El 90% de la información que recibe un conductor es a través de sus ojos. Por eso, es fundamental que cuando estás al volante puedas ver con nitidez y tengas una visibilidad diáfana del coche.
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¿Qué se entiende por visibilidad diáfana?
La Real Academia de la Lengua define el término diáfano como un espacio despejado que carece de obstáculos. Llevado al coche, significa que la visibilidad diáfana es aquella que permite ver el tráfico directamente sin que haya ningún tipo de objeto o elemento que lo imposibilite. Por tanto, es la capacidad que tienes como conductor de ver tu entorno sin obstrucciones y de forma clara.
Gracias a esta visibilidad diáfana del coche vas a poder reaccionar en el menor tiempo posible y anticiparte a los peligros de la carretera con mayor antelación lo que, en definitiva, mejora la seguridad vial, tanto de los conductores como de los peatones.
Este término se menciona en el artículo 19 del Reglamento General de Circulación (RGC), donde se explica que «la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre toda la vía por la que circule, sin interferencias de láminas o adhesivos”. Al hablar de superficie acristalada no sólo se refiere al parabrisas y los demás cristales del vehículo, también a los espejos. Todos estos elementos deben estar perfectamente limpios para que reflejen la realidad del entorno.
Ya de por sí, los agentes externos como la nieve, la lluvia, los mosquitos, la niebla o la oscuridad de la noche van a hacer que la visibilidad no sea la idónea para el conductor, de ahí que éste tenga que preocuparse de que los cristales estén en perfecto estado: limpios y sin ralladuras que dificulten la visibilidad diáfana. En este punto, el RGC es muy claro y exigente: llevar los cristales sucios puede implicar una sanción económica de hasta 200 euros, todo depende de la interpretación del agente de tráfico y si considera que te impide conducir correctamente.
¿Cómo mejorar la visibilidad diáfana del coche?
- Cambia los limpiaparabrisas cada año para que funcionen adecuadamente, tanto los delanteros como el trasero.
- Llena el líquido limpiaparabrisas: en caso de suciedad en los cristales será un gran aliado a la hora de retirarla.
- Lava el coche de vez en cuando. Tu coche no sólo lo agradecerá a nivel estético, también será conveniente para que la visibilidad diáfana sea la óptima.
- Si vas a instalar cristales tintados, que sean homologados. Ten en cuenta que de noche van a dificultar la conducción, dependiendo de su porcentaje de opacidad.
- Aplica un tratamiento antilluvia a los cristales para mejorar la visibilidad, sobre todo cuando llegue la época de las lluvias más copiosas.
- Evita colgar objetos del retrovisor que limiten tu visibilidad.
- No dejes en el salpicadero muñecos de peluche u objetos que resten visibilidad como un bolso, una botella. Además, estos deben ir correctamente sujetos y guardados para evitar los golpes en caso de frenazo.
- Si tienes el parabrisas con una pequeña raja, debes arreglarlo cuanto antes ya que poco a poco se expandirá limitando todavía más la visión del entorno.
- Ajusta los espejos retrovisores para eliminar al máximo los puntos ciegos.
- Sobre todo de noche, evita viajar con la luz de cortesía interior encendida (te pueden amonestar por ello). Crea reflejos en el interior del vehículo que pueden molestar a la hora de conducir.
- Si tienes que colocar algún adhesivo, que no te impida la visión. El mejor lugar suele ser en el lateral inferior o superior derecho del parabrisas, donde se debe colocar, por ejemplo, la pegatina de la ITV.
- Aprende a desempañar los cristales del coche para evitar el vaho en el interior del vehículo.
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