Seguramente más de una vez te ha ocurrido: te encuentras en mitad de una retención, los coches avanzan lentamente hasta que llegas al origen del atasco: un accidente. Pasado ese punto, a los pocos segundos de dejarlo atrás la circulación vuelve a normalizarse. ¿Por qué se ha producido esa retención y por qué ha desaparecido tan rápido?
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La culpa, en muchas ocasiones, no viene del accidente en sí mismo, que incluso ha sucedido en el sentido contrario de la vía; sino que se debe a la naturaleza de las personas por tener curiosidad con las cosas que han sucedido a su alrededor. A esto se le conoce como el efecto mirón y es una práctica que se debe evitar a toda costa ya que conlleva unos riesgos añadidos en la carretera.
¿Qué es el efecto mirón?
En la revista de la Dirección General de Tráfico definen acertadamente el efecto mirón como “el peligro del cotilleo” y es que su origen viene de la curiosidad innata de las personas por saber qué ha ocurrido en la carretera cuando hay vehículos apartados en el arcén, cuando hay obras, cuando están los servicios de emergencias trabajando o por cualquier otra razón.
El problema es que el efecto mirón es un tipo de distracción en la que se deja de prestar atención a lo que se tiene delante y es ahí cuando aparecen otras consecuencias que pueden conllevar un peligro añadido.
Las consecuencias del efecto mirón
Las distracciones al volante son la mayor causa de siniestralidad y aquí no sólo se incluye conducir con el móvil en la mano o ir configurando el navegador mientras circulas. El efecto mirón es otro tipo de distracción que provoca una pérdida de la concentración y la atención ante lo que tienes delante de ti en la carretera. Por eso, las consecuencias del efecto mirón son varias:
- Puede provocar atascos y retenciones: al derivar la atención de la carretera se reduce la velocidad drásticamente e incluso, de forma inconsciente, se pisa el freno para nutrir la curiosidad ante el incidente que ha ocurrido en la vía.
- Puede provocar accidentes: al ralentizar la marcha, los vehículos que vienen detrás de ti pueden alcanzarte (lo que se conoce como colisión por alcance) al haber una reducción drástica puntual e injustificada de la velocidad con el efecto mirón.
¿Cómo evitar las consecuencias del efecto mirón?
Ante un accidente, si has sido el primero que ha visto lo sucedido, tienes que aplicar la conducta PAS (Proteger, Avisar y Socorrer). Sin embargo, si en el accidente ya están los servicios de emergencias trabajando debes evitar tu lado más cotilla (e incluso, en el peor de los casos, fotografiar o grabar el accidente) y mantenerte atento a lo que ocurre en la carretera. Aminora tu velocidad para adaptarte a las circunstancias de la vía y haz caso de las señales de los agentes de tráfico, cuya intención es que fluya la circulación evitando riesgos añadidos.
En definitiva, el efecto mirón se puede evitar anulando la respuesta natural que tiene tu mente de querer resolver una curiosidad. Si estás en mitad de un atasco, debes seguir estos consejos para reducir los riesgos derivados del efecto acordeón o del efecto dominó, entre otros. Por último, sé previsor e infórmate en este mapa del RACE de los puntos negros y de las incidencias diarias de la carretera, para que no te las encuentres por sorpresa.
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