Cuando Karl Friedrich Benz sorprendió al mundo en 1886 con su primer coche, jamás hubiese imaginado hasta qué punto ha llegado a evolucionar la automoción. Los primeros coches que salieron a la luz no utilizaban marchas, simplemente arrancaban y empezaban a rodar, como podría hacer una bicicleta con un solo plato y un único piñón. Más tarde, llegaron a incluir dos marchas: una para arrancar y otra para seguir circulando con un poco más de velocidad.
Hazte Socio del RACE y benefíciate de la garantía mecánica
con reparaciones en la que se incluyen algunas piezas de la caja de cambios.
¡Quiero más información!
En la actualidad, lo normal es que un coche con caja de cambios manual ya tenga cinco o seis velocidades y, en el caso de los cambios automáticos, hay vehículos que incluyen hasta diez marchas diferentes. La cuestión es: ¿para qué tienen tantas marchas estos coches y para qué sirven?
Los tipos de marchas que existen
Los coches que circulan por las calles deben ser prácticos y cumplir con las necesidades de cualquier usuario: desde aquel que quiere ir al trabajo tranquilamente durante la semana y que el fin de semana quiere meter su coche en un circuito, hasta el conductor que suele utilizar su coche en ciudad para hacer recados, pero que de vez en cuando va a la casa del pueblo, y además quiere llevar la moto en un remolque.
Un coche debe ser polivalente y, para ello, es necesario que tenga fuerza para arrancar incluso en una cuesta pronunciada y que alcance cierta velocidad para adaptarse a los límites máximos de cada vía por la que circula. Aquí es donde tiene sentido hablar de los tipos de marchas que existen. En concreto, hay dos: las cortas y las largas.
- Las marchas cortas, que corresponden con la primera, segunda y tercera velocidad del cambio, se utilizan para que el coche tenga fuerza al arrancar durante los primeros metros y cuando circulas a baja velocidad; estas marchas no van a permitir que el vehículo alcance muchos kilómetros por hora. En esta situación, a muy poca velocidad el motor está girando a un régimen de vueltas muy alto.
- Las marchas largas. Al contrario que las marchas cortas, éstas se utilizan cuando quieres alcanzar cierta velocidad con el coche, pero a cambio va a faltar empuje si necesitas subir una cuesta muy pronunciada. Las marchas largas se utilizan también para ahorrar combustible. Se corresponden con la cuarta, quinta, sexta… hasta la décima velocidad en algunos coches.
¿Cuándo hay que cambiar de marcha?
Las marchas se deben utilizar de la mejor forma posible para aprovechar el rendimiento del motor. Por eso, dependiendo del tipo de propulsor, es necesario cambiar a un régimen u otro.
- Un motor de gasolina suele entregar la potencia y el par motor a un régimen (revoluciones por minuto) más alto que un motor diésel. En este caso, para aprovechar bien el empuje del motor, lo ideal es que cambies entre las 2.000 y 3.000 rpm.
- Un motor diésel entrega su par motor antes que un gasolina, así que lo aconsejable es que cambies de marcha entre las 1.500 rpm y las 2.000 rpm.
Si realizas el cambio de marcha en un régimen más tardío de lo aconsejable, tu coche sigue acelerando, pero sometes el motor a un sobreesfuerzo que se convierte en un consumo mayor de carburante y en un aumento de los gases generados tras la combustión del motor.
¿Por qué los cambios automáticos pueden tener más marchas que los manuales?
Un coche puede tener un cambio de marchas manual y también puede ofrecerse el mismo modelo con un cambio automático. Es posible que mientras el primero tenga seis marchas, el segundo pueda llegar a tener hasta diez. ¿Por qué?
En este artículo del RACE te explicamos las ventajas e inconvenientes de utilizar un cambio manual o uno automático. Entre esas conclusiones, explicamos que un cambio automático es más cómodo, más preciso, más rápido, más suave y más eficiente que uno manual, aunque suele ser más caro. Con un cambio automático, la caída de revoluciones al cambiar de marcha es más suave. Esto permite que el motor trabaje en su rango óptimo, lo que facilita además que el coche consuma menos carburante, produzca menos dióxido de carbono y las prestaciones mejoren ligeramente.
Hemos dicho que un cambio automático puede llegar a tener diez marchas, pero no es lo habitual. Ese tipo de cajas sólo las vas a ver en vehículos de alta gama y deportivos con mucha potencia. Si no, lo normal es que un coche utilitario o incluso uno con algo más de potencia alcance las seis o siete marchas con un cambio automático.
Averías que pueden surgir con las marchas y cómo solucionarlas
Al igual que otros componentes mecánicos, la caja de cambios puede dar algún tipo de problema a la hora de seleccionar una marcha. Aquí tienes varios artículos en los que te damos las soluciones a distintas averías que pueden surgir.
- No entran las marchas del cambio automático.
- Las marchas están duras.
- La palanca de cambios está suelta.
- Problemas y mantenimiento de la caja de cambios automática.
Si tu coche tiene alguna de estas averías, recuerda que puedes llevarlo a cualquier taller de la red Eurekar con la garantía del RACE.
Si tienes problemas con las marchas de tu coche,
acude a uno de los talleres de la red Eurekar, que tienen la garantía del RACE, donde te solucionarán el problema.
¡Encuentra tu taller!