Turbo eléctrico

Desde hace años el turbocompresor se ha convertido en una pieza muy común en los coches de combustión, tanto en los gasolina como en los diésel. Gracias al turbo, se ha mejorado tanto la eficiencia como el rendimiento del motor. Esta pieza mecánica ubicada junto al motor comprime el aire que entra en la cámara de combustión, de forma que la mezcla de aire y combustible está más enriquecida y, por tanto, se consigue una mejor combustión.

Hazte Socio del RACE y contarás con una garantía mecánica que te permitirá beneficiarte
del pago total o parcial de algunas averías del turbo de tu coche.

¡Quiero más información!

Un turbo no sólo consigue mejorar el consumo, también permite una reducción de las emisiones de gases, un mejor rendimiento en zonas con altitudes elevadas y el montaje de motores más pequeños (downsizing) que consiguen una entrega de potencia más que aceptable con una cilindrada menor. Sin embargo, aunque muchas son las ventajas de los turbocompresores, tienen dos grandes inconvenientes:

Por tales motivos, desde hace tiempo se está desarrollando un turbo eléctrico, también conocido como E-turbo, que sustituye al turbocompresor convencional y que sobre todo consigue eliminar el retardo del turbo. Rafael Soriano, asesor técnico del RACE, explica a continuación en qué consiste esta novedosa tecnología.

¿Cómo mejora el turbo eléctrico a los motores de combustión?

Para entender qué ventaja tiene el turbo eléctrico, hay que comprender que el turbocompresor funciona a partir de los gases de escape generados por el motor. Éste tiene una pequeña turbina con dos aspas que por un lado está unido al colector de escape y por el otro está conectado con la admisión. Los turbos actuales aprovechan los gases de escape para que la turbina pueda girar a revoluciones muy altas y que así haya una mayor compresión de aire.

Por su parte, un turbo eléctrico no está en contacto con el colector de escape y, por tanto, no depende de los gases de escape para su funcionamiento. En su lugar utiliza un pequeño motor eléctrico que mueve la turbina para que se produzca un mayor caudal de aire dentro de la cámara de combustión.

El turbo eléctrico, de momento, lo verás solo en coches de alta gama

La gran ventaja del turbo eléctrico es que elimina el retraso del turbocompresor convencional, así que se obtiene toda la potencia desde las primeras vueltas del motor. También es un poco más eficiente que los turbo actuales y debido a que consigue una buena mezcla, sube hasta un 10,5% el par motor, tal como expone Soriano. Sin embargo, a cambio tiene una serie de desventajas:

  • El turbo eléctrico es caro (su precio puede llegar hasta los 6.000 euros frente a los 1.000 € – 4.000 € de los turbos actuales). De momento, solo lo utilizan los coches de alta gama y hasta que no baje su precio será más difícil verlo montado en un coche utilitario.
  • Es más pesado (hasta 6 kg de diferencia) que un turbo convencional al incluir un motor eléctrico añadido.
  • Ocupa más espacio que un turbocompresor.
  • A nivel de emisiones, al no reaprovechar los gases de escape, el vehículo con turbo eléctrico va a emitir más gases nocivos, aunque esto se solventa incluyendo un sistema de EGR añadido.
  • Al ser tan novedoso el turbo eléctrico, es posible que tengas algún problema a la hora de encontrar un taller especializado que conozca cómo repararlo. Si es tu caso, puedes consultar la avería en alguno de los talleres de la red Eurekar con la garantía del RACE.

Como de momento el turbo eléctrico es una tecnología poco implantada en el mercado, no se conoce bien el tipo de averías que puede llegar a tener, aunque Soriano considera que como hay un sistema eléctrico de por medio, los problemas más probables serán de índole eléctrico o de la propia centralita que gestiona el motor eléctrico.

Si sospechas que el turbo de tu coche tiene alguna avería,
acude a uno de los talleres de le red Eurekar, que cuentan con la garantía del RACE.

¡Encuentra tu taller!

Compartir:
Compartir:
Más sobre Tecnología y motor