El frío es uno de los peores enemigos de un coche, tanto para los que tienen un motor de combustión como los que montan uno eléctrico. De hecho, a lo largo del tiempo en el RACE hemos tratado varios artículos relacionados con cómo afecta el frío en diferentes componentes del vehículo cómo las baterías, la cámara de combustión e incluso qué tipo de averías pueden surgir cuando el termómetro marca por debajo de los 0 ºC.
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Entre todas las complicaciones provocadas por el frío, una de ellas es que el gasóleo pase de un estado líquido a otro mucho más espeso y denso. Por eso, los proveedores de combustible crean un diésel para el invierno y otro diésel para el verano. ¿Cuál es la diferencia entre ambos?
Diferencias entre el diésel de invierno y el diésel de verano
Mientras que el punto de congelación de un coche que utiliza gasolina es de -107 ºC, otro que utiliza gasoil tiene el punto de congelación en los -10 ºC. Esto significa que cuando se superan esas temperaturas negativas, las parafinas del combustible empiezan a cristalizarse. Esto va a provocar que tanto el gasóleo como la gasolina se vuelvan cada vez más densos y viscosos.
Si esto ocurre, sobre todo en los coches diésel, la inyección del combustible en la cámara de combustión empieza a ser defectuosa haciendo que el motor deje de funcionar como debe y, como consecuencia, el coche empezará a dar tirones y perderá potencia hasta que finalmente se detenga.
Para evitar esta situación, Rafael Soriano, asesor técnico del RACE, explica que en invierno el diésel que repostas no es el mismo que el que pones en los meses de verano. En el diésel de invierno, tanto en el carburante normal como en el premium, se incluyen ciertos aditivos (en países donde el frío es extremo, estos aditivos son más concentrados y tienen todavía más protagonismo en los meses invernales) que hacen que el punto de congelación de este combustible cambie a través de un aumento de la presión de la vaporización. Los gases producidos en este proceso van a ser necesarios, sobre todo, a la hora de realizar el arranque en frío.
Cada petrolera se guarda el secreto de la fórmula de qué aditivos echan a cada tipo de gasolina. No obstante, en el mercado puedes encontrar ciertos productos con aditivos que también puedes echar al combustible si tu coche va a sufrir temperaturas por debajo de los diez grados bajo cero. Con esto, vas a conseguir que el diésel no pase a un estado viscoso, sino que se mantenga líquido.
¿Qué problema puede haber si se usa diésel de verano en invierno?
Mientras que utilizar un diésel de invierno en verano no conlleva ningún problema, al revés sí puede haber una complicación a la hora de poner en marcha el motor debido a que el diésel de verano no contiene esos aditivos que facilitan el arranque en frío. Esto va a hacer que tengas que forzar el motor de arranque y, como consecuencia, la batería se puede llegar a quedar sin carga. Además, también se va a exigir un mayor rendimiento a los calentadores que puede conllevar una degeneración prematura de estas piezas.
Por eso, si vas a utilizar un coche diésel en invierno en una zona donde las temperaturas están por debajo de los 0 ºC y la última vez que repostaste fue en verano, es recomendable renovar el carburante para que no aparezcan averías en tu vehículo. Si es tu caso, puedes hacer este cambio en cualquiera de los talleres de la red Eurekar con la garantía del RACE.
Para evitar mayores complicaciones, las petroleras tienen programados unos meses en los que el diésel es de invierno, otros en los que el diésel es de verano y, entre medias, hay una transición de carburantes con más o menos aditivos, según las fechas:
- Diésel de invierno: desde diciembre hasta finales de febrero.
- Diésel de transición (menos porcentaje de aditivos): desde marzo hasta mayo.
- Diésel de verano: desde mayo hasta julio.
- Diésel de transición (más porcentaje de aditivos): desde agosto hasta noviembre: algunas empresas empiezan a cambiar el carburante cuando la temperatura exterior es de 8 ºC.
Sin estos aditivos en el diésel de invierno, los coches con este tipo de carburante sufrirían mucho a la hora de arrancar en los meses en los que el frío está presente. De hecho, al forzar algunos de sus componentes resultarían más caros de mantener. Sin embargo, este problema está resuelto y no te tienes que preocupar por nada al repostar en una gasolinera; y recuerda, no apures el depósito de combustible hasta la reserva o también surgirán averías.
Si por culpa de una avería en tu coche, debes de llevarlo a un taller,
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