho de que haya más oxígeno en la cámara de combustión va a permitir que haya una mezcla más rica. Así es como notarás una pequeña patada o empujón al accionar el pedal del acelerador.
Mariano Suárez Martín, asesor técnico del RACE, explica que en todo este proceso la válvula de descarga es muy importante ya que es una pieza que permite liberar la presión que hay entre el turbo y los conductos de admisión.
Algunas válvulas de descarga están junto al turbo o incluso dentro de éste. Si la válvula de descarga falla, el problema principal es que el turbo no va a funcionar correctamente, sobre todo la turbina, que va a girar a demasiadas revoluciones y, por tanto, van a estar sometidas a un estrés mecánico. Como consecuencia, las aspas se pueden dañar, el turbo se puede atascar y esto lleva a que la presión del aire sobre el motor sea mínima y, por tanto, el principal síntoma es que el vehículo va a perder potencia: si aceleras no vas a notar que el coche te responda.
La razón del fallo de una válvula de descarga del turbo suele estar relacionada con los residuos que lleva el aceite, que pueden filtrarse al turbo. Estos se pueden ir acumulando en la membrana de la válvula hasta dejarla bloqueada. Si esto ocurre, el turbo dejará de tener presión y tu coche acelerará muy poco o directamente perderá prácticamente toda la potencia. Esto lo notarás además, porque el turbo “sopla de más”, como se suele decir, y escucharás el silbido de la turbina actuando a más revoluciones de las debidas.
Tipos de válvulas de descarga del turbo
Existen dos tipos de válvulas de descarga del turbo:
- Las válvulas push o de empuje. Están accionadas por muelles tarados a una fuerza determinada por el fabricante que hay que ir ajustando cada cierto tiempo. Se encarga de mantener el pistón de la válvula cerrada hasta que la presión del aire comprimido de la admisión es la suficiente para abrirla.
- Las válvulas pull o de tiro. En lugar de muelles, tiene una membrana. Se adaptan a la presión del aire y abren o cierran sin necesidad de que haya un tarado. Son más caras, pero permiten controlar mejor la cantidad de aire que entra o sale, sin que haya fugas.
Si se avería la válvula de descarga, no es necesario cambiar el turbo entero, como ocurre con otras piezas del coche, sino sólo la pieza averiada. Esto supone un coste de unos 50 euros más dos horas de mano de obra.
Si la válvula está dentro del propio turbo, sí que puede que sea necesario cambiar el turbo completo, una avería que va a suponer un desembolso mucho mayor que puede superar fácilmente los 1.000 euros.
Si la válvula de descarga de tu coche falla puedes llevarlo a arreglar
a cualquier taller de la red Eurekar, que tiene la garantía del RACE.
¡Encuentra tu taller!