Si has hecho deporte alguna vez, habrás notado cómo en un momento dado, tras unos minutos de carrera, tu cuerpo está al máximo rendimiento y responde mucho mejor que al principio. Lo mismo ocurre con el motor de un coche: 90 ºC, esa es la temperatura de trabajo en la que el propulsor logra su máximo rendimiento. No obstante, debido al continuo roce entre sus piezas, esa temperatura hay que estabilizarla continuamente para que el motor no llegue a sobrecalentarse e incluso griparse.
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Aquí es donde entra en escena el circuito de refrigeración, un sistema clave que permite que tu coche funcione durante kilómetros y kilómetros sin que sufra un sobrecalentamiento. Juan Carlos Duque Portillo, asesor técnico del RACE, explica las partes del sistema de refrigeración del coche.
Partes del circuito de refrigeración de un coche
La refrigeración se consigue con un flujo de aire que enfría el motor (sobre todo en los vehículos más antiguos) o gracias al circuito de refrigeración, por el que circula el líquido anticongelante, caracterizado por tener unos colores llamativos. Las partes de un sistema de refrigeración cambian un poco dependiendo de cada fabricante, aunque hay elementos comunes:
- Radiador: normalmente va en la parte frontal del coche.
- El bote de expansión: almacena el líquido refrigerante.
- Bomba de agua: se encarga de mover el refrigerante por todo el circuito de refrigeración. Normalmente, funciona de forma mecánica al estar conectada con el motor a través de la correa o con engranajes. Sin embargo, la tendencia en los coches más modernos es utilizar bombas eléctricas, sin engranajes. En los vehículos que salen actualmente del concesionario, para evitar averías y para mejorar el circuito de refrigeración se suelen incluir, además de la bomba principal, otras bombas auxiliares eléctricas que siguen enfriando el motor aunque ya hayas terminado tu viaje y dejes el coche aparcado. De esta forma, se conservan mejor las piezas del interior del bloque y se evita su deformación.
- Termostato: se suele ubicar dentro del bloque o en una caja termostática. Está formado por un muelle y una membrana. En función de la temperatura que tenga el bloque motor, permite el paso del líquido refrigerante al radiador o simplemente se queda circulando dentro del bloque para que tenga siempre esa temperatura de trabajo de 90 ºC.
- Manguitos y tuberías: son los conductos que permiten que el refrigerante circule por todo el sistema de refrigeración.
Funcionamiento del sistema de refrigeración
Si el vehículo está frío y no ha llegado a la temperatura de trabajo, el termostato se queda cerrado. Aquí la bomba solo recircula el refrigerante por las diferentes canalizaciones del motor.
En el momento en el que el vehículo alcanza los 90 ºC (algunos fabricantes incluso plantean el rendimiento de alguno de sus coches en los 100 ºC) el termostato salta, se abre y el líquido refrigerante ya pasa al radiador para que se enfríe y así pueda volver a meterse en el bloque motor.
En el momento en que se consigue el enfriamiento, el termostato vuelve a cerrarse y el refrigerante vuelve a circular, gracias a la ayuda de la bomba, por dentro del propulsor. Lo interesante de todo este proceso, además, es que el calor generado por el motor no se expulsa sin más al exterior, sino que se aprovecha para la calefacción.
¿Los coches eléctricos tienen sistema de refrigeración?
Sí, tienen un circuito de refrigeración, pero obviamente no para el motor, que es eléctrico, sino para las baterías. El circuito es muy similar al de los motores térmicos: una bomba eléctrica hará pasar el líquido almacenado en el vaso de expansión hacia el radiador y de aquí circula hasta las baterías para enfriarlas. El termostato aquí ya no es necesario.
Y en el caso de los coches híbridos, ¿qué sistema de refrigeración tienen?
Lo normal es que los fabricantes monten hasta dos circuitos de refrigeración: por un lado está el sistema de refrigeración del motor de combustión y por otro está el circuito de refrigeración destinado a las baterías. Son dos sistemas muy parecidos destinados a enfriar elementos diferentes del coche híbrido.
¿Qué mantenimiento necesita el sistema de refrigeración de un coche?
Las piezas del circuito de refrigeración de un coche están pensadas para que duren durante toda la vida útil del motor. Tanto el termostato como la bomba están diseñadas para que aguanten el paso del tiempo, al igual que el radiador que, si no recibe ningún golpe, debe durar años.
Por tanto, el mantenimiento es realmente sencillo: encender alguna vez la calefacción para evitar taponamientos del sistema y cambiar el líquido refrigerante cuando toca para que no pierda sus propiedades. Si falla alguna pieza, lo normal es sustituirla por una nueva, más que repararla. Para que tengas referencias de precios, un termostato ronda los 40 euros y cambiar la bomba supone un desembolso de entre 300 y 700 euros (más mano de obra) dependiendo del fabricante.
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